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*.- México es un bendecido paraíso del continente americano
Por Edmundo Cázarez C
-Primera de dos partes-
. -Foto Adrián Ponce-
Dentro de seis meses, el dos de junio de este recién estrenado 2024, todo apunta que México habrá de contar con la primera mujer que se convierta en Presidente de la República, así es que, continuando con la saga LAS GUERRERAS DEL PERIODISMO, que iniciamos aquí, en EL UNIVERSAL, El Mejor Diario de México, el pasado 17 de diciembre de 2023, un merecido y justo reconocimiento a las mujeres periodistas que hay en nuestro país, quienes, sin descuidar sus obligaciones del hogar, cumplen cabalmente y de manera sobresaliente, su cotidiano quehacer periodístico, poniendo muy en alto su esfuerzo y el prestigio del medio de comunicación para el que colaboran, pero, sobre todo, dignifican el periodismo nacional.
Antes de iniciar de lleno con esta amena e interesante charla con la destacada periodista Ivonne Melgar Navas, mi estimado lector de EL UNIVERSAL, hago votos, de todo corazón, porque este 2024 esté lleno de salud, bienestar y éxitos para usted y los suyos.
Salvadoreña por nacimiento, pero nacionalizada mexicana por voluntad propia, en esta primera parte de la entrevista con EL UNIVERSAL, nos comparte la dolorosa experiencia que le tocó vivir en carne propia en su natal El Salvador, bajo un régimen socialista y represor. Tajantemente, enfatiza: “Como México no hay dos, no dejemos que estúpidas políticas socialistas implementadas en los últimos cinco años, destruyan a este gran país, tal y como ha sucedido con varias naciones de Centro América, entre ellas, mi natal El Salvador” Una y otra vez, señala que México es un bendecido paraíso del continente americano.
Ivonne Melgar es una mujer inteligente, educada, culta, hiperactiva y dueña de una memoria prodigiosa. Dentro de su ardua actividad periodística, actualmente es una incansable reportera del periódico Excélsior, teniendo a su cargo la fuente legislativa, cubriendo las crónicas y actividades de la Cámara de Diputados y Senado de la República, y por si fuera poco, le ha tocado asumir la enorme responsabilidad de conducir diferentes espacios informativos para la radio y televisión en Grupo Imagen.
No cabe duda que Ivonne Melgar es una mujer sorprendente y fuera de serie, comenzó a escribir desde muy temprana edad. Se graduó con honores en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, como Licenciada en Ciencias de la Comunicación, presentando la tesis “De las cenizas a los escombros”, un excelente reportaje sobre la guerra civil salvadoreña.
Además de ser una destacada columnista y colaboradora en Imagen Radio, Cadena Tres y Canal 28. Lo mismo trabaja para radio, televisión y hasta se da sus “tiempecitos”, como le llama, para colaborar con diversos medios de comunicación impresos y digitales. Amén de sumergirse a la cocina de su hogar para preparar deliciosos platillos para su familia.
Por más que se esfuerza en ocultar su nerviosismo, confiesa sentirse sumamente “rara” al ser entrevistada, pues es ella -afirma-, durante casi 40 años, quien formula las preguntas en miles de entrevistas que ha tenido que realizar como parte de su cotidiano quehacer periodístico.
Con absoluta sencillez y franqueza en cada una de sus palabras, responde a nuestras preguntas, siendo acompañada por su esposo, el abogado Martin Beltrán Álvarez, en la intimidad de su hogar, finamente decorado dentro de un hermoso y moderno conjunto residencial ubicado al sur de la Ciudad de México.
Sencilla pero elegante en el vestir, a manera de bienvenida, nos invita una deliciosa taza de café para mitigar un poquito el intenso frio que se registra al sur de la Ciudad de México, con lo que nos da muestras de ser una excelente anfitriona.
-¿Cómo te va en la vida?
-¡Vaya pregunta!! Me ha ido de todo en la vida…
-¿…A lo mero macho?
-Sin lugar a dudas. Solamente quien carga el costal, es el único que sabe lo que lleva adentro….
-¿La vida va…?
-Indiscutiblemente, la vida va…
-¿Pero, ha valido la pena?
-¡Por supuesto que sí!! He tenido el privilegio de hacer lo que me propuse desde niña, pero, además, con creces.
-¿Gracias a la vida?
-Tarareando la bella melodía “Gracias a la Vida”, que inmortalizara la inolvidable Mercedes Sosa-, me dice: “He tenido muchísimas oportunidades de crecer y disfrutar de mi trabajo profundamente…”
-¿Una vida sobre terciopelo azul?
