Epístolas Surianas – La desesperación de Añorve – De Julio Ayala Carlos

SI AÑORVE CREÍA QUE PERDIENDO nuevamente ante Félix Salgado Macedonio, sería otra vez senador de la República, está más que claro que se equivocó de nuevo. Y es que a 19 días de campaña, las cosas ya son distintas, pues además de cruzársele Mario Moreno Arcos, está en el último lugar de las encuestas, precisamente porque el excandidato a gobernador lo ha desplazado, lo que lo tiene furioso, malhumorado, inaguantable y por supuesto grosero.

En efecto, Manuel Añorve creía, y creyó, que con ser nuevamente candidato a senador, era más que suficiente para ocupar otra vez el cargo. Aunque pierda, como hace seis años, voy a ser, pensó de nuevo. Así lo acordó con su compadre, Alito, y así lo acordó también con Morena, el partido del presidente López Obrador, con el que trabaja, haciendo equipo, para los temas que le interesan a ese partido.

Así lo veía desde el cómodo sillón de su oficina en el Senado, desde dónde todo se ve diferente, fácil, sin problemas, desde donde con el poder, todo se puede. Así lo pensó, así lo creyó…

Pero… pero se le cruzó, primero, el excandidato a gobernador Mario Moreno Arcos, y luego el exgobernador del estado Héctor Astudillo Flores. Ambos, con el liderazgo al interior del PRI, con trabajo a ras de piso en Guerrero, con acercamiento con los militantes de ese partido.

Así es. Añorve, no lo pensó, y si lo pensó no lo vio, y si lo vio, no lo creyó…

No creyó que Mario y Astudillo, Astudillo y Mario, se fueran del PRI, que abandonaran ese partido. No lo van a hacer, confió a sus cercanos. No tienen a dónde ir, le aseguró a Alito. Mario está acabado; no tiene dinero. Que se conforme con Chilpancingo, o con una diputación local. Así lo acabamos para el 27. Y a Astudillo le ofrecemos algo para su hijo. Cualquier cosa, una diputación, por ejemplo, y así lo tenemos contento.

Así lo creyó, así lo vio, y así, otra vez, Manuel se equivocó, igual que 14 años antes, cuando tampoco vio venir la renuncia de su primo, Ángel Aguirre Rivero, cuando se empeñó en ser candidato a gobernador, cuando todas las encuestas, todas las preferencias ubicaban al de Ometepec para ser el candidato de su partido. Aguirre nunca se va a ir del PRI, también entonces lo creyó.

Aguirre se fue al PRD, y Añorve perdió. Como perdió frente a Félix Salgado en el 2018, y como sabe que va a perder frente a él. No importa, vamos a entrar al Senado como la otra vez. Vamos a entrar perdiendo, le dijo a su secretario riendo.

Pero Mario y Astudillo se le atravesaron en el camino. No sólo renunciaron al PRI, sino que el primero se convirtió en candidato a senador por MC y el segundo, su operador político. MC, el partido que promete un cambio diferente, y que en Guerrero no tenía más que dos o tres puntos porcentuales en presencia, a 19 días del inicio de las campañas al Senado y a la Cámara de Diputados, con Moreno Arcos, de acuerdo a la última encuesta de Añorve, tiene ya 10 puntos de intención del voto. Otras encuestas ubican al candidato emecista en segundo lugar, ya por arriba del candidato priísta.

En consecuencia, si está en tercer lugar en las encuestas, que miden la intención del voto, ya no está seguro de que entrará al Senado perdiendo.

Eso es, precisamente, lo que tiene enojado, desesperado e irritable al chaparrito que se dice cabrón aunque no lo demuestra en las elecciones. Precisamente por eso es que, con el grito de “al ladrón, al ladrón”, para desviar la atención de lo que lleva a cabo, acusa a otros de lo que realiza.

Las lonas encontradas en algunas partes del estado, en donde se dice que Mario Moreno protege a los delincuentes, o de que éstos lo apoyan, apuntan a que tienen su origen en el senador. No será la primera vez, señalan en el equipo del candidato de MC. Es perverso, coinciden. No se espera menos de él.

Obvio, Añorve se quejó primero. Sin conocerse, sin aprobarlo el INE, se quejó, apunto del llanto, de un spot de MC en donde señaló que lo ponía en peligro y a su familia también. Y así, sin conocerse, acusó al dirigente nacional emecista, Dante Delgado, a su candidato presidencial, Jorge Alvarez, y a Mario Moreno de lo que pudiera ocurrirle. Las lonas, son la respuesta.

“Y yo por qué”, dijo Mario. Está loquillo, agregó. Yo estoy ocupado recorriendo el estado. Parece que quiere ganar en la PGR. No cabe duda que está desesperado, está preocupado. “Tiene miedo de que no va a llegar al Senado en donde nada ha hecho”.

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