Epístolas Surianas – Secretaria general inaguantable… – De Julio Ayala Carlos

QUIENES ESCUCHAN A LA SECRETARIA general del PRI, del comité directivo estatal, Pilar Vadillo, coinciden en que está irritable. Que con poco se prende. Que con todos busca pleito. Que a todos echa culpa. Que nada le parece. Que no hay quién la aguante. Que nadie le puede decir nada. Bueno, hasta que ya no es la misma de antes.

“Está inaguantable”, dicen, desde que Mario Moreno Arcos y Héctor Astudillo Flores renunciaron al PRI, así como otros más, entre diputados locales, exdiputados, expresidentes municipales, excandidatos, dirigentes municipales y muchos liderazgos locales y regionales. Inaguantable, coinciden.

¡Y cómo no, si su partido, el PRI, está resquebrajado, y aún y cuando ella es secretaria general, se encuentra sin liderazgo, sin directrices, sin brújula, sin destino; sin idea de qué hacer para mantener una senaduría que está incierta!

¡Dando palos de ciego…!

La secretaria general del PRI, Pilar Vadillo, dicen quienes la conocen, hoy por hoy, mienta madres por todo.

Traidores, malagradecidos, les grita a quienes se fueron del PRI.

“Respira por la herida”, dicen…

Culpa a todos de la situación que atraviesa el PRI, a los que se fueron de ese partido, por las malas prácticas de sus dirigentes, de Alejandro Moreno, quien sin ningún pudor reparte candidaturas, y de Manuel Añorve, por haber sido impuesto como candidato al Senado, con la idea de reelegirse en el cargo.

Bueno, culpa hasta al PRD, al PAN y hasta a Morena, el partido en el gobierno, por no prever la salida de los únicos liderazgos reales que tenía el tricolor, es decir, Mario Moreno Arcos, excandidato a la gubernatura, y a Héctor Astudillo Flores, exgobernador del estado.

Una entrevista radial con el periodista Federico Sariñana lo dice todo. Está obsesionada con los que se fueron. Son ingratos, es lo menos que dice de quienes hasta hace dos meses les hacía caravana.

Para ella, Mario y Astudillo son los malos, y se fueron porque no les dieron más cargos, pero se guarda de decir que será diputada plurinominal.

Va en el lugar número dos, porque es la secretaria general, dicen quienes conocen de los acuerdos al interior de ese partido.

Pero no sólo por eso, sino porque la secretaria general del PRI es gente de Añorve, el único cuadro que aún le queda.

Sobra decir, entonces, las razones, de por qué no culpa del resquebrajamiento del PRI a Manuel Añorve.

No obstante el segundo lugar, decíamos al principio, está irritable, inaguantable.

Así está “la jefa”, señalan en el comité directivo estatal del PRI.

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