-¡Nooo!!, por supuesto que no. ¡Puff!!, no siempre las cosas son aterciopeladas, como bien lo apuntas.
-En esta vida nada, pero nada, es fácil…
-Coincido contigo, es un constante aprendizaje, enfrentar el dolor, lo cual, va conformando tu propio destino…
-Nadie puede patear su futuro…
-Querido Edmundo, antes de responderte, quiero preguntarte ¿Tomaste cursos de sicología avanzada?…
-No, para nada… ¿Te molesta que haga preguntas, un tanto fuera de lo común?
-¡Claro que no!!, al contrario, me demuestras tu inteligencia e invitas a tu entrevistado a sumergirse en un plano de absoluta confianza. Me tienes impresionada, y eso, que apenas comenzamos la conversación…
-Te agradezco mucho el concepto, pero déjame decirte que… A lo Mero Macho… Primero entrevisto y luego existo. Mejor dime, ¿Cómo abrazas a la vida cuando recibes golpes que te derriban?
-¡Qué agradable es conversar contigo…
-¿Otra vez con el duelo de halagos?
-Está bien ya veo que eres de lo más sencillo. Respondiendo tu pregunta, tienes que abrazar tu propio destino y preguntarte si puedes hacer eso, o simplemente, asumirlo como tal. Es así como la vida comienza a desarrollarse ante situaciones que son inevitables.
-Dicen que los tiempos de Dios son prefectos…
-Tienes toda la razón. Hoy, hace exactamente cinco meses que mi papá sufrió un infarto cerebral y logró sobrevivirlo. Esta recuperándose poco a poco. Gracias Dios… ¡está vivo!!
-¡Uff!!, lo siento mucho, como dice Ciro Gómez Leyva… ¡Ánimo!!
-No lo puedo negar, ha sido un muy duro golpe, para mí, saber que se encuentra postrado en una cama de hospital. Mi padre, era un destacado académico, un Maestro de Letras y un hombre amante de la poesía, no obstante, tiene que sobreponerse a estos momentos tan difíciles que lo ha puesto en los límites de su existencia…
-Súbitamente, los ojos de mi entrevistada se llenan de lágrimas. Un nudo en la garganta le impide continuar con su relato, mi eficiente acompañante, le proporciona un pañuelo desechable y le acerca un vaso con agua que minutos antes le había llevado el licenciado Martín Beltrán Álvarez, el esposo de esta destacada reportera. Considero pertinente dejar pasar unos minutos en lo que se tranquiliza… Querida Ivonne, nada es para siempre…
-¡Exacto!!, nada es para siempre. Justamente, eso es lo que he empezado asimilar, es decir, no vivir en medio de la ansiedad y angustia…
-Tú, eres una auténtica Guerrera del Periodismo… -¡Qué sabroso es platicar contigo!! Tienes toda la razón, el periodismo te salpica de toda esa adrenalina. Siempre, estas ansioso por querer “cubrir” más de cinco cosas de manera simultánea.
-¡Arríba corazones!!, como decía don Carlos Amador.
-Déjame decirte que, mi esposo, acaba de superar una verdadera crisis de resistencia a causa de un cáncer de próstata, hoy en día, mira, está lleno de vida y dándole gracias a Dios y a la vida misma.
-Insisto, vale la pena vivir…
-Totalmente de acuerdo contigo, mi querido Edmundo
-Vayamos a cosas más gratificantes ¿Qué recuerdos tienes de esa etapa infantil vivida por la pequeña Ivonne, en su natal San Salvador, el vecino país centroamericano El Salvador?
-Tuve una infancia en medio de una pre guerra civil y militar registrada en El Salvador. Mis padres, estaban catalogados como de izquierda y hasta comprometidos con la causa de la democracia y la revolución, quienes vivían en una dinámica de un anti/sistema, y sobre una ola de la fe, que representaba una revolución en América Latina.
-¿Era un privilegio o un castigo divino desarrollarte dentro de una difícil conciencia social?
-Reza el dicho: “No hay mal que por bien no venga”. Mi padre me alimentaba con el espíritu de la poesía y me dejaba de tarea que leyera “Los Motivos del Lobo”, de Rubén Darío en tiempo de vacaciones para que me lo aprendiera de memoria
-Perdóname que insista ¿Cómo era la vida de esa pequeñita? ¿A qué jugaba?
-Nos tocó afrontar una experiencia mucho muy contrastante porque crecimos en una colonia de clase media. Mis papás se desempeñaban como maestros universitarios, peor al mismo tiempo, eran contestatarios, es decir, teníamos prohibido ver televisión.
