En una entrevista con el historiador Salvador Rueda Smithers, director del Museo Nacional de Historia en el Castillo de Chapultepec, conocedor de nuestra dedicación al tema “Hermenegildo Galeana de Bargas, me comentó: “Aquí tengo al “Niño”.

Hacía 15 años que buscaba dos detalles desconocidos del héroe Hermenegildo Galeana: el pequeño cañón “El Niño”, íntimamente ligado al personaje y la partida de su nacimiento; es de imaginarse la emoción que me produjo la noticia.

Pasamos a la Sala de la Independencia: trajes de Morelos, fusiles, pistolas, sables y un espectacular mural y en el piso, lucía el cañoncito cuya pequeñez se perdía en la sala que lo alojaba.

No recuerdo si me estremecí, si respiré, pero la imaginación fue infinita. “El Niño” era una realidad, no un fantasía de la historia.

Cuando Morelos huía rumbo a la zona de Ocuituco, a las faldas del Popocatépetl, después del rompimiento del Sitio de Cuautla, el cañón iba en las ancas de una mula que, por la carrera, se cayó; sus vidas peligraban y buscaban el resguardo y se tuvo que abandonarlo.

Fue el capitán realista Pedro Zarzosa quien recogió la pieza como si se tratara de una curiosidad, por su tamaño atractivo y diminuto y el cañón lo entregó al Ejército Virreinal con su informe y nada se supo de él. Su primera aparición; fue en el museo de la Artillería fundado por Porfirio Díaz en 1878, en la Ciudadela.

Venustiano Carranza, en 1917, desapareció esa galería y fundó el Museo Nacional de Antropología, Historia y Etnología, al cual fue enviado “El Niño”.

Lázaro Cárdenas creó el Instituto Nacional de Antropología e historia; con sede el Castillo de Chapultepec que le tocó inaugurarlo a Manuel Ávila Camacho el 27 de septiembre de 1944. El “Niño”, primera pieza de artillería de la insurgencia del sur; a la vista del mundo, parte del recorrido de México, para llegar a la independencia. De mi Libro “El Niño” de Morelos.

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