27 DE SEPTIEMBRE ¡DÍA DE LA INDEPENDENCIA NACIONAL! – Jesús Pastenes Hernández.

México es de los pocos países que parece avergonzarse del Día de la Consumación de la Independencia Nacional (27 de septiembre del 1821), cuando entró a la Ciudad de México, el Ejército Trigarante, encabezados por el pícaro Agustín de Iturbide y atrás mucho muy atrás, caminaba entraba también, victorioso el ejército que encabezaba el ciudadano universal, el GRAL. VICENTE GUERRERO SALDAÑA, quien da muestra eterna, que el respeto no se impone, se gana con la actuación diaria que se tiene en ese tránsito que llamamos vida.

Hoy, gracias a la acción desprendida del GENERAL GUERRERO SALDAÑA, tenemos un país independiente, al ceder, sin mala intención, que fuera otro y no él, el que encabezara la entrada triunfal. Es un testimonio, que da fe que un hombre elevado espiritualmente, que cuando se ama algo, –como dijera Pablo de Tarso- se convierte no en un mensajero del Amor, sino en el Amor mismo, ya que el “…Amor es comprensivo, el Amor es servicial y no tiene envidia. El Amor, no presume, ni se engríe, no es mal educado, ni egoísta, no se irrita, ni lleva cuentas del mal, no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad, disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites” e incluso, es capaz de renunciar al ser amado o a las superficialidades que a veces dan los reflectores humanos.

Así, lejos de demeritarlo, como lo han querido algunos herederos lejanos de la monarquía, al señalar la existencia de una supuesta carta , argumento sostenido por algunos historiadores de la “nueva ola conservadurista”, que lejos de demeritarlo, testimonian y ratifican; sostenemos que haciendo un análisis integral y holístico del proceso independentista, el Gral. Don Vicente Guerrero Saldaña, aceptó con cristiana actitud, que fuera otro y no él, ¡el auténtico, al que se le denominara incluso, Padre de la Patria!

Es la misma actitud que sostuvo en otro momento, el indómito José María Morelos y Pavón, cuando rechazó el soberbio nombramiento de “Alteza Serenísima”, con que las fuerzas más progresistas de su tiempo, pretendían honrarlo y que otros, con menores merecimientos, no sólo lo aceptaron, sino incluso, se lo autoimpusieron y que hoy, se sitúa en una triple dimensión: como Siervo de la Nación, como Caudillo de la Espada y de la Idea y finalmente, como Sublime Mártir, al que sólo la infamia pudo doblegar; cuando luego de una farsa siniestra, disfrazada de proceso inquisidor, fue sentenciado de manera injusta, que aunado a su degradación eclesiástica, mató físicamente al hombre; pero hizo nacer al héroe inmortal, que soportó callado, un suplicio vergonzante; siempre en aras de ver nacer a una Patria libre, justa, soberana e independiente.

Así, la figura de Guerrero, se enaltece con el paso de los tiempos y lo dibujan como un hombre de fe, que supo ver una Patria Grande y Respetada, donde no se veía más que llanto, dolor y esclavitud. No fue como el bíblico Esaú, que vendió su primogenitura por un plato de comida, aún cuando el poder virreinal, había enviado a su padre, a hacerle una codiciosa invitación para indultarlo.

Nada se puede contra la determinación de quien liderea en momentos aciagos, una causa, como la Independencia Nacional.

Palabras más, palabras menos, el Maestro Herminio Chávez, el limpio escritor de Tepecoacuilco de Trujano, señala que Iturbide y Guerrero, con su actuar marcaron sus destinos, en tanto que uno muere como el último reducto de la monarquía; el otro (Guerrero), nace con su sacrificio, como el mártir indiscutible que le dio honra y cielo a una Patria naciente.

¡Benemérito de la Patria! ¡Consumador de la Independencia Nacional!, razones éstas, que hubieran bastado para no ser objeto del escarnio con que fue tratado y sacrificado un fatídico 14 de febrero. Sin embargo, como los grandes hombres que sirven a las causas sociales, entregó su sangre para convertirla en realidad.

Alguien dijo que los hombres como Vicente Guerrero, no son polvo que vuelve al polvo. Posiblemente su parte física, es polvo, que se convierte en pólvora para seguir incendiando conciencias contra la injusticia y contra todo lo que denigra al ser humano; pero su alma indómita, ese pedazo de Dios que yace en cada ser humano, ese vibra emocionado con sed de justicia, cuando mira, por ejemplo que sus hermanos, representados por los Padres de los 43 alumnos desaparecidos de Ayotzinapa, caminan y caminan sin césar, buscando -como lo hicieron en otros tiempos, el pueblo mexica-, buscando que el águila de la justicia, devorara bajo el nopal, que simboliza, una historia de lucha y sufrimiento) a la serpiente de la injusticia.

¡Guerrero, tu mirada, tu ideal, tu fe, continua viva, no en apetitos colmados en la mesa del poder y la arrogancia, sino en corazones humildes que levantan los brazos exigiendo que el Estado cumpla sus vitales de compromisos para hacer que tus hermanos, vivan en ambientes mínimos de dignidad por los que entregaste tu vida entera!.

¡En esta fecha, 27 de septiembre, que parece nadie recordar, en el 200º Aniversario de la Consumación de la Independencia Nacional, hacemos un alto, para rendirte culto, Héroe y Mártir de la Libertad; PERO SOBRE TODO, para significar a quien es por mérito propio y no interpretaciones retorcidas, el AUTÉNTICO CONSUMADOR DE LA INDEPENDENCIA NACIONAL!