Por Edmundo Cázarez C
Rompiendo por completo las indicaciones de su médico de cabecera y haciendo un verdadero esfuerzo al tratar de escuchar y responder las preguntas que le formulaba, Carlos Ferreyra Carrasco, un excelente periodista de la vieja guardia. Un extraordinario amigo, sincero, leal y honesto. Consciente de su muy precario estado de salud, acepta conversar con Relevante MX y Latitud Megalópolis, asegurando que no volverá a dar otra, dado que, esta, es la primera y la última que le hayan hecho. “Mundo, sé perfectamente que pronto, pero muy pronto, habré de emprender ese viaje sin retorno. He perdido por completo la vista y el oído. Rebasé el límite de los 84 años edad de mis padres y abuelos. Algo me dice que mi tiempo en este mundo habrá de concluir muy pronto, la verdad, ya quiero descansar”
Platicar con este gran personaje del periodismo mexicano, me dejo mucho muy motivado, sobre todo, por encontrarlo totalmente lúcido, aunque sí, me preocupaba enormemente el gran esfuerzo que hacía por tratar de escuchar y responder mis preguntas, motivo por el cual, tenía que hablarle muy despacito y permitirle que descansara algunos minutos entre pregunta y pregunta, cosa que le agradezco infinitamente por el honor de recibirme en su hogar bajo estas delicadas circunstancias.
Rodeado de todo el amor y el cariño que le prodigan sus tres hijos y seis nietos, no obstante presentar un notorio estado de salud completamente disminuido, afectando lamentablemente sus facultades ópticas y auditivas, perdiendo por completo la vista y el oído. A sus 85 años de edad. En la intimidad de su hogar, ubicado al poniente de la ciudad de México, no se da por vencido ante la triste situación por la que atraviesa, sin embargo, realiza un enorme esfuerzo al tratar de mostrarse lúcido y aferrado a la vida. De igual manera, sufre por su amada esposa Magdalena, quien se encuentra en fase terminal del fatídico Alzheimer, reiterando, repetidamente, que muy pronto, ambos, dejarán este mundo terrenal.
Poseedor de una memoria privilegiada, Carlos Ferreyra Carrasco es un periodista nato, con una enorme trayectoria dentro de los medios de comunicación, entre los que se destaca su paso como jefe de Información y corresponsal en México de la Agencia de Noticias Prensa Latina, así como director editorial de Milenio Semanal, entre otros muchísimos más.
Durante el desarrollo de esta larga pero amena e interesante charla entre amigos, comparte sus experiencias que tuvo con varios expresidentes de la República: “Ernesto Zedillo era un tipo miserable, poca cosa, tímido, inseguro de sí mismo, sin güevos, regañado y manipulado por su mujer”
Al referirse al ex presidente Fox, dijo: “Vicente Fox, era un animalote, tontorrón. No era inteligente pero tampoco un estúpido. Un simple ranchero más corriente que común.
Al cuestionarle cómo la llevó con su paisano Felipe Calderón, señaló: “En efecto, Felipe Calderón era mi paisano y mi amigo, con quien comía frecuentemente. La fama de alcohólico que se le atribuye, se la construyó con, “muy mala leche”, Federico Arreola, quien era director general y dueño de Milenio, quien le dio instrucciones a una vendedora de bienes inmuebles para que escribiera una columna en el periódico y que el propio Arreola le dictaba, en la que ponía muchísimo énfasis. De esta manera, cada vez que mencionara a Felipe Calderón, tenía que poner: “Amigo lector, llegó la hora de servirse un “drink”. Relataba “fantasiosas” borracheras que agarraba con el entonces presidente de México. Sin asumir el papel de “defensor”, Ferreyra sostiene que jamás vio borracho a Felipe Calderón… ¡Vaya que me reunía con él, dos o tres veces al mes, ya fuera en Los Pinos o en mi casa!!”
