Línea Dorada: ¿Castigo a la corrupción oculta?
En la peor tragedia del Metro de la Ciudad de México, en la que murieron una treintena de pasajeros y más de 80 lesionados, pareciera que no hay ni habrá responsables-culpables. Y si de eso se trata, por supuesto que hay que atribuirla a los gobiernos anteriores de la capital nacional, específicamente al de Marcelo Ebrard Casaoubon y su cerebro financiero Mario Martín Delgado Carrillo, durante el período sexenal 2006-2012.
La razón: Ambos, en principio, fueron los estrategas de la construcción de 26 kilómetros de la Línea 12 del Sistema de Transporte Colectivo Metro, para comunicar diariamente de manera subterránea, de superficie y elevada, a un mínimo de 450 mil personas en la Ruta Mixcoac-Tlahuac.
Ayer militantes prominentes y distinguidos del Partido de la Revolución Democrática (PRD), y hoy, el de origen familiar francés, favorito del dedo elector para el relevo de 2024, mientras que el de raíces mexicas, líder nacional impuesto, del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), y operador principal de la estrategia de mantener la mayoría del partido oficial, en la Cámara de Diputados, que permita el control absoluto de las decisiones favorables del Poder Legislativo a las iniciativas del Ejecutivo Federal.
Esta vez no se escupió para arriba.
Y es que a diferencia de la mayoría de las ocasiones en que desde los diversos frentes de la cúpula del poder, todos los males y actos de corrupción heredados, se han atribuido a los gobiernos neoliberales, conservadores o “fifís”, esta vez, hubo abstención de crítica semejante, pues desde 1997, el antiguo Distrito Federal ha sido territorio de quienes actualmente lo siguen gobernando con siglas y colores diferentes.
Cuál secreto de Estado, las cuentas de tan importante obra pública no se transparentan con detalle, sino de manera muy generalizada y a cuentagotas, como las del segundo piso del Periférico, que extrañamente se “encriptaron”, para darse a conocer en 2021, sin que a la fecha se tenga la información ocultada desde hace 16 años.
Lo más que se sabe, es que de un presupuesto autorizado del orden de 17 mil 583 millones de pesos, que empezarían a aplicarse en junio de 2008 para culminar en octubre de 2012, con un costo de 26 mil millones de pesos, es que no haberse detectado sobre la marcha actos de deshonestidad de funcionarios asignados, no fue sino hasta 2014 cuando después de una auditoría llevada a cabo por la administración del sucesor Miguel Angel Mancera, también del PRD, se empezarían una serie de irregularidades, que muy pronto fueron frenadas, para evitar un escándalo.
Saldrían a flote los nombres de algunos funcionarios colaboradores directos de Marcelo Ebrard Casaoubon y de Mario Martín Delgado Carrillo, que darían idea general del saqueo que sufrieran las arcas para la construcción de la magna obra.
Aparece en primer lugar el nombre del director del Proyecto, Enrique Horcasitas Manjarrez, al que la Auditoría Superior de la Federación, al revisar la Cuenta Pública de 2009, detectó el parentesco entre el responsable de la construcción de la Línea 12 del Metro, con su hermano Luis, quien entonces ocupaba el cargo de vicepresidente de Construcción Civil de la empresa Constructora ICA, propiedad del magnate Carlos Slim Helú, a quien se asignaría el contrato.
Lo interesante del asunto, es que el propio Enrique había trabajado durante 20 años en ese mismo negocio, y su consanguíneo, según la ASF, había sido promovido de director general de Construcción al rango superior, luego de las negociaciones, en las que presumía que por tal circunstancia, “se advierten modificaciones con ventaja para el Consorcio, porque se incrementó el costo de estaciones y tramos de conducción que no se modificaron, que van del orden del 2% al 169% de más, y se incrementaron los porcentajes de los anticipos del 20.9 al 37.4% en demérito de los intereses del GDF, además que dichas modificaciones alteran las condiciones establecidas en el contrato a precio alzado y tiempo determinado”.
Independientemente de lo descubierto, en la que Luis jugó el papel de operador del arreglo cupular con el ilustre empresario de origen libanés, que para entonces era el consentido de la “izquierda perredista”, que había recibido en comodato los edificios más importantes del Centro Histórico de la ciudad de México, para su remodelación y uso lucrativo o personal.
Y por si eso fuera poco, ICA iniciaría posteriormente una demanda interpuesta en 2013, por Luis Horcasitas Manjarrez, contra el Gobierno del Distrito Federal, por casi cuatro mil millones de pesos, por trabajos realizados que no estaban originalmente contemplados en el Proyecto de su hermano Luis.
Como parte de la alharaca creada por Miguel Ángel Mancera, a Enrique Horcasitas Manjarrez, se le se le adjudicó la responsabilidad principal de las irregularidades, recibiendo como sanción administrativa una inhabilitación para ejercer como funcionario por 46 años, además de quedar obligado a pagar cuatro mil 597 millones 800 mil pesos, por concepto de “reparación de daños”, que se reducirían por resolución de la Suprema Corte de Justicia a la que recurrió el “agraviado”, a quedar fuera de presupuesto oficial por 20 años y al pago de sanción equivalente a siete millones 800 mil 130 pesos.
Hace ocho años, el show armado por el ahora senador, Miguel Ángel Mancera, ubicaría también a los “empleados corruptos” de Ebrard Casaoubon, de una lista de 48, de los cuales únicamente se revelaron 30, entre los cuales sobresalían Enrique Baker Díaz, director de Ingeniería y Proyecto de Diseño de Obra Civil, que sería inhabilitado cinco años y condenado a pagar una multa de 981 millones 780 mil pesos.
