Ala polémica no del homenaje, sino de la realización de una ceremonia cívica que dejó sin empleo a la responsable de la Dirección de Actividades Cívicas, se suma el rector de la Universidad Autónoma de Guerrero, Javier Saldaña Almazán al anunciar que esa máxima casa de estudios realizará homenaje Lucio Cabañas, Genaro Vázquez Rojas y Félix Salgado Macedonio.
La reacción del Senador Félix fue tentativamente, declinar porque dijo él aún está vivo, es decir no se descarta como in merecedor de ello lo que se entiende como una sugerencia de que cuando el pueblo eleva su voz, él podría obedecer y aceptar.
Pero aceptando que vive y sigue en la ruta de buscar ser el Gobernador de Guerrero, a su expresión “aún vivo”, podríamos sugerirle al rector empresario de una universidad que no puede jubilar a empleados, digo, a trabajadores académicos, por la falta de recursos y poco interés en gestionar, según se ve, que porqué no empieza haciendo reconocimientos a quienes a hijos e hijas pródigas de la UAG?

Si busca en los anales hay dos nombres que sería incuestionable sea dignos de homenajes: René Juárez Cisneros y Armando Chavarría Barrera, ahora que si busca a uno que -a DIOS gracias vive-, está Juan Sánchez Andraka.
René Juárez Cisneros representa al guerrerense que es producto de la auténtica cultura del esfuerzo que confió en la UAG para cursar sus estudios superiores graduándose como Licenciado en Economía en la hoy Facultad de Ciencias Económicas y alcanzó la gubernatura, el liderazgo nacional del partido que lo postuló, el PRI, ser Senador, Legislador, Alcalde de Acapulco, solo por mencionar sus cargos de representación popular, sin detenernos en la transformación con las políticas públicas que impulsó.
Armando Chavarría Barrera es un hijo de la UAG y dirigió a la juventud universitaria desde su liderazgo en la FEUG, Federación Estudiantil.
Solo que ellos, al no estar ya vivos, puedan no representar a los intereses del rector, beneficio alguno. Pero hay otro personaje que vive, el escritor Juan Sánchez Andraka.
No solo por ser un prolífico hombre de letras con obra publicada, sino porque también, él sí, fue un luchador social para alcanzar la autonomía de la que hoy goza Guerrero.
Pero quizá no esté en el interés del rector homenajearlo, porque Juanito solo escribe libros, no tiene lazos con ningún partido, ni dinero para sufragar su homenaje, ni podría corresponder con un encargo público o una recomendación política para hacerlo Gobernador, su máximo sueño.
El memorial que impulsa al interior del llamado edificio docente, se mira más como una reacción al enojo presidencial del olvido de la historia de las y los guerrerenses, que como una acción que reivindica la aportación a la historia de personajes que han dado su esfuerzo a esta entidad federativa y a la propia Universidad antes cercana al pueblo y hoy cercana al poder, al servicio del poder, a las filas de universitarios sacados de las aulas del saber para convertirse en matraqueros del partido en el poder, MORENA.
Ha olvidado quien la ha dirigido por tres periodos, que dicta instrucciones al Consejo Universitario sobre qué debe pensar, que donde despacha es una oficina cuyo edificio fue construido por uno de los Figueroa a quien ahora detracta, Rubén Figueroa Alcocer.
Solo que, ya no reditúa al rector esa corriente política y él no mira el pasado si este no le da beneficios, para él existe el presente y su futuro. Así lo mostrará a la o el próximo que llegue al poder. Que pena que sus homenajes en su voz, parezcan carentes de honor y solo se acomoden al cálculo político. ¿Surrealismo?
SURREALISMO POLÍTICO
MARTIN MARTÍNEZ OLVERA

