l analfabeto del futuro no será el hombre
que no sepa leer el alfabeto,
sino el que no sepa tomar fotografías
Walter Benjamin
De nuevo, la realidad nos alcanza y nos pone frente al espejo. Nos dice la clase de país que somos, los políticos que tenemos y los gobernantes que culpan a todos, pero no asumen ninguna responsabilidad. La inseguridad es tema de todos los días, y las muestras de la crisis en la que estamos sumidos son vastas. No es asunto de narrativa: es una realidad que hay territorios perdidos y gente aterrada porque simplemente no se puede vivir, aunque las descalificaciones y las estrategias comunicativas trabajen para hacer creer otra cosa.

La Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey serán anfitrionas del Mundial de Futbol que se vivirá el próximo año. Los ojos del mundo estarán puestos en el país y se estima recibir seis millones de visitantes, que no solo vendrán a los estadios, sino que buscarán opciones turísticas.
Pero en el mundo se percibe a México como un lugar peligroso. Ahí están las alertas de Estados Unidos que advierten a sus ciudadanos que no visiten ciertas ciudades o que lo hagan bajo su propio riesgo. Eso no gusta al gobierno de Claudia Sheinbaum, pero es una realidad. Seguramente están trabajando para cambiarla, aunque al día de hoy van perdiendo.
Por ejemplo, el asesinato del edil Carlos Manzo es una nota que le ha dado la vuelta al mundo y de nuevo nos muestra como un país violento, un país de narcos, aunque la realidad sea más compleja. No se puede negar que en estados como Michoacán, Jalisco, Zacatecas, Guerrero y Tamaulipas se vive en un clima de incertidumbre; los malos se disputan la plaza ante la mirada pasiva de las autoridades.
Desde Palacio Nacional me cuentan que la instrucción es bajarle a lo mediático, sobre todo a lo relacionado con la inseguridad. Hay millones de mensajes en redes buscando instalar una narrativa conveniente. Incluso se nota el “nado sincronizado” de los jilgueros del régimen —que, por supuesto, no se mandan solos— con las mismas fotos y los mismos textos. Ha circulado un video de una entrevista en Atípical, medio de comunicación crítico del gobierno, en la que participó Carlos Manzo. En los mensajes insinúan —y los más burdos lo afirman— que el medio habría recibido recursos del político, otros aseguran que andaba en malas compañías. Todo, sin mostrar una sola prueba. Pero esos son los próceres del periodismo, los impolutos, los que tanto gustan a la 4T.
Seamos claros: se necesita mucho trabajo, y no de redes sociales, para disminuir la percepción de inseguridad. Ahí están los mensajes enviados con el asesinato de Manzo y, después, con el fulano que agredió a la presidenta. ¿De qué se trata si ellos, los que tienen el monopolio de la fuerza, están vulnerables? ¿Qué pasa entonces con los simples ciudadanos?
El reloj de Sheinbaum avanza, como le ocurrió a López Obrador, y sin seguridad no hay nada. No hay justicia, no hay inversión, no hay paz ni país… pero mejor ahí la dejamos.
Entre Palabras
Dice Rocío Nahle que no se enteró del aumento del 25% a su sueldo, aunque ella misma lo presentó. ¿Entonces de que se entera la gobernadora?
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Hasta la próxima.
Arturo Suarez Ramírez / @arturosuarez

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