De igual forma, Fernando Taboada Meraz, director de Construcción de Instalaciones Electromecánicas, quedando fuera de toda posibilidad de trabajo gubernamental por 20 años y pago de sanción del orden de 297 millones de pesos; Carlos Raúl Cruz Neri, inhabilitado 37 años y a devolver 297 millones de pesos; Moisés Guerrero Ponce, director de Construcción de Obras Civiles, 30 años a permanecer fuera de la burocracia y pena económica de siete millones 800 mil pesos, además de Sergio Vázquez Galicia, inhabilitado 21 años y multa de cinco millones 200 mil pesos.
Para entonces, el exjefe de Gobierno Marcelo Ebrard Casaoubon, disfrutaba en París, la capital del país de las realezas y las grandes Monarquías de la vieja Europa, las mieles del triunfo a su paso como autoridad perredista de la principal urbe de México, poniendo suficiente distancia más allá del Atlántico, para seguir de lejos en su exilio dorado, los acontecimientos del fraude cometido en la construcción de la Línea del Metro Mixcoac-Tlahuac.
La consigna cupular del mando de la izquierda del PRD, estaba dado, para que su relevo, Miguel Ángel Mancera, no involucrara en ningún momento del colosal fraude que empezaba a descubrirse en la realización de la Línea 12, que junto con las demás Rutas del principal sistema de transporte colectivo de la capital nacional, transportaba diariamente cuatro millones y medio de usuarios.
En la trama de las deshonestidades, uno de los funcionarios más protegidos, ha sido el ahora diputado federal y dirigente nacional de Morena, Mario Martín Delgado Carrillo, quien como secretario de Finanzas de Marcelo Ebrard Casaoubon, autorizaría mediante oficio firmado y fechado el 17 de diciembre de 2009, un total de mil 588 millones de dólares, para la renta de 30 trenes a la empresa española CAF, que serían utilizados en el nuevo tramo del Metro capitalino, en amplio desacato al Proyecto que establecía la compra, que por cierto resultaría mucho más económica.
Adjudicación directa de Delgado Carrillo al consorcio ibérico “Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles” (CAF México, S.A. de C.V.), del arrendamiento de convoyes de siete unidades cada uno de ruedas de metal, contrario al ordenamiento original de la adquisición de trenes con uso de llantas de caucho-aire idóneas para un mejor funcionamiento.
De acuerdo con las investigaciones periodísticas hasta ahora efectuadas, se sabe que dos meses antes de la erogación, la española CAF hizo llegar a Mario Martín Delgado Carrillo, el cerebro financiero de Marcelo Ebrard Casaoubon, el contrato que especificaba un costo radicalmente diferente del arrendamiento “a largo plazo”, el cual ubicaba en 420 millones de dólares.
En aquellos días, el secretario de Finanzas del Gobierno de la ciudad de México, tendría como hombre de toda su confianza a Jesús Orta Martínez, a quien encomendaría su representación ante los empresarios de CAF, así como la renta de mil 855 autos patrulla para la Secretaría de Seguridad Pública, las cuales tendrían un sobreprecio escandaloso, por lo que sería investigado y señalado como responsable del desvío de dos mil 500 millones de pesos por esa operación, por lo que esperó a ser detenido y con la ayuda de su jefe se daría a la fuga, siendo declarado como prófugo de la justicia.
Y cuando todo suponía que a Marcelo Ebrard Casaoubon, no se le involucraría en el escándalo de corrupción por la construcción de la Línea Dorada, ocurriría en septiembre de 2014, cuando se había autoexiliado en París y ciudades circunvecinas, el cuestionamiento de un grupo de legisladores de la oposición, en relación a un supuesto desvío cometido por el ex jefe de Gobierno, del orden de 627 millones de pesos.
Preparado para cualquier eventualidad, el 10 de septiembre de 2014, al ahora canciller y candidato presidencial favorito de Morena, refutaría las acusaciones, en su cuenta de Twitter: “Me hago responsable de cualquier imputación a mis decisiones. Invito al jefe de gobierno a diálogo público, jamás he sido corrupto”.
Pasarían tres años, y en 2017 Miguel Ángel Mancera, observando como insostenible cubrir las espaldas a su correligionario perredista antecesor,
enviaría a los reflectores al entonces director del Metro, Jorge Gaviño Ambriz, presentaría su diagnóstico de la Línea 12, revelando que esta Ruta tuvo fallas de construcción, por lo que en marzo de 2014, se vería en la urgencia de suspender el servicio, entre las estaciones de Tlahuac a Atlatilco, que volverían a reanudar en su totalidad a finales de 2015.
Y la advertencia que hoy cobra actualidad al traducirse en la mayor tragedia de este sistema de transporte: “Los errores cometidos en la construcción son permanentes y requieren un mantenimiento de alto costo por el desgaste ondulatorio de las fías férreas”.
Ahí se agrega el hecho de que esto último, fue ocasionado por el uso de ruedas metálicas de los trenes rentados por Mario Martín Delgado Carrillo, y no neumáticos de caucho, así como la dudosa calidad de las bases de los rieles, en el que las constructoras responsables, no respetaron la aplicación de concreto al 100 por ciento, con acero de calidad óptima, en el afán de “ahorrar”, siendo la causal complementaria del desplome del convoy.
Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.
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