Por: Miguel Ángel Mata Mata
EL PREMIO NOBEL
Cordel Hull fue el secretario de Estado cuando el presidente Roosevelt gobernó Estados Unidos de América en la víspera de la Segunda Guerra Mundial.
Entre sus logros, reconocidos con un premio Nobel de la Paz, se la atribuye ser uno de los creadores de la Organización de las Naciones Unidas.
También se la atribuye haber devuelto a Europa a miles de judíos que buscaban refugio ante la persecución nazi en su contra. Casi todos fueron devueltos y recluidos en los campos de concentración del Nacional Socialismo. Murieron.
La historia ha sido benévola con él.
LA CHINGADA
La Chingada es un término con el que, en el habla popular y coloquial de los mexicanos, se hace referencia a un variado número de lugares y personalidades imaginarios.
Se considera una palabra malsonante que es sustituida en algunas ocasiones por eufemismos como Chihuahua, Chinitas, la Fregada, Changos, Moles, Sopas entre otros; o bien se omite usando aposiopesis (“¡Ah! que la…”).
En el Diccionario breve de mexicanismos de Guido Gómez de Silva aparece como parte de numerosas frases de uso cotidiano en el país.
La Chingada y su uso han sido objeto de análisis para varios autores, entre ellos Octavio Paz.
ORIGEN DEL TÉRMINO
La Chingada está relacionada con el verbo chingar, también de uso intensivo en México como palabra malsonante, y tal vez ofensiva. Guido Gómez de Silva remite el origen al español chingar. El Diccionario de la lengua española señala que chingar deriva de čingarár, término del caló que tiene el sentido de pelear.
Por su parte, los autores del Diccionario de nahuatlismos en el español de México lo ubican como un nahuatlismo controvertido, relacionado con la voz náhuatl tzinco (“en el ano”).
FRASES DE LA CHINGADA
La siguiente es una lista de expresiones donde se emplea La Chingada y términos derivados que aparecen en Gómez de Silva (2001).
Estar dado a la Chingada: arruinado.
Estar de la Chingada (o de la retostada): ser algo malo, difícil o complicado.
Estar bien Chingado: estar enfermo o en situaciones económicas desfavorables. También se dice “Estar jodido”.
Ir hecho la Chingada: ir rapidísimo.
Irse a la Chingada: irse disgustado.
Irse algo a la Chingada: dañarse, romperse.
Llevárselo a alguien la Chingada: estar enojado, estar en aprietos.
Mandar a alguien a la Chingada: despedir con desprecio o disgusto a quien importuna.
¡Me lleva la Chingada!: exclamación de protesta que se usa para dar salida al enojo, cuando se sufren adversidades, o de sorpresa. Otras formas eufemísticas son ¡me lleva la fregada, la tía de las muchachas, la tiznada, la tostada, la trampa, el tren, la tristeza, la trompada, la verga.
¡Ah, qué la Chingada!: Exclamación popular cuando algo desfavorable se torna recurrente.
Estar chingando: Estar molestando.
Chingar [algo]: Arruinar una cosa.
Estar chingándole: Estar trabajando.
Chingarse [a alguien]: Haberle robado algo a alguien. También puede tener una connotación sexual (hacerle el amor o quizá hasta, según el contexto, abusar sexualmente de alguien).
OTRAS CHINGADERAS
Chingada se usa para intensificar cualquier exclamación o para adjetivar violenta y fuertemente cualquier expresión: “¡Ah, que la chingada!, “¡Sálganse de aquí, con una chingada!
La (tu, su, mi, etc) chingada (madre). La madre, concebida como violada o mancillada: “¡Miren a ese cabrón, debería de darle vergüenza no pagar la bicicleta, hijo de su chingada madre!”, “Tú ya no respetas ni a tu chingada madre”
Llevarse la chingada o irse a la chingada. Recibir alguien el mayor daño o el daño del que ya no podrá recuperarse: “¡Me lleva la chingada, me expulsaron de la escuela!”, “Ahora sí que te llevó la chingada: descubrieron el fraude que hiciste”, “¡Vete a la chingada, ya me jodiste la vida!”
Mandar a la chingada. Deshacerse de alguien o de algo, desentenderse de él o no hacerle caso: “Ya ni oyó mis razones: me mandó directamente a la chingada”, “Mandó su trabajo a la chingada”
De la chingada. Muy mal: “La situación económica está de la chingada”, “En este viaje me fue de la chingada”
EL HIJO DE LA CHINGADA
El hijo de la Chingada es el hijo de una mujer considerada objetable o dedicada a la prostitución.
En México, sobre todo, tiene un uso malsonante. Se emplea sobre todo como insulto, con el significado de “maldito”.
Son sus sinónimos: bastardo, hijo de puta, hijueputa.
REGRESEMOS AL PREMIO NOBEL DE LA PAZ
Cordell Hull, exsecretario de Estado de Estados Unidos, y a quien la historia no lo ha juzgado como un auténtico hijo de la chingada, hizo uso de ese chingado mexicanismo, a principios de los años 40, para referirse al dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo:
— “Puede ser un hijo de la chingada, pero es nuestro hijo de la chingada”. (Robert Crassweller, Trujillo: The Life And Times of a Caribbean Dictator, 1966, página 213).
Así lo dijo el secretario de Estado del país mayormente poderoso del mundo para referirse al dominicano, y a otros tantos dictadores que los gringos impusieron en todo el continente, y en Filipinas.
LOS HIJOS DE MORENA
En General Zaragoza, Nuevo León, en Las Presitas, existe un parque recreativo así llamado, La Chingada. Es impresionante la belleza de sus aguas color turquesa. Ha sido declarado como pueblo mágico.
En Acatlán de Osorio, Puebla y en Morelos existen dos tiendas de conveniencia así llamadas. Les diremos Las Chingadas.
Hay otra chingada, por allá, por los rumbos de Palenque, Chiapas. Ese rancho tiene la particularidad, única, de tener muchos hijos y entenados. Todos bien protegidos por su madre. No importa lo que hagan. Son auténticos hijos de Palenque.
LOS HIJOS E HIJAS
Le gritaron que no está solo. Lo arroparon y le dieron calor. Él, bendito entre mujeres, se envalentonó: “Iré a declarar ante la fiscalía”, pero no renunció al fuero que, en México, protege a políticos de acciones penales en su contra.
— ¿Y cómo, si él es un chingón?
Él, y ellas, se sintieron de sobra chingones. Montoneros, volvieron a chingar a la chingada, media hermana del autor de la Cuahutemiña, quien lo acusa de intento de violación. De que la quiso chingar, pues.
La víctima, en este caso y según la definición del diccionario, ha sido chingada. La han chingado y rechingado.
Los hijos de Palenque le han chingado la vida sin, siquiera, dejarla halar. La han violentado sexualmente y, el miércoles, la han chingado, desde la tribuna de la Cámara de Diputados, de manera tumultuaria.
— ¡Ah, qué chingones!
— ¿Qué chingaos? ¿Qué chingaos pasa en este país que hace mucho tiempo fue chingón y hoy se lo lleva la chingada?
Pasa que especímenes, como el jorobado, son unos auténticos hijos de la chingada.
Pero, una vez que son bautizados como hijos de Palenque y visten de un chingado color guinda, usan en su beneficio la sentencia que dijo alguna vez el secretario de Estado gringo:
“Son unos hijos de la chingada, pero son nuestros hijos de la chingada”, según ya ha hecho costumbre el partido en y del gobierno.
Que la tía de las muchachas se lleve a la chingada a los hijos de Palenque. O al revés.
— ¡Qué chingaderas han sido estas!