LE QUITARON LA VIDA Y EL ROSTRO – Por Agencia CEPROVYSA.COM

Iguala, Guerrero., Septiembre 27-2021.-Una ceremonia litúrgica, una ofrenda floral, ahí, al lado de la estela colocada donde se localizaron los cuerpos de Julio César Mondragón Fontes y Daniel Solís Gallardo, normalistas de Ayotzinapa asesinados la noche y madrugada del 26 y 27 de septiembre de 2014 en esta ciudad de Iguala.

La foto del normalista que fue desollado, mostró de primer impacto, la violencia del contexto de uno de los episodios más vergonzosos de Guerrero. La saña parecía el preámbulo de una historia que no parece tener dirección, solo un punto de partida. A Julio César, “no solo le quitaron la vida, también le quitaron el rostro”, dijo Un normalista que participaba en la ceremonia.

Doña Berta, Madre de uno de los normalistas desaparecidos, pidió al gobierno “que ya no se burle de nuestra lucha”, en clara alusión a la reunión “sin avances”, diría el Abogado Vidulfo Rosales, más reciente que sostuvieron con autoridades federales encabezadas por el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, de quien dijo “le quedó grande el puesto”. Y fue clara “no ha hecho nada por las normales rurales a las que quiere desaparecer”, y precisó “pero no lo vamos a permitir”.

En la calle Juan Álvarez y el Periférico Norte, donde aparecieron los cuerpos de dos de sus compañeros, cuando esa noche buscaban a 57 y que se fueron reportando para centrar el número en 43, se escuchaban los rezos, se escuchaban las oraciones de los labios que, sin duda, han repetido los nombres de sus hijos incesantemente.

A diete años de la desaparición estaban ahí, pero no todos, también hacían falta tres Padres de los normalistas desaparecidos que murieron sin saber de sus hijos, sin saber la verdad, sin tener justicia,

Y fueron claros en sus mensajes: mientras no haya castigo a los culpables y justicia, el movimiento no termina.