Epístolas Surianas – Javier Saldaña Almazán… – De Julio Ayala Caros

De Julio Ayala Caros

• Javier Saldaña Almazán…

AÚN CON EL GRADO DE DOCTOR, no es especialista en nada, menos un sabio, o científico como dice el preside Andrés Manuel López Obrador. Una cosa es que se lo digan los empleados, y otra cosa es que sea cierto. En el fondo, se ríen de él, de su egocentrismo, de su megalomanía, de su egolatría. En los hechos, se ríen de sus poses de intelectual, y de querer parecerse a Rosalío Wences Reza, éste sí un verdadero rector de la Uagro.

Y es que, en los hechos, no es más que un aprendiz de cacique, enfermo de poder, de dinero, y con sueños de que algún día, algún día será gobernador del estado, obvio, sin elecciones, porque eso no es lo suyo, sino por acuerdo, por cabildeo y consenso.

Hace apenas 15 años, o menos, el Licenciado en Derecho, que no abogado; el Maestro en Administración, y Doctor en Comunicación, y hoy tres veces rector, era un modesto trabajador de la Uagro. Fue hasta que Arturo Contreras Gómez, entonces rector, y a quién después traicionó, lo puso en el área de Planeación desde donde agarró poder, al igual que el extinto Ascencio Villegas Harrizon.

Luego, con un sueldo que no pasa de los 100 mil pesos, no sólo compró ranchos, sino también caballos costosos que no pueden explicarse con lo que gana, convirtiéndose en un rector rico con universidad pobre. Así lo denunció en su momento el exgobernador Ángel Aguirre Rivero, y así lo criticó también el senador, hoy con licencia, Félix Salgado Macedonio.

Por supuesto, no sólo a aquellos ha traicionado. También lo hizo con el entonces gobernador Héctor Astudillo Flores, a quién nadie sabe qué le prometió para que el Congreso del estado le aprobara una Ley Orgánica a modo, con el fin de que se estableciera en la misma su reelección. Y obvio, sin candidato enfrente, para lo cual, desde el Consejo Universitario, puso candados para que nadie, más que él, cumpliera los requisitos para ser rector.

Por supuesto nos referimos a Javier Saldaña Almazán, quién en su narcisismo, es un modelo a
seguir. Precisamente por ello, es que en la Uagro lo es todo, desde Maestro Emérito sin mérito, catedrático, investigador, coautor, conferencista, moderador, y presentador. Para él, no hay otro, más que él. Es el gran pensador, el sabio, el inteligente, el científico, el que lo sabe todo.

Sin embargo, parece que no entiende ni lo que se cree. Se dice abogado cuando no lo es. Se cree eficiente administrador cuando el exgobernador Zeferino Torreblanca Galindo asegura, de acuerdo a resultados de auditorías financieras, tiene cuentas pendientes. Se pavonea como Doctor en comunicación cuando sus textos de una cuartilla los puede redactar cualquiera, y confunde, por ejemplo, vocero con voceador.

Y aún más. Se dice demócrata a pesar de que no le gustan las elecciones como las que se realizaron en todas las unidades académicas de la Uagro. No sirven, no son necesarias, ha dicho, porque añade, sólo causan conflicto y división entre los universitarios. Por eso él mismo, en su última elección para ser rector, bloqueó a todo aquel que quiso competir con él.

Saldaña Almazán, hay que decirlo, se ufana al decir que por él la Uagro está, académicamente, en el lugar que ocupa, académicamente. Nada más falso. Vamos, ni siquiera es quién inició el proceso de transformación de la máxima casa de estudios del estado. Ese honor, aunque le duela, le corresponde a Arturo Contreras y al extinto Villegas Harrizon. Lo que ha hecho el actual rector es, en todo caso, beneficiarse del poder, utilizando a la institución.

Así lo hizo con el anterior gobierno, y así lo está haciendo con el actual, a quién de manera vergonzosa le sirve sin ningún pudor. El acarreo de estudiantes, principalmente de bachillerato a los eventos de gobierno, son la mejor muestra, como también a los actos políticos de los candidatos del partido gobernante en turno.

Wences Reza, a quien supuestamente admira, se moriría de vergüenza al saber que Javier Saldaña tiene a la Uagro secuestrada, al servicio del gobierno y sin ninguna brújula, al saber que traicionó el proyecto de Universidad Pueblo, como lo señalan con vergüenza aquellos que lucharon con aquél.

En fin. Mientras sueña algún día gobernar Guerrero, ya por el PRI, por Morena, o por el partido que esté en el poder, coquetea con Claudia Sheinbaum, entregando Doctorados Honoris Causa, organizando elecciones a modo, con candidatos de unidad, y si son de la familia, mejor.

Vaya, hasta se mandó hacer un busto, allá en su pueblo…
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