SOCORRO COCO VALDEZ GUERRERO

Ella, Paulina Cobos Lázaro, buscó representar lo nuevo en el segundo Congreso local.
Mujer con ¡Juventud! Y visión para “refrescar” la ¡Política!
Erradicar las viejas prácticas, de cargos sólo entre “familia”.
De ¡Saltimbanquis o reelectas, no por ser las mejores, si no por ¡Cotos de poder!
Buscó mostrar, que tu o tú pueden acceder al Poder Legislativo.
A ¡Cualquier Poder! y cambiar las formas de hacer política.
Demostrar el hartazgo a cacicazgos en las Cámaras y contra chapulines legislativos.
Incluso, en campaña demostró que la equidad aún es simulación.
Que los “dinosaurios” políticos, están por encima del beneficio social.
Que acotan los espacios no sólo a la mujer, sino a la juventud y a nuevas figuras.
A quienes pueden ser verdaderos representantes de la sociedad.
A sus apenas 23 años, mostró ¡decisión!
Tras las elecciones ahora enfrenta imposición masculina.
Esa que obliga a mantener o beneficiar a los de ¡Siembre! Los ¡Varones!
Su valentía demuestra que también la ley, se ejerce a criterio personal.
Las decisiones partidistas, son ¡Imposición! Contra la juventud de una candidata mujer.
Víctima del criterio, del que imponen los hombres, espera una resolución.
Impugnó la lista “A” del PRD, que impone a un candidato hombre.
Debieron, por ley, y por partido, ejercer la lista “B”, que por ley y por principios partidistas, beneficia a mujeres.
A tres de ellas, con votos y a Paulina, por la más joven.
El IECDMX, eligió varón y canceló el derecho de esas mujeres, y el de la joven Paulina, ¡Impusieron al masculino!
No atendieron la paridad de género ni respetaron las reglas electorales, que dicta equidad por género y edad, es decir, mujer y juventud.
Ella, como a otras, la aplastó la decisión masculina.
Determinaron candidato ¡Hombre! y luego otro masculino, y ella, como sus pares, ¡fuera! De la silla en el segundo Congreso.
Ahora, el ciudadano, la juventud a ¡Esperar!
Llegan los mismas figuras de todas las fracciones políticas que impulsan el beneficio personal y partidista, nunca el ciudadano.
Los mismos cotos de poder. Un segundo Congreso local de reelectos, diputados, mujeres y hombres, que en muchos de los casos concluyen y arriban con ¡Pobreza legislativa!
Muchos de ellos, con muestras evidentes de sólo favorecer el color de la fracción partidista que representan, sin beneficio social.

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