DOMINGO DE CRISTO REY C 2022 – DÍA DEL LAICO – ASPERSIÓN DEL AGUA

DÍA DEL LAICO
ASPERSIÓN DEL AGUA

Para recordad que como laicos estamos en el mundo, pero por el bautismo estamos injertados en Cristo, y por eso hemos de servir como él, hacemos la aspersión del agua bendita.

En esta fiesta de fe, Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo, cerramos un Año Litúrgico, queremos hacer memoria de nuestro bautismo; la aspersión con agua bendecida nos recuerda el perdón de Dios que recibimos de niños. En este gesto está nuestro acto penitencial, nuestro reconocimiento de la misericordia de Dios.

Después de un breve momento de oración en silencio, prosigue diciendo:

Dios todopoderoso, Padre santo, que por medio de los sacramentos de la fe renuevas las maravillas de la creación y de la redención, ben ( dice esta agua y concede que todos los renacidos en el Bautismo sean mensajeros y testimonios de la Pascua, que se renueva incesantemente en tu Iglesia. Por JNS. Amén.

El sacerdote, se rocía a sí mismo y, luego, rocía a los fieles. Después continúa con las manos juntas, diciendo:

Que Dios todopoderoso nos purifique del pecado y, por la celebración de esta Eucaristía, nos haga dignos de participar del banquete de su Reino. Por los siglos de los siglos. Amén.

HISTORIA

Después del Espíritu Santo, la iglesia de México inspiró la institución de la celebración de Cristo Rey en el mundo

La fiesta de Cristo Rey nació en México, el 11 de julio de 1914 fue el primer país en consagrarse a Cristo Rey, ningún país lo había hecho antes. Los obispos eligieron El Cubilete, centro geográfico del País, para reparar los atentados sacrílegos que habían sufrido imágenes de Jesús. Su altura fue de 9 metros. El día en que fue inaugurado, se celebró una Misa, el obispo cambió el nombre de ‘Cerro del Cubilete’ a ‘Montaña de Cristo Rey’, y consagró a México a Cristo, Rey del Universo. Asistieron miles de personas.
Empezaron a llegar tantas peregrinaciones y se pensó en una construcción más grande.
Empezó la persecución y en 1923 se inició el segundo monumento, lo obispos colaboraron, pero en el gobierno prohibió la obra. Aumentó el odio de algunos gobernantes hacia la iglesia, hubo mártires. Por eso se suprimieron todos los templos y conventos, pasaron a ser propiedad del gobierno, se cerró el culto, quedó prohibido; la desobediencia iba desde multas hasta el fusilamiento.
Fue el Papa Pío XI quien instituyó la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, el 11 de diciembre de 1925, mediante la carta encíclica QUAS PRIMAS sobre la fiesta de cristo rey y declaró que una fuerte motivación para hacerlo fue ver cómo los mexicanos proclamamos públicamente a Cristo como nuestro Rey.
Este monumento inspiró al de Río de Janeiro. Tenemos uno en Taxco, promovido por el padre Guadalupe Catalán (qepd).
Tenemos varios santos que en torno a 1920 daban testimonio de su fe y al ir hacia el martirio incluso sus últimas palabras fueron gritar con fuerza: ¡Viva Cristo Rey!, por ejemplo, nuestros mártires San David y San Margarito.
EL 30 de enero de 1928 el primer monumento fue destruido desde una avioneta.
Del actual monumento, la primera piedra se puso en 1944. Mide 20 metros de altura.
Está sobre una semiesfera que representa al mundo.
El Cristo abre amorosamente sus manos, tiene en ellas y en sus pies las huellas de su pasión. A sus pies dos ángeles, le ofrecen coronas: uno la de espinas y otro la de la gloria.

MAGISTERIO

Credo: “… y su reinado no tendrá fin”.
Nos enseñó a orar: “¡Venga tu reino!”.
Sólo podremos entrar en el reino del Padre si hemos seguido al Señor en su peregrinación terrena (cf. Mt 19, 28).

CEC 440, 446-451, 668-672, 783, 786, 908, 2105, 2628: Cristo, Señor y Rey.
CEC 678-679, 1001, 1038-1041: Cristo juez.
CEC 2816-2821: “Venga tu Reino”.
“Cristo es el centro, más aún, el vértice del cosmos y de la historia” (Redemptor Hominis, 1). 
Ave Dominus noster! Ave Rex noster! (¡Salve nuestro Señor! ¡Salve nuestro Rey!
De la 1ª lectura:
“Los ancianos de Israel van a Hebrón y sellan una alianza con David, declarando que se consideran unidos a él y quieren ser uno con él.  Más todavía hemos de hacerlo con Cristo. Podemos muy bien hacer nuestra esta profesión de alianza. …Podemos decir a Jesús: “Nos consideramos como tus huesos y tu carne” (2 S 5, 1). Pertenecemos a ti, y contigo queremos ser uno. Tú eres el pastor del pueblo de Dios; tú eres el jefe de la Iglesia (cf. 2 S 5, 2). En esta solemne celebración eucarística queremos renovar nuestro pacto contigo, nuestra amistad, porque sólo en esta relación íntima y profunda contigo, Jesús, nuestro Rey y Señor, asumen sentido y valor la dignidad que nos ha sido conferida y la responsabilidad que implica”. –Papa Benedicto XVI-.

