¡Es Claudia! Arenga y robo – SOCORRO. COCO, VALDEZ GUERRERO.

¡Esa bolita es para robar! Gritaban sin hacer nada.
Ella concentrada en su arenga de éxitos, de ciudad ¡Segura! ante sus seguidores y “militantes”.
¡Cuidado! Con el celular, advertían a quienes lo traían a la vista.
Ella, en su discurso, no ¡Oía! A ¡Nadie! Dicen, eran 80 mil asistentes, entre los que se encontraban ¡Ladrones!
No fue un robo aislado, fue ¡Despojo! De celulares y frente a la fiscal, Ernestina Godoy, el jefe policiaco, Omar García Harfuch, y sus cámaras de C5.
Todos se daban cuenta de esa célula de ¡Rateros!, que sincronizados extraían y desaparecían celulares.
Ella, de rosa, se despedía para convertirse de jefa de gobierno a aspirante a la presidencia de México.
No veía ni escuchaba a ¡Nadie! No reparaba en los robos de celulares y hasta de carteras.
Ellos, hábiles ladrones, envolvían a su víctima, la cercaban con sus cuerpos para inmovilizarla y despojarla.
Después, ante cualquier reclamo, bravucones, y cínicos, alzaban la mano, para enseñar, que no traían nada.
Otro ya había desaparecido con el aparato y paciente esperaba, que concluyera el reclamo, para visualizar a otra víctima.
Se camuflaban bien entre seguidores de Claudia Sheinbaum, hasta, dos portaban chalecos guindas para confundirse.
Aprovechaban, que los citados en el monumento a la Revolución, sostenían cartulinas de #Claudia sí, banderines y coreaban lo que sus líderes les instruían.
La fiscal Godoy, el secretario de Seguridad, García Harfuch, y sus cámaras de vigilancia, sólo atentos a ella y a cualquier movimiento extraño que los pusiera en peligro.
Su destacamento de policías también vigilaba los alrededores, revisaban mochilas.
No alcanzaban a detectar las intenciones de quienes iban preparados a ¡Robar! Celulares y lo que se pudiera.
Frente a sus propios ojos despojaban a la concurrencia.
La oradora y quienes la escuchaban seguía, mientras hábilmente ¡Desaparecían los ¡Celulares! De los asistentes.
De mano en mano, esa célula de ladrones, se pasaban los móviles,
después que sigilosos, los extraían de la bolsa trasera del pantalón de sus víctimas.
La ex jefa de gobierno, sostenía ante todos, “es tiempo de mujeres”, y lo fue, las agraviadas por los robos, eran mayoritariamente féminas.
También se refería al combate a la corrupción, y repetía ¡Éxitos!
Se le veía feliz y satisfecha; sus asistentes se retiraban tristes y decepcionadas ante el robo cuando Sheinbaum se despedía.
Salían de ese lugar histórico, con el rostro de lamento y frente a la algarabía de quienes ondeaba las banderas del arcoíris.
Todos sabían quienes eran los ladrones, ella, y ellos, una aspirante y otros,
ahora su ex equipo de seguridad para la ciudad, se despedían ¡Triunfantes!
A todos les esperaba un futuro prometedor, a ellos, a las víctimas reportar a sus compañías telefónicas, el ¡Robo! Para dar de baja su número celular.