DECISIONES MORALES – Pbro. JORGE AMANDO VÁZQUEZ RODRÍGUEZ

Que lejos estamos de un interés sobre la formación moral en los tiempos que corren. Incluso puede que hasta ignoremos de manera concreta el significado y contenido de la misma palabra.
Que buen tino tuvo el papa Francisco al proponernos la lectura de novelas que nos ayuden a no olvidar esta perspectiva moral de la vida: “A diferencia de los medios audiovisuales, donde el contenido en sí es más completo, y el margen y el tiempo para “enriquecer” la narración o interpretarla suelen ser reducidos, en la lectura de un libro, el lector es mucho más activo. En cierta forma él reescribe la obra, la amplía con su imaginación, crea su mundo, utiliza sus habilidades, su memoria, sus sueños, su propia historia llena de dramatismo y simbolismo, y de este modo lo que resulta es una obra muy distinta de la que el autor pretendía escribir”. (Carta del Santo Padre Francisco sobre el papel de la literatura en la formación, 04.08.2024).
Esto fue lo que experimenté al leer la novela de John STEINBECK, Al oriente del Edén, (1952) pues el argumento principal son las decisiones morales, un planteamiento moderno sobre el eterno dilema de los hermanos Caín y Abel del relato del Génesis y ahora sus nombres modernos Aron (sic) y Caleb.
La ambientación de esta novela es el norte de Carifornia, en Salinas tierra natal del autor, en donde narra los orígenes mismos de estas tierras.
Los personajes centrales pertenecen a dos familias: los Hamilton y los Trask.
Por la complejidad de los personajes y sus bien logrados perfiles, a lo largo de la novela se van presentando decisiones morales que hay que tomar y es por eso que resalta el personaje de Li, el sabio criado chino que estará detrás de las mejores decisiones y actúa como una luz en medio de tanta oscuridad como: Carlota mata a sus propios padres y provoca un incendio, el matrimonio de conveniencia con Adán Trask pero Carlota, su esposa le es infiel con su hermano Carlos del cual nacen los gemelos Aron y Caleb, el abandono e intento de asesinato de Adán el esposo de Carolina, el cual abandona para dedicarse a la prostitución previo asesinato de la dueña de ese negocio, el abandono total de los hijos de Carolina dejándolos a su suerte, serían sólo algunos de los dilemas morales los cuales parecerían irresolutos pero la entrega total de Li para buscar soluciones de las familias involucradas, usando la Sagrada Escritura, en concreto, la lectura del libro del Génesis en el capítulo IV con los 16 versículos iniciales.

TIMSHEL
Ante la maldad de Caín al matar a su hermano Abel surgiría la pregunta si Dios perdonaría su pecado y en el relato del Génesis aparece la palabra Timshel que significaría “enseñoréate de él”. Lo que no es una promesa; es una orden para sobreponerse sobre el pecado, porque tendría las fuerzas para poder vencer el mal que mora en él.
Este sería como el mensaje central de toda la novela, que el hombre sepa que puede sobreponerse a la maldad porque tiene una fuerza interior para poder lograrlo y no dejarse dominar por las tinieblas del mal. Leamos directamente al autor:
“La versión popular norteamericana ordena al hombre que triunfe sobre el pecado, y al pecado se le puede tener por ignorancia. La versión del rey Jacobo hace una promesa al leer: “Tú te enseñorearás”, dando a entender que el hombre triunfará de seguro sobre el pecado. Empero, la voz hebrea, la voz timshel, es decir, ´Tú puedes´, nos da a elegir. Quizás sea esta la palabra más importante que hay en el mundo. Ella significa que el camino está libre. Deja la decisión al arbitrio mismo del hombre. Porque si es cierto que ´Tú puedes´, no lo es menos que ´Tú no puedes´. Esto es algo que engrandece al hombre, porque, a despecho de su flaqueza y de su miseria y de su fratricidio, aun cuenta con la facultad de elegir. El hombre puede elegir su camino, luchar por seguirlo hasta el fin, y vencer”. (John STEINBEKC, Al oriente del Edén).
Ante la complejidad de las altas situaciones de violencia, suicidios, divorcios, hijos abandonados a su suerte, y un largo etcétera, es un alivio poder leer esta novela que da respiro y orientación para comprender que el ser humano tiene la capacidad de elección entre el bien y el mal, sólo hace falta que alguien nos lo recuerde y de manera insistente lo proponga a nuestra consideración, sea o no creyente. Descubrir que tenemos la fuerza de lograr esta hazaña e intentar enseñorearse en nuestra vida sólo puede ser posible por una mente divina:
“Esos ancianos dan crédito a lo que es una historia verídica, y saben bien qué historia es verídica. Son críticos de la verdad, saben muy bien que esos dieciséis versículos constituyen una historia de la humanidad. No van a creer que un hombre sea capaz de escribir la verdad en quince versículos y tres cuartos y decir mentira con un verbo. Confucio indica a los hombres cómo han de vivir para hacer una vida provechosa y buena. Pero esto… ¡esto nos brinda una escala para subir hasta las estrellas! Eso no podemos rehuirlo nunca. Con ello no hay excusa para nuestra debilidad, nuestra cobardía y nuestra indolencia”. (Steinbeck 1952)
Esta novela que fue hecha película es una verdadera joya que nos ayuda a reflexionar que podemos sobreponernos a nuestra cobardía e indolencia, porque la palabra Timshel: Tú puedes, encierra la grandeza del hombre, si quisiera recurrir a ella, porque está en tu mano elegir.