Refiriéndose al gobierno de Enrique Peña Nieto, simplemente dijo: “Peña Nieto era pura -pose-, nada más”
Al llegar el turno al actual gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador, sin pelos en la lengua, firme y directo, sostiene: “A López Obrador, lo veo con una terrible preocupación porque es un loco desquiciado que sufre demencia senil. Toma decisiones verdaderamente locas. Es como El burro que tocó la flauta, pero el burrito de esa hermosa fábula era inteligente y cuidadoso de lo que hacía. Nada más hay que verlo en las “Mañaneras”, su circo de quinta, está hablando y de repente, se queda callado con la vista perdida… ¡se le va el avión!!, él mismo se pregunta ¿qué fue lo que dije? ¡Ya no coordina!! Es el presidente más pendejo que ha existido en todo el mundo, no solamente en México y la peor desgracia que le haya pasado a un país”
Al tocar el tema acerca del atentado en contra del también periodista Ciro Gómez Leyva, subrayó: “Fue un atentado de lo más tramposo, falso y estúpido, que, además, tiene dos vertientes: La primera, si el gobierno de la 4T, deliberadamente, hizo un falso atentado… ¡son unos pendejos!! Y la segunda: La estupidez de ponerse a decir que había sido un “autoatentado” Para rematar, agrega: “Pero si fue un atentado oficial, que es lo más seguro, habla pésimamente mal de nuestros sicarios oficiales”
Por último, como experto en medios de comunicación, un tanto afligido, señala que es terrible lo que está pasando: “Estamos presenciando el final del periodismo reporteado, es decir, los actuales reporteros ya no investigan, sino que todo copian de Google”
-¿A lo mero macho, fue tan fatal tu paso como jefe de prensa de la esposa del presidente Zedillo?
-Uyy, no sabes. Déjame decirte que un día, los estenógrafos regresaban de una gira por Zacatecas, todos muertos de risa me decían: “Oye, no sabes de lo que te perdiste, estuvo muy divertida esa gira…”
-¿Un nuevo “oso” de doña Nilda Patricia Velasco de Zedillo?
-Antes que me contaran, les exigí que me entregaran las cintas de audio que habían gabado…
-¿Si te las regresaron?
-No querían entregármelas, pero me les puse al brinco. Les dije que, quien decidía en esa oficina, era yo…
-¿De plano, un auténtico tirano?
-Quizás, pero tenía que imponerme. Total, me las entregaron. pero les hacía ver que, si se armaba una bronca espantosa con los medios, era problema mío y no de ellos.
-Pero, ¿qué fue lo que hizo la célebre Nilda Patricia?
-Sucedió que, a la señora, se le ocurre contradecir al presidente en pleno acto oficial. El presidente quiso explicar las dudas que su esposa había originado. Todo, porque en Los Pinos, el presidente tenía de mascotas a dos perros de raza pastor belga, pero dichos perros, eran muy tranquilos.
-¿Mordieron algún reportero?
-No, a los reporteros no, pero sí, a dos militares escoltas. Uno de esos militares, era un Capitán del Estado Mayor Presidencial, en eso, llega la orden del jefe del Estado Mayor Presidencial… ¡fuera los perros de los jardines de Los Pinos!! Toda esa alharaca la había armado doña Nilda Patricia diciendo en pleno acto argumentando que, a ella, también la habían mordido los perros.
-¿En las grabaciones de los estenógrafos estaba todo eso?
-Sí, es por ello que procedí a meterlas en una bolsa de plástico, sellarla y guardarla con llave. Así es que, cuando los reporteros que cubrían la fuente de presidencia llegaban a Los Pinos de ese viaje, me decían: “Viejo, entréganos la transcripción de la señora en Zacatecas”
-¿Y qué justificación les diste?
-Que no había transcripción por instrucciones precisas del señor presidente. ¡Uff!!, no sabes, se me pusieron todos al brinco y me decían… “No te hagas pendejo pinche Carlos, ni siquiera estuviste ahí” Les dije, pues ustedes sí estuvieron ahí, así es que arman su nota con lo que hayan retenido en la memoria. Cuando estuvieron a punto de amenazarme con irle a reclamarle al presidente que les estaba ocultando información, simplemente, les hice ver que no iba a sacar a la luz pública las estupideces de una pinche vieja loca y ebria, poniendo por los suelos la imagen del presidente de la República… ¡De ninguna manera, háganle como quieran!!
-¿Y qué sucedió?
-En eso, me llama Carlos Almada por la red presidencial, que fuera de inmediato a su oficina. Cuando llego a su privado, Almada estaba todo tembloroso como perro recién bañado, pero ahí, también estaba Joaquín López Dóriga, como dándose valor, Almada me grita: ¡Oye Carlos, me dice Joaquín que estás “censurando”!!
-¡En la torre!!… ¿Qué hiciste?
-Le respondí “No Joaquín, no estoy “censurando” absolutamente nada. Lo que pasa, es que la bola de güevones de los estenógrafos y reporteros, no pueden armar la nota con lo que ellos presenciaron allá, quieren que sea yo quien les haga la nota… ¡Que se vayan mucho al carajo!!
-¿Qué cara pusieron Almada y López Dóriga?
-Ambos, me decían que la costumbre era que presidencia les entregara la transcripción. Ah, bueno, -les digo-, si de eso se trata, aquí tienen este sobre que está lleno de cintas magnetofónicas, como ustedes quieren quedar bien con esa bola de haraganes, transcriban las cintas y háganles la nota.
-¡Toma chango tu banana…!!
