RICARDO AGUIRRE CUELLAR – QUIMERA – LATITUD MEGALÓPOLIS

Estimado amigo; los militantes de la izquierda pútrida son harto idiotas, se tragan todas las mentiras y las hacen suyas defendiéndolas con todo lo que tienen.

Defienden hasta la ignominia las trapacerías de sus líderes y pseudo héroes, que convierten sus crímenes en eventos anecdóticos producto de sus enemigos “históricos”.

Son tan idiotas que cualquier situación la califican de histórica. Así sea criminal, para hacerla ver como sumamente importante que impacta en el devenir de los pueblos. Aunque sólo sean patrañas y corruptelas de gran envergadura.

La Revolución Cubana que derrocó a la dictadura de Fulgencio Batista, una dictadura de extrema derecha que oprimía al pueblo cubano, resultó tan dañina o peor que la del sanguinario dictador de derecha, pues al final la libertad plena que auguraba, resultó una quimera que solo sirvió para cautivar mediante el engaño al pueblo cubano que decía defender.

Construyendo mitos y lealtades permanentes, mediante un solo pensamiento.

El pensamiento del líder Fidel Castro y de toda la burocracia militar revolucionaria, que por más de sesenta y seis años a dominado con voluntad de hierro la isla y sus habitantes, que tienen la obligación de rendir tributo perenne a estos falsos redentores y sepulcros blanqueados de la libertad.

Fidel Castro y Ernesto Che Guevara son como otros tantos líderes comunistas, ejemplos de ideales traicionados por la sed de poder, que proclaman la igualdad y el respeto a la vida y la libertad y que sin embargo pervierten y corrompen los principios que dicen defender, para imponer su voluntad por encima de lo que sea y de quien sea la historia está plagada de estas contradicciones y dé estos anti héroes, tan dramáticos como crueles en sus resultados.

Lo que hoy se ve con el retiro de dos estatuas de los dictadores y asesinos Fidel Castro y el Che Guevara de una plaza de la alcaldía Cuauhtémoc de la CDMX, es ejemplo vivo de estas patrañas ideológicas; defender a los opresores del pueblo cubano, si pretexto de una revolución libertaria, es cerrar los ojos ante la devastación producida y reconocer en su pretérito un legado humano y de beneficio colectivo y no criminal como el que han dejado.

Sesenta y seis años de yugo castrista nugatorio de libertades, democracia y derechos fundamentales, que son imposibles de borrar mediante sendas estatuas que rinden homenaje a quienes son los protagonistas más deleznables y traidores del pueblo cubano.

Así como mantener y proteger estos “monumentos” en una plaza pública de nuestra nación, es un insulto para su oprimido pueblo; víctimas ingenuas de los delirios y abusos de una ideología perversa que estimula el odio y el rencor social y la envidia, para despojarla de toda voluntad; inerme ante el faccioso poder que representan las nomenclaturas y burocracias comunistas, es por demás vergonzoso, sin lugar a dudas.

Entre paréntesis; lo dicho, esa cosa llamada Morena empieza a padecer los síntomas y estertores de la putrefacción, producto de las indeseables relaciones del poder con el narco.

Nunca como ahora el resultado de tal sociedad es más que evidente y pestilente.

Y nunca como ahora políticos de altos vuelos quedan expuestos por sus nexos con el narcotráfico.

El caso Adán Augusto López es tan sólo uno de sus más claros ejemplos.

Pero hay más y también muy evidentes.

No por algo el crimen organizado creció de forma tan exponencial en estos años recientes, pues encontraron en las ambiciones desmedidas y las ansias de poder, las condiciones que permitieron su expansión.

Recoger a los tránsfugas de la política y encumbrarlos, tiene sus consecuencias y más porque con su incorporación se les otorgó una patente de corso.

La patente de la corrupción del “haiga sido como haiga sido”.

Hoy el país es víctima de los oprobios que esta recua de “políticos” corruptos han hecho.

Y lo peor se tapan con la misma cobija. La cobija de la impunidad.

No somos iguales. Gritan hasta el cansancio y efectivamente no son iguales. Son peores, mucho peores y cínicos.

Desde la cabeza, que pontifica, hasta los paleros y matraquearos que sirven de caja de resonancia.

La degradación está en fase de putrefacción.

Gobiernos estatales y ex gobernadores de la marca morenista junto a diputados y senadores y políticos de esa marca, están infectados y son portadores.

No lo crees así estimado amigo.

1. Las semanas siguen pasando ya van ocho semanas y de los homicidas materiales e intelectuales de la secretaria particular y del asesor de la no muy Clara Brugada nada se sabe.

PD2. La impunidad es la marca de la casa y cada día queda demostrado.

Adán Augusto dice que está a las órdenes de la fiscalía para que lo investiguen. Claro, al cabo sabe que hay cobija protectora.

¿Como puede decir que el no estaba enterado de los crímenes de su secretario de Seguridad Pública cuando fue gobernador?

Si el mismo sostenía que era imposible que Calderón no se enterara de lo que hacía García Luna.

Que cosas. De que tamaño el cinismo y moral elástica.

Nota. En tres semanas nos volvemos a encontrar.