Cómo hablar de penumbra, cuando aún la noche, reconoce que sin complemento -estrellas y luna- nunca alumbraría ningún paso.

Cómo culpar a la obscuridad, si no le ayudas a prender la llama para ver el camino.

Cómo acusar de opacidad a la noche, cuando no hay esfuerzo para tener luz. ¿Cómo? Cuando con rechazo soberbio no llevas la guía del sendero ni para tu propio caminar seguro y firme.

¿Cómo? Cuando insistes en tener obscuridad, anhelas luz y no tienes rumbo. ¿Cómo? Cuando te obstina caminar en soledad y necio quieres destellos en tu cerrado mundo.

¿Cómo? Si con tus actos llevas a la sombra.
Cómo quieres encontrar el calor que da la luz, si apagas con la acción.

Cómo sin ese esfuerzo, ni decisión de cambio para beneficio propio, quieres alcanzar las estrellas y hacer tuya la luna.

Cómo quieres ¡Juntos!, sin consecuencias, cuando pides con hedor obscuro las tinieblas.
Cómo si no enciendes, si no deseas las estrellas ni traes la llama.

Cómo quieres caminar sin menor tropiezo, cuando tú vas y pones la piedra que lastima.

Cómo habrá brillo cuando buscas el sendero del egoísmo.

Cómo creer que siempre estará encendida esa flama, si te aferras a soplarle y alejar su calor.

Cómo si por no pedir, por no necesitar, prefieres ofender, lastimar y apagar aquellos destellos multicolores.

Cómo quieres caminar, si engañas diciendo que tienes luz.

¿Cómo?, sólo explica cómo se tiene rumbo, si sabes que vas directo al abismo.

Cómo, cuando los destellos se cansaron de esperar que les dieras luz para llevarlos al resplandor.

¿Cómo?, si atesoras la soledad, y unas veces aparentas que juntos recorren aquel trayecto para hacer menos penumbroso el camino.
¿Cómo, dime cómo? Salir del hoyo, cuando te empeñas en entrar.

Cómo hacer esfuerzos y mantener la luz, que constantemente apagabas con mínimo soplo y movimiento.

Cómo, cuando insistes en ver tinieblas y no escuchas a quien alienta que juntos, ¡Juntos! Sean mutuo sostén que evitará caídas.

Cómo tener luz para cruzar el camino.

¿Sólo te pregunto a ti, cómo, cómo? Cuando acusas de charlarlatana y mentirosa la noche, pero con silencio partes fácilmente después de herir.

¿Cómo?, cuando revelas que nunca diste luz, sino siempre sombra.

Por eso reitero, ¡No hay cómo! Cuando no explicas, no compartes, no reparas que hay sombra, no aceptas que no das luz, pero si llevas a la penumbra.

¿Entonces, quien fue el charlatan?
Es sencillo, yo, sólo anhelo el camino dónde haya un ¡Juntos! Para alumbrar.

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