Epístolas Surianas – ES CIERTO. SU BRILLO ES TAN GRANDE que eclipsa, incluso, al del Padre… – De Julio Ayala Carlos

• Hoy, es 10 de mayo…
• Hoy es Día de las Madres…

ES CIERTO. SU BRILLO ES TAN GRANDE que eclipsa, incluso, al del Padre…

Me refiero, por supuesto, a la Madre. El ser más grande sobre la tierra, cuyo amor es infinito, que incluso da la vida por sus hijos.

Sí. Hoy es 10 de Mayo…

¡Hoy es Día de las Madre!

Más allá del mercantilismo, del negocio en que han convertido la fecha, y la conmemoración, creyendo que los regalos son sinónimo de amor, y suponen que entre más grande es mejor, habrá que decir que nadie, ni siquiera el Padre, puede sustituir a la Madre.

Por supuesto que, como en toda regla, hay excepciones…

Pero es un hecho que nadie, en este mundo, ningún humano, podrá querernos, podrá adorarnos, podrá amarnos, e incluso protegernos como nuestra Madre.

Y es que una Madre, no sólo te da la vida a costa de la suya, sino que podrá amarte incluso si eres el peor de los hijos.

Hay que decirlo. Físicamente puede ser un ser pequeño, diminuto, desnutrido, viejo, e inofensivo, pero si se trata de defender a sus hijos se convierte en gigante, en una leona, que con garras y dientes se convierte en lo más peligroso del mundo.

Pero ser Madre es mucho más que eso…

Es, junto con el Padre, la unión perfecta para crear y perpetuar la vida. Es la tierra donde germina la semilla. Es la vida misma.

Es el sol, es la tierra, es la luna, es el agua, es el aire. Es el alma, es el soplo de la vida…

No solo eso. Ser madre, ya lo dijimos, es amor infinito. Es amor eterno…

Es bondad. Es cariño. Es comprensión. Es ternura. Es entrega. Es misericordia… Es compasión. Es protección.

Por supuesto, ser madre, como bien dice esa bella historia que cuenta el nacimiento de un bebé, es un ángel de Dios.

También hay que decirlo. Hay quienes, sin haber engendrado “y dado a luz”, también son madres. Esos seres, ángeles de luz, merecen por supuesto, el mismo reconocimiento y respeto.

Ser madre es la anciana de la historia de Máximo Gorki, yendo a visitar, a su hijo en la cárcel. Es Úrsula en la historia de Gabriel García Márquez, también anciana, y ciega, que lucha todos los días por mantener a salvo su familia. Ser madre es también el sentimiento de Arturo en el poema de El brindis del bohemio del gran Guillermo Aguirre y Fierro.

En fin que ser madre es la historia de la vida, de la humanidad misma.

Y ser madre es, indudablemente, la creación perfecta de Dios.

Por eso, en este 10 de mayo, en este Día de las Madres, nuestro reconocimiento a quien, desde la concepción, empezó a amarnos, aún sin conocernos.

¡Bendita seas, mujer! ¡Bendita seas, madre!

¡Gracias por ese amor infinito!

Comentarios: ayala.jc30@gmail.com