-¿De cierta manera, naciste en “pañales de seda”?
-Rascándose la frente con su mano derecha, suspira profundamente y me dice: “¡Uff!!.. Recuerdo que casi todos los niños de mi colonia asistíamos a un colegio privado, mientras que nosotros íbamos a una escuela pública.
-¿Apegados a costumbres religiosas?
-No, fíjate que no. Mis padres se convirtieron en ateos por completo mientras que mis abuelos eran presas de un absoluto fanatismo religioso.
-¿Ni para dónde hacerse?
-Yo me sentía totalmente confundida por esa contradicción y hasta por ese enfrentamiento familiar…
-Vaya dilema…
-Consciente de todo eso, particularmente, en lo que a mí correspondía, algo sucedió en m i interior que me alejé por completo a jugar con las muñecas…
-¿Preferías los juegos de los niños varones?
-No, sino que me atraía muchísimo más participar en todo tipo de concursos de intuición y de hasta de estar conduciendo algo. Todo eso, me sucedió durante el tiempo en que cursé la primeria y hasta primero de secundaria.
-¡Cuéntame algún anécdota que te dejó tu paso por la primaria…!!
-Solamente te puedo comentar que fui una niña de excelencia académica y durante toda la primaria, me entregaron la “banda de excelencia escolar”.
-¿Muy “matadita” para el estudio?
-Sí, la verdad es que sí. Era mucho muy “matadita” tanto para las tareas como atención en clases.
-¿Te ayudaban hacer las tareas?
-No, definitivamente no y te digo que no, porque no existía una cultura de que tus papás se sentaran contigo hacer las tareas, como ambos eran maestros, no era necesario que nos revisaran las tareas…
-¿Una presión paternal implícita?
-¡Exacto!!, muchísima presión y hasta cierto miedo al fracaso escolar, cosa que nos inculcaron de forma angustiosa, por así decirlo. Déjame decirte que, quinto de primaria fue muy duro para mí, porque sufrí de Hepatitis, motivo por el cual, estuve en cama durante un largo tiempo y alimentándome de puros dulces, de acuerdo a los usos y costumbres de El Salvador. Todos los días, mis compañeritos de escuela me llevaban una bolsa de dulces y no me quedaba otra que permanecer en cama hasta que desapareciera el color amarillo de todo mi cuerpo…
-Si no tenían tele ¿Cómo demonios te divertías o entretenías?
-No me quedaba otra que estar postrada en mi cama, leyendo cuanta cosa caía en mis manos. Ahora que sé que es tan grave esa enfermedad, me digo por dentro: “Que duro debió haber sido para mi mamá que estuvo cuidándome todo el tiempo.
-¿Te aterraba la enfermedad?
-No, la enfermedad no, pero sí, mi angustia era cómo le iba hacer con las tareas y lo que les enseñaban a los niños durante mi ausencia. Afortunadamente, mis compañeritos que iban a visitarme, me mantenían al tanto, gracias a mi buena memoria, registraba todo lo que me compartían. Más que la hepatitis, mi sufrimiento era: ¿Qué iba a suceder con mis deberes escolares? Mi mamá iba a recoger los cuadernos a las casas de mis compañeritos, y ahí me tienes escribiendo todo.
-¿…Y Después de la primaria?
-Mis papás deciden adelantarse a México en busca de mejores oportunidades de vida, debido a la delicada situación política que se vivía en El Salvador…
-¿Tú y tus hermanos se quedan al resguardo de los abuelos?
-Solo fuimos dos hijos, mi hermana Gilda y yo, por cierto, ella también vive a media cuadra de esta, tu casa.
-¿Tu juguete favorito?
-No había tal… Quizás, nos gustaba jugar damas chinas. Mi hobby era leer muchísimo…
-Alguna lectura en especial que te llamara la atención?
-Buscaba a las poetizas de la época como Claudia Lars…
-¿Te dejabas atrapar por la magia de los libros?
-Indiscutiblemente, mi formación se la debo a los libros y mis papás, dentro de toda su precariedad, hicieron muchos esfuerzos para que estudiáramos música, estando ya en la Ciudad de México
-¿Qué futuro les deparaba a tus padres en México?
-Mi papa decide realizar un doctorado en Letras Hispánicas dentro del Colegio de México… ¡y que lo aceptan!!, Mi papá estaba muy joven…
-¿A qué edad llegas tú, a México?
-A los 13 años de edad. Mi papá tenía 19 años de edad cuando yo nací… ¡era un chamaco!!
-¿Y tu mamá?
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