-Tanto López Dóriga como Almada, me veían con unos ojos llenos de odio y todavía les digo: ¡Insisto!!, estos cabrones holgazanes deberían tener un poquito de decencia y armar su propia nota, que demuestren un poquito de profesionalismo, bueno, si es que lo tienen.
-¿Almada y López Dóriga se quedaron callados?
-López Dóriga dijo: “Ahora resulta que ya vino el profesor a enseñarnos” No hubiera dicho eso porque que me “prendió”, ya sabes que soy de mecha corta. Me pongo frente a ellos y les digo: ¡Momento Joaquín!!, Carlos Ferreyra no es ningún profesor, pero tampoco me chingues. Lo único que estoy diciendo, es que se pongan a trabajar en sus propias notas.
-¿Estabas cavando tu propia tumba en Los Pinos?
-Sin lugar a dudas, ahí comenzó mi debacle en presidencia…
-¿Cuánto tiempo más permaneciste ahí?
-Hasta que decidí… ¡al demonio con esa pinche gente!!
-A lo mero macho, ¿Ernesto Zedillo era el gran presidente?
-¡Para nada!! Era un tipo miserable, poca cosa, el tal Zedillo, tímido e inseguro de sí mismo, regañado y manipulado por la mujer.
-¿En Los Pinos, mandaban más las faldas que los pantalones?
-Zedillo, un tipo sin güevos. Recuerdo una reunión que se llevó a cabo en el Salón Carranza de Los Pinos, con los pequeños propietarios. De pronto, el presidente decía… “De acuerdo con la norma…”, en eso, se escucha la voz de Nilda Patricia -su esposa- “Ernesto, sabes perfectamente que eso es una maldita mentira”. Todos, pero todos, incluyendo a los del Estado Mayor Presidencial, nos dimos a la tarea de sacar de inmediato a los reporteros… No era posible que la propia esposa del presidente, lo estuviera calificando de hablador y mentiroso
-¿Te sentías cómodo estar trabajando como vocero de la esposa del presidente Zedillo?
-No, la verdad es que no. Nunca me gusto esa gente.
-Entonces, ¿porque estabas ahí?
-El hambre es cabrona, pero cuando ves en peligro tu dignidad, mandas todo a la chingada.
-¿Cómo viste a Vicente Fox?
-Con ese cabrón solamente tuve dos encuentros, por cierto, los dos, fueron muy graciosos…
-¿Te hacia reír Martha Sahagún?
-Vicente Fox, era un animalote, tontorrón. No era inteligente pero tampoco estúpido…
-¿Entonces?
-Un simple ranchero más corriente que común. Resulta que me invitan a comer en Los Pinos. Cuando llego a la cita, me encuentro a poco más de 20 gentes relacionados con los medios, porque, de ninguna manera, todos eran reporteros.
-¿De quienes te acuerdas entre los asistentes?
-Ahí estaba Eduardo Ruiz Healy, quien me pateó la entrepierna. Un pobre pendejo con un estúpido afán de hacerse notar, gritaba “Oye Vicente” ¡Carajo!!, por un mínimo respeto al protocolo y por educación, no debería decirle “Vicente”, eso, cuando estuvieran juntos y solos en la cantina. Pero en un acto oficial en el Salón Carranza de Los Pinos, la verdad es que no se vale darse esos “baños” de prepotencia, así es Eduardo Ruiz Healy.
-¿Pero qué fue lo “chistoso” que te sucedió con FOX?
-Bueno, estábamos ahí platicando, cuando de pronto, se habla de la generación de electricidad y su venta hecha por particulares, un tema que sacó uno de los empresarios invitados y el presidente exclama: “Eso, ya está superado y hasta resuelto”
-¿Tú, en dónde estabas ubicado?
-Exactamente del otro lado de la mesa de honor. Creo que cometí el error de expresar un pensamiento en voz alta y dije: ¿Superado?… ¿en dónde?… Uff, creo que el presidente alcanzó a escuchar y voltea a verme diciendo: “Ya di la autorización ¿Quién me va a decir que no?”. Todavía le expreso: ¿En que demonios consiste esa autorización? El presidente un tanto enfadado señalándome con el dedo índice: “Para que Liverpool y Palacio de Hierro y no sé quien más, vendan la electricidad que les sobra a ellos”
-¿Quedaste conforme con lo que te respondió Fox?
-¡No hombre!!, era una soberana marranada lo que me acababa de decir el presidente Fox.
-¿Y la otra anécdota?
-Sucedió cuando me trepan a un avión y en pleno vuelo, nos iban a dar de comer. Casi frente a la puerta del avión, estaban sentados Vicente Fox y Martha Sahagún, y del otro lado, estaba yo junto a uno de los funcionarios de prensa de su gobierno.
