“Kiki” descubrió complicidad de EU con narcos
Había colusión gringa en trasiego de drogas Colombia-Estados Unidos
Las ganancias eran para patrocinar contras en Nicaragua
Bartlett Díaz autorizó participación de agentes en secuestro

Carlos Ortiz Moreno / Expresiones Guerrero

Aunque la versión oficial, tanto azteca como gringa, indica que los capos de la droga mexicanos Miguel Ángel Félix Gallardo, Ernesto Fonseca Carrillo y Rafael Caro Quintero ordenaron el secuestro y homicidio de Enrique Camarena Salazar, agente de la DEA en México, la otra verdad es que fue asesinado por un agente de la CIA y colaboraron agentes y funcionarios mexicanos ligados al narcotráfico y sus ganancias económicas.

En “La historia secreta detrás del asesinato de Camarena”, publicada hace 22 años por la revista Proceso, tres exagentes de la Agencia Central de Inteligencia y la Agencia Contra las Drogas narraron que el crimen fue cometido por el entonces agente de la CIA Félix Ismael Rodríguez y fue porque “Kiki” descubrió que el gobierno norteamericano era cómplice de grupos de narcotraficantes.

Al semanario mexicano Proceso y a la cadena estadounidense Fox News los agentes confesaron que el agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena no habría sido asesinado en 1985 por órdenes de los jefes del narcotráfico en México durante el decenio de 1980, Rafael Caro Quintero, Ernesto “Don Neto” Fonseca y Miguel Ángel Félix Gallardo por cuyo delito habían purgado largas sentencias.

“Félix Ismael Rodríguez lo secuestró y lo mató cuando fungía como agente de la CIA. El motivo fue que el agente de la DEA descubrió que el gobierno de Estados Unidos colaboraba con el narco mexicano en la importación y trasiego de drogas de Colombia a Estados Unidos, vía México, con el fin de destinar las ganancias al patrocinio de los contras en Nicaragua en su guerra contra el gobierno sandinista.

Phil Jordan, exdirector del Centro de Inteligencia de El Paso (EPIC); Héctor Berrellez, exagente de la administración antidrogas de Estados Unidos que dirigió la operación Leyenda para esclarecer el asesinato (DEA), y Tosh Plumlee, expiloto de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), aseguraron tener las pruebas de que el propio gobierno estadounidense ordenó la ejecución y señalan a Rodríguez como el ejecutor.

Sin embargo, las versiones oficiales tanto de las autoridades de México como de Estados Unidos manejadas así desde hace 40 años señalan que el motivo principal fue que los capos estaban indignados porque el agente de la DEA había sido partícipe en aquella investigación que obligó al Ejército destruir de mil hectáreas de mariguana en el Rancho Búfalo, en el municipio de Allende, Chihuahua.

En 1984, medio millar de soldados mexicanos, apoyados por helicópteros, destruyeron una plantación de marihuana de mil hectáreas conocida como Rancho Búfalo, propiedad de Rafael Caro Quintero, donde trabajaban más de 3 mil personas en el cultivo de marihuana.

Entonces, la producción anual se valoró en más de ocho mil millones de dólares, lo que fue la segunda operación antidrogas más grande hecha por la DEA después de que ese mismo año se desarrollara meses antes en las selvas de Colombia la operación que terminó con el desmantelamiento del complejo de laboratorios Tranquilandia, en la que se incautaron 13,8 toneladas métricas de cocaína propiedad de Gonzalo Rodríguez Gacha y Pablo Escobar Gaviria, socios internacionales del cartel mexicano.

El secuestro de Enrique Camarena tuvo lugar el 8 de febrero de 1985 y fue realizado a plena luz del día por agentes adscritos a la Dirección Federal de Seguridad, dependiente de la Secretaría de Gobernación, que era dirigida en ese entonces por Manuel Bartlett Díaz y quien tuvo pleno conocimiento de esa operación ilegal.

