Pepe Herrera / Emiliano Sánchez
SemMéxico, Ciudad de México, 5 de octubre, 2023.- Lily, una joven prometedora, enfrenta un giro radical en su vida al ser diagnosticada con cáncer de mama. Tras someterse a una cirugía y un tratamiento de quimioterapia, al concluir dicho proceso, comienza a reflexionar sobre su futuro, en el cual no había pensado mientras luchaba contra la enfermedad.
En la película “Lily” (2013), se aborda la vida de una mujer después de superar el cáncer de mama, tanto en el aspecto social como en los nuevos desafíos que enfrenta. Aunque hay numerosas historias y testimonios sobre la vida tras la detección de la enfermedad, hay escaso material sobre lo que sucede después de vencerla.
Las mujeres que superan el cáncer de mama afrontan importantes problemáticas, más allá del temor constante a la reaparición de la enfermedad. Aquellas que no han tenido hijos podrían temer que esa posibilidad ya no esté disponible, mientras que también deben enfrentarse a la incertidumbre de cómo retomar sus relaciones sociales y cómo establecer intimidad con sus parejas.
Desde hace 12 años, el profesor Benjamín Domínguez Trejo, de la Facultad de Psicología de la UNAM, ha trabajado en el Centro Médico Nacional 20 de Noviembre de forma cercana con mujeres que sobrevivieron al cáncer de mama. De acuerdo con su experiencia en el grupo Ave Fénix, el primer inconveniente que sufren las mujeres al “retomar su vida” es un cuadro de estrés postraumático.
“Al inicio, es complicado para las mujeres retomar su vida tras vencer el cáncer de mama porque viven constantemente con el temor de que este regresará, al ya no estar bajo los efectos protectores del tratamiento o al no tener la misma frecuencia de vigilancia médica. Este temor es intenso e incapacitante al grado de que puede provocar secuelas a largo plazo como alteraciones de apetito o sueño y también un detrimento en la calidad de vida”, indicó el profesor.
Domínguez Trejo explicó que este síndrome de estrés postraumático, “aunque disminuye conforme avanza el tiempo, reaparece cuando la paciente debe realizar una visita de control o pruebas médicas, o al estar próxima una fecha con un ‘evento significativo’ que relaciona con la enfermedad, que puede ser el día que le dieron el diagnóstico o cuando se realizó la operación”.
El experto universitario manifestó que, para que las pacientes puedan vivir con el menor miedo posible a que el cáncer vuelva, es necesario que se integren a grupos de apoyo formados por mujeres que hayan padecido esta enfermedad y tengan un mayor recorrido.
“Es mucho más sencillo encontrar comprensión y apoyo en personas que tuvieron una situación parecida —en este caso, padecer cáncer de mama—. Compartir y escuchar diferentes experiencias permite entender por lo que se va a pasar o se está pasando, y también rinde frutos porque es una cuestión terapéutica de un enorme valor, ya que, si bien hay mujeres que te comparten lo que vivieron, también tú puedes manifestar qué viviste, y eso es liberador de cierta forma”.
Imagen corporal, otro desafío después del cáncer de mama
La mujer que sobrevive al cáncer de mama no solo puede haber perdido un seno al tener que someterse a una mastectomía, sino que, a lo largo de la quimioterapia, padece pérdida de cabello, aumento de peso, fatiga y dolor en las articulaciones, entre otros malestares que se prolongan incluso cuando se acaba con el tratamiento. De igual forma, al no sentirse segura sobre su aspecto, su deseo sexual disminuye considerablemente.
Bajo este panorama, la mujer sufre alteraciones importantes porque su integridad, seguridad y confianza en su rol social, maternal, femenino y sexual se ven amenazadas.
Para realizar una recuperación integral de la mujer, es necesario tomar en cuenta tres factores: lo físico, lo psicológico y lo social. En cuestión de lo físico, se recomienda que las mujeres, después de la mastectomía, consideren realizarse un procedimiento reconstructivo inmediato, ya que se ha comprobado que realizar esta operación ayuda a menguar las complicaciones emocionales que aparecen tras el retiro del seno. De igual manera, deben tener una buena alimentación, procurar hacer una actividad física y dormir bien.
En cuanto a lo psicológico y social, los familiares usualmente piensan que la mujer recuperará la vida que llevaba de forma sencilla porque ya superó la enfermedad. Sin embargo, eso es un error, porque las cicatrices no son solo físicas, sino también emocionales. Por tanto, es necesario que su círculo cercano le brinde apoyo de distintas maneras:
¿Y la sexualidad después del cáncer de mama?
Al haberse sometido a quimioterapias, las mujeres que libraron el cáncer de mama ven disminuido su deseo sexual. Sumado a ello, el aspecto físico también juega en contra.
Con base en su experiencia con pacientes, el docente explicó que hay dos escenarios en la vida sexual de una mujer que venció el cáncer de mama. “Los testimonios nos indican que el primer escenario es la falta de deseo sexual y, por consecuencia, se da un abandono por parte de la pareja. En el otro extremo, y es algo curioso, las mujeres gozan de una actividad sexual satisfactoria”, señaló.
Para que la vida sexual de una mujer que venció el cáncer de mama sea satisfactoria, es necesario tomar en cuenta estos puntos:
Vida laboral y personal después de cáncer de mama
Volver al trabajo es una situación complicada para la mujer sobreviviente al cáncer de mama. Los efectos físicos, mentales y emocionales pueden postergar la reanudación de esta actividad. Por tanto, es necesario no apresurar este proceso y que la mujer realmente se sienta preparada para retomar su vida laboral y, sobre todo, que cuente con el aval médico.
Se debe considerar platicar con el departamento de recursos humanos del trabajo para tomar las mejores medidas. Para hacer que este proceso sea más fácil, la empresa debe tomar en cuenta que algunas pacientes se quedan con secuelas de fatiga y, por tanto, es bueno contemplar el trabajo a tiempo parcial.
“Las sesiones de radiación o quimioterapia son realmente agotadoras y dejan secuelas. Entonces, apresurar la vuelta al trabajo sin tomar en cuenta ese factor es un riesgo. Se puede decir que, si bien las pacientes pueden volver a realizar sus actividades laborales, lo harán al principio con dificultades”, señaló el profesor Domínguez Trejo.
También se deben procurar horarios flexibles que permitan que la sobreviviente al cáncer de mama acuda a sus citas médicas; una carga de trabajo menor o una función o tarea que sea acorde a sus capacidades; otorgarle pequeños descansos y estar abierto al diálogo.
Una mujer sobreviviente al cáncer de mama sigue siendo muy capaz, pero retomar su vida necesita de paciencia y del apoyo familiar para que este proceso sea más fácil.
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