-¿Por qué te invitaron a ese viaje?
-No tenía ni la pinche idea, pero ya estaba arriba del avión presidencial. Total, se me ocurre soltarle una broma al presidente, inmediatamente, Martha me dice: “Ay, Carlos… ¿Por qué es usted así con el señor presidente? Le digo que era con todo respeto. Entonces, Vicente, con su ronca voz me dice: ”Carlos, yo soy el hombre en la casa”. Atacado de risa, le respondo: “Señor presidente, eso, ni usted mismo se lo cree, y quienes lo vemos, menos lo creemos”. Martha con su falsa vocecita de española replica: ¡Carlos, por el amor de Dios, va hacer disgustar al señor presidente!!
-¿Martha te traía entre cejas?
-Cuando aterriza el avión, al pie de la escalerilla, me detiene Fox y me dice: “Oye, la señora Martha quiere una foto contigo”
-¿Te opusiste a la solicitud presidencial?
-No, le dije que con mucho gusto. Alguien de su staff, nos tomó un par de fotos, pero jamás supe nada de ellas, ni las pedí tampoco.
-¿Cómo la llevaste con tu paisano Felipe Calderón?
-En efecto, era mi paisano y mi amigo.
-A lo mero macho, ¿tu gran amigo con el que te llevabas de a cuartos?
-Digamos que un amigo con el que comía frecuentemente. Quiero decirte que a Felipe Calderón…
-¿Agarrabas las “pedas” con él?
-¡Pues fíjate que no!! A Calderón, jamás lo vi borracho y no solamente eso, sino que íbamos, junto con Gonzalo Altamirano Dimas, quien también fue diputado con Felipe. Yo estaba como jefe de prensa en el Senado, los tres, Felipe, Gonzalo y yo, nos íbamos a la Hacienda de los Morales.
-¿Ahí, sí garraban la “peda”?
-Cuando Gonzalo y yo, empezábamos a desvariar, decir pendejada y media o nos reírnos de cualquiera, Felipe, que a lo mucho, había ingerido un par de copas de vino tino, se levantaba de la mesa y nos decía: “Oigan, ya no me gusta la conversación” De inmediato le decíamos: ¡Pues lárgate, eres un pinche aburrido!!
-¿A lo mero macho, sí se iba?
-Sí, se levantaba y se iba. Insisto, nunca vi a Felipe Calderón ebrio. Ni cuando fue diputado, senador, mucho menos como presidente.
-Entonces, ¿de dónde viene su fama de alcohólico?
-Lo que sí sé, es que el “ilustre” regiomontano, Federico Arreola, quien era director general y dueño de Milenio, le dio instrucciones a una señora, vendedora de bienes inmuebles, para que escribiera una columna en el periódico, que el propio Federico Arreola le dictaba, en la que le ponía muchísimo énfasis en que, cada vez que, él, mencionara a Felipe Calderón, ella, tenía que poner: “Amigo lector, llegó la hora de servirse un “drink”.
-No entiendo ¿Por qué esa fama de borracho al presidente?
-Federico amasó inmensas fortunas en Milenio, pero cuando en Los Pinos no le daban los millones de pesos que exigía, atacaba sin piedad al presidente Calderón, de esa manera, y hasta la fecha, esa estúpida fama le quedó, cuando en realidad, Felipe no es borracho.
-¿Por qué lo defiendes? ¿Cuándo fue presidente, te atendieron $$$ bien?
-No es que lo defienda, simple y sencillamente es verdad. No mundo, ni siquiera estaba yo relacionado con presidencia cuando Calderón fue presidente. Me invitaba a comer a Los Pinos, era mi paisano y Felipe saber ser amigo de sus amigos.
-¿Y con Peña Nieto?
-A Enrique, lo vi solamente una vez, coincidimos en una comida en el Mesón de Puerto Chico de Polanco.
-¿Te invitó a comer?
-No precisamente, sino que ahí, se presentaban cinco o seis aspirantes al gobierno del Estado de México y me lo presentó David López.
-¿Peña Nieto era el favorito para ser gobernador?
-Había dos o tres “inteligentes” de ese grupo de seis probables…
-Ah, bueno, entre esos dos no figuraba Peña Nieto, porque dijiste “inteligentes”
De todo corazón, le ruego a Dios que le inyecte a Carlos Ferreyra, este extraordinario ser humano, un gran amigo y excelente periodista, mucha fortaleza, a decir verdad. Los tiempos de Dios son perfectos y todo, peor todo, sucede cuando tenga que suceder.
Desde estas líneas, le envío un abrazo lleno de afecto y admiración a mi querido Maestro del periodismo y gran amigo Carlos Ferreyra Carrasco.
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