Gracias a la información facilitada por alguien de la propia DEA. Camarena fue interrogado por los narcos y el agente estadounidense de la CIA, quien lo torturó durante las 36 horas de interrogatorio. Le rompieron huesos, todos los dientes, lo quemaron y le metieron un palo en el ano.

En los interrogatorios, grabados en cinta de audio, llamaban a un médico para que reanimara a Camarena Salazar cuando se desmayaba para poder seguir con las torturas y las preguntas. Cuando finalmente Camarena entró en coma se le dio muerte golpeándole con una barra de acero en la cabeza.

Su cuerpo fue encontrado el 5 de marzo en una zona rural de La Angostura, un pueblito en el estado de Michoacán.

La tortura y el asesinato de Camarena Salazar provocó una rápida reacción de la DEA que puso en marcha la “Operación Leyenda”, la mayor investigación del organismo. Una unidad especial fue enviada para coordinar la investigación en México —donde los funcionarios corruptos estaban implicados—.

Los investigadores pronto identificaron a Miguel Ángel Félix Gallardo y sus dos colaboradores más cercanos: Ernesto Fonseca Carrillo y Rafael Caro Quintero, como los principales sospechosos en el secuestro.

Bajo una enorme presión de los Estados Unidos sobre el gobierno del presidente Miguel de la Madrid, Fonseca y Quintero fueron detenidos rápidamente. En 1989, durante el primer año del gobierno de Carlos Salinas de Gortari fueron detenidos el propio Félix Gallardo y el cuñado del expresidente Luis Echeverría Álvarez, Rubén Zuno Arce.

Zuno Arce fue acusado de la muerte de Camarena al descubrirse que era socio financiero del Cártel de Guadalajara y, además, que la casa en la calle Lope de Vega en Guadalajara donde se torturó a Camarena, había sido de su propiedad.

También fue también arrestado por cazarrecompensas pagados por la DEA otro involucrado en este caso: el médico Humberto Álvarez Machain, quien fuera acusado en declaraciones de agentes de la Dirección Federal de Seguridad que participaron en el hecho, de prolongarle la vida a Camarena y a su piloto Alfredo Zavala Avelar por orden de Caro Quintero, para poder continuar torturándolos.

Tanto Zuno Arce como Machaín fueron finalmente absueltos. En el caso de Zuno Arce gracias al testimonio de un testigo sorpresa: el superior de Camarena en la oficina en Guadalajara de la DEA fue quien aseguró que Arce no tenía nada que ver con el narcotráfico a pesar de que sus vínculos eran de sobra conocidos tanto por la propia DEA como por la Fiscalía de Estados Unidos.

El 2 de mayo de 2019 fue capturado Ezequiel ‘N’, quien fuera uno de los participantes en el secuestro y tortura del agente encubierto de la DEA, detenido por autoridades del estado de Baja California.

En 2020 el documental de investigación The Last Narc que incluía entrevistas a los investigadores de la DEA en el asesinato y al fiscal de Los Ángeles que participó en el caso destapó que en realidad el secuestro y asesinato de Camarena Salazar fue una decisión múltiple.

Además de los narcos, participó el agente de la CIA, Félix Ismael Rodríguez, miembros del gobierno mexicano y un agente o encargado de la DEA que trabajaba con Camarena en esos momentos.

Cuarenta años después de ese abominable asesinato que conmocionó a los dos países, el gobierno de México entregó a Rafael Caro Quintero quien fue recibido por la DEA que calificó el hecho como algo que estuvieron esperando cuatro décadas y ahora piensan hacerle justicia a su exrepresentante en el país mexicano.

“La historia secreta detrás del asesinato de Camarena” fue publicada por el semanario Proceso el 19 de octubre de 2013 y detalla toda la investigación que ocultó el gobierno de Estados Unidos para no verse implicado en una complicidad perversa con narcotraficantes mexicanos y colombianos, así como su intromisión en las guerras internas en Nicaragua.

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