Epístolas Surianas – Gustavo Alarcón Herrera… – De Julio Ayala Carlos

ASÍ RESPONDIÓ EL ALCALDE GUSTAVO Alarcón Herrera: “Sí. Sí estoy reprobado, si ustedes lo quieren ver así”. Y sin más, siguió su camino. No se molestó por el cuestionamiento como otros lo hubieran hecho. Tampoco se enganchó con sus malquerientes. Simple y sencillamente volvió al trabajo, a lo que está haciendo como presidente municipal de Chilpancingo.

Sí. A lo que está haciendo desde que se hizo cargo de gobernar Chilpancingo, después de los trágicos hechos en que al alcalde Alejandro Arcos Catalán le quitaron brutalmente la vida…

En efecto, otro alcalde se hubiera detenido, ante el cuestionamiento, y hasta con enojo hubiera rebatido el presunto resultado de una encuesta en la que lo ponen como el peor evaluado de cierto número de presidentes municipales.

Él, en cambio, ni se inmutó. ¿Por qué? Porque él, como alcalde de Chilpancingo, no trabaja para caerle bien a las encuestadoras, tampoco para ser y aparecer como el más popular, el mejor vestido o el más carita de cuántos alcaldes existan en el país, sino para atender y solucionar los problemas que tiene el municipio y que afectan a los chilpancinguenses.

¿Qué tiene errores? Sin duda que sí, como los tiene cualquier gobernante. ¿Qué no es suficiente lo que hace? Habrá quién diga que sí. ¿Qué sus funcionarios no le ayudan como debe ser? Es muy posible, y hasta cierto.

Pero lo que también es cierto es que desde que Alarcón Herrera llegó a la Presidencia Municipal, al Ayuntamiento de Chilpancingo, no hay protestas de la ciudadanía en contra de su gobierno. No hay paro de labores de los trabajadores por falta de pagos, y no hay, también deudas contratadas para cubrir aguinaldos por el reciente fin de año.

Entonces, ¿cómo es que está reprobado si hay obra pública en el municipio? ¿Cómo es que resulta reprobado si hay obra social? ¿Cómo es que las encuestas lo ponen en último lugar en evaluación, si no hay protestas en su contra como ha ocurrido con otros ediles?

¿Y cómo es que está reprobado si los servicios de recolección de basura, de alumbrado público, y de seguridad pública funcionan normalmente?

¿Qué hay problemas? Por supuesto, pero no son de ahora, sino que se han venido arrastrando por años, y los últimos alcaldes de Chilpancingo bien lo saben porque les ha tocado protestas, bloqueos de calles e incluso la toma del Palacio Municipal.

¿Qué el alcalde Gustavo Alarcón Herrera, se junta, platica y se toma fotos, con dirigentes, diputados y senadores de Morena, del PRI e incluso del PAN? ¿Qué por qué lo hace? ¿Qué por qué no se define? ¿Qué anda con todos? Pues claro. Tiene que hacerlo. Tiene que gestionar recursos para Chilpancingo, y si ellos le ayudan, a conseguirlos, a gestionarlos, qué bien.

¿Qué anda de la mano con la gobernadora Evelyn Salgado Pineda? ¿Les molesta eso? ¿Les revuelve el estómago? Uuuuuffff…

¿No entienden que es la gobernadora? ¿No entienden lo que es un trabajo coordinado? ¿Son tan ignorantes que no saben que la capital del estado, Chilpancingo, es la sede de los poderes públicos de Guerrero?

En fin. Es obvio que no entienden el trabajo que realiza Alarcón Herrera, el primer presidente municipal ciudadano que tiene Chilpancingo. Un trabajo abierto, de trato sencillo, de atención directa, que gobierna para todos, no para un grupo o para los militantes de un partido político.

Claro. Quienes lo critican están acostumbrados a otra forma de gobierno, y porque además añoran privilegios perversos.

Lo cierto es que Chilpancingo está tranquilo, y avanza con el alcalde.

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