PADRES DE LA IGLESIA

De la 1ª lectura, los Padres han establecido un paralelo entre la vida de David y la de Cristo, el ungido para la salvación de todos, el rey del pueblo espiritual de Dios y, sin embargo, perseguido por los suyos.
San Cirilo de Alejandría comenta: “Lo ves crucificado y lo llamas rey. Crees que el que soporta la burla y el sufrimiento llegará a la gloria divina” (Comentario a san Lucas, homilía 153).
San Ambrosio: “En verdad, en verdad te digo, hoy estarás conmigo en el paraíso. La vida es estar con Cristo, porque donde está Cristo allí está el Reino” (Exposición sobre el evangelio según san Lucas 10, 121).
Comenta San Agustín:
«Miremos la Cruz de Cristo. Allí estaba Cristo y allí estaban los ladrones. La pena era igual, pero diferente la causa. Un ladrón creyó, otro blasfemó. El Señor, como en un tribunal, hizo de juez para ambos; al que blasfemó lo mandó al infierno; al otro lo llevó consigo al Paraíso. Cristo en la Cruz es considerado Rey: «acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino». Cristo reinó desde la Cruz. La participación en la realeza de Cristo es consustancial a la vida cristiana, con tal que lo reconozcamos en medio de las tribulaciones, en su Cruz, como el buen ladrón» (Sermón 335,2).
 Orígenes:
«Sin duda, cuando pedimos que el reino de Dios venga a nosotros, lo que pedimos es que este reino de Dios, que está dentro de nosotros, salga afuera, produzca fruto y se vaya perfeccionando. Efectivamente, Dios reina en cada uno de los santos, ya que éstos se someten a su ley espiritual, y así Dios habita en ellos como en una ciudad bien gobernada. En el alma perfecta está presente el Padre, y Cristo reina en ella, junto con el Padre, de acuerdo con las palabras del Evangelio: «vendremos a él y haremos morada en él.
Este reino de Dios que está dentro de nosotros llegará, con nuestra cooperación, a su plena perfección cuando se realice lo que dice el Apóstol, esto es, cuando Cristo, una vez sometidos a Él todos sus enemigos, entregue a Dios Padre su reino, y así Dios lo será todo para todos. Por esto, rogando incesantemente con aquella actitud interior que se hace divina por la acción del Verbo, digamos a nuestro Padre que está en los cielos: Santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu Reino» (Tratado sobre la oración 25).

OTROS COMENTARIOS

De David rey pasamos a Cristo Rey.
Su reino no es de este mundo.
El ladrón arrepentido es un ejemplo de quien ha creído en Cristo como Rey.
Dichosos nosotros invitados al banquete de bodas del Reino.
“David había sido ya ungido por Samuel cuando no era más que un joven pastor y en una época en que todavía reinaba Saúl; aquí es reconocido oficialmente por todas las tribus de Israel como el pastor de todo el pueblo. Es una imagen anticipada de lo que sucede en la cruz: Jesús era desde el principio el Ungido (Mesías), pero en la cruz es proclamado Rey oficialmente (en las tres lenguas del mundo según Juan)” -Hans Urs von Balthasar-.
Cristo es sacerdote, maestro y rey. Hoy nos fijamos más en este último nombre: Rey, Redentor y Señor, el Redentor del mundo, Cristo crucificado y resucitado es el Rey de la humanidad nueva.
El hombre busca el ascenso, lo material, la comodidad, el poder, la fama.
Cristo reina obedeciendo al Padre, descendiendo a la humanidad, haciéndose uno de nosotros, haciéndose humilde, servidor, entregado en la cruz.
Cristo es rey al estilo divino, no como rey del mundo; solo mira el plan de su Padre. Su reinado es pacífico, de servicio, cargado de gran caridad, de entrega, ternura, sencillez, envuelto en la humildad.
El primer resucitado padeció para fundar el Reino de Dios.
La encarnación de Cristo es coronada por su resurrección.
Necesitamos hacer presente a Dios, porque también los demás buscan un signo de Dios en nosotros.
Dejar que Dios reine en todo nuestro ser y en lo que tenemos, por ej., en la riqueza que Dios ha puesto en nuestras manos.

Comentario carmelitano: VIDA, PERDÓN, CONFIANZA…

Cada uno de los evangelistas pone en boca de Jesús, ya en la cruz, alguna palabra que, según ellos, reflejaría el estado del propio maestro.
“Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso”. La expresión “Te lo aseguro” evoca el “amén” hebreo y otorga seguridad absoluta a la frase que continúa. Es como una promesa o un juramento firme y fiable. Y lo que se le promete es que hoy mismo tendrá vida.
“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Quien vive conectado a su verdadera identidad –desde ese nuevo estado de consciencia- percibe dos cosas: que todos compartimos la misma identidad de fondo y que quienes hacen daño, lo hacen por ignorancia.
Cuando Jesús dice: “Padre, a tus manos confío mi espíritu”, no se está dirigiendo a un ser separado, sino a la Mismidad de todo lo que es, que, al mismo tiempo, constituye el corazón de todo lo que existe, como tal Mismidad, como abrazo de todas las diferencias, como luz en toda oscuridad, como vida en toda apariencia de muerte.

AVISOS

Organizar algún retiro de Adviento.
Invitar al Concierto por la Vida con Marco López, autor del canto “Jesús está vivo”. Para recaudar fondos para el Centro de Atención de la Mujer (ayudar a que no aborten las mujeres).
Invitar a que elaboren su Corona de Adviento y hagan el rito semanal en torno a ella.