Aquellos que intentan descalificar mi gobierno y deslegitimar el trabajo del cabildo no solo buscan desestabilizar nuestra administración,
La trágica muerte de nuestro querido alcalde, Alejandro Arcos Catalán, nos ha dejado un vacío insustituible.
A la viuda de nuestro querido alcalde, Sandra Solís Peralta, le ofrezco mi más profundo respeto y solidaridad en su dolor.
Debo decirlo sin ambigüedades: la situación actual de convulsión que atraviesa Chilpancingo no es responsabilidad mía, ni de mis hijos.

Chilpancingo, Gro., a 11 de abril de 2025.
A quien corresponda:
Es con firmeza y claridad que acuso de recibido el texto publicado el 9 de abril de 2025, cuyo contenido cuestiona tanto mi actuar como el de mis hijos, y, en consecuencia, el de la administración municipal que tengo el honor de encabezar. El texto, aunque no menciona nombres de manera explícita, deja entrever las intenciones y los intereses que subyacen detrás de las críticas vertidas, los cuales no solo son obvios, sino también, en muchos casos, infundados.
En primer lugar, debo decirlo sin ambigüedades: la situación actual de convulsión que atraviesa Chilpancingo no es responsabilidad mía, ni de mis hijos. Nosotros, al igual que ustedes, somos víctimas de un contexto profundamente doloroso. La trágica muerte de nuestro querido alcalde, Alejandro Arcos Catalán, nos ha dejado un vacío insustituible. Pero esa misma pérdida nos ha obligado a afrontar el reto de asumir un liderazgo bajo circunstancias extremas, con un peso que pocos entienden y menos aún valoran. Y en esta senda, como en toda administración, los sacrificios no se miden en elogios, sino en decisiones difíciles.
Estoy convencido de que si Alejandro pudiera ver los hechos hoy, se sorprendería enormemente de las dificultades y obstáculos que hemos tenido que sortear. Lo que está ocurriendo no es un simple malentendido o una mala suerte, es el resultado de un entramado mucho más complejo, donde algunos personajes, lejos de contribuir al bien común, prefieren centrarse en sus propios intereses. Es por ello que me atrevo a decir que si Alejandro estuviera aquí, se habría decepcionado de muchos de los que hoy buscan aprovecharse de la situación. Porque la política no debe ser una lucha por el poder personal, sino una entrega sin egoísmo a la causa común.
¿Acaso es tan difícil entenderlo? No son mis hijos quienes están al frente de esta administración, ni son ellos quienes tienen el poder de decisión. A quienes atacan este gobierno no les ofende que mis hijos acompañen el proceso, sino que lo que realmente les hiere es el hecho de que no sean ellos quienes estén en el puesto. Creen que la administración municipal es un trozo de pastel, un reparto de cargos y cuotas que se reparte según conveniencia. Pero se equivocan. Aquí no estamos manejando poder por poder. La política, el gobierno, exigen dedicación, templanza y, sobre todo, el servicio a un pueblo que está cansado de las mismas viejas promesas y engaños.
Es necesario señalarlo con toda claridad: aquellos que intentan descalificar mi gobierno y deslegitimar el trabajo del cabildo no solo buscan desestabilizar nuestra administración, sino que también pretenden dañar la unidad y la fortaleza de quienes, día a día, se han comprometido con el pueblo de Chilpancingo. Los regidores, síndicos y yo, en nuestra calidad de cabildo, hemos cerrado filas. No por intereses personales, sino por el bien común, despojándonos de filias y fobias para mantener el rumbo en tiempos de incertidumbre.
El ejercicio del gobierno municipal no es fácil, ni mucho menos gratificante cuando los recursos son limitados y las demandas de la gente son incesantes. No tenemos lujos, no administramos riquezas, solo administramos necesidades. ¿Quiénes somos nosotros para gestionar las riquezas de un municipio? Nuestra tarea, nuestra verdadera tarea, es administrar pobreza y procurar lo mejor para el pueblo con lo que tenemos.
Así que, si alguien tiene pruebas concretas sobre las acusaciones hacia mis hijos, que las presenten. Pero que no utilicen los medios para distorsionar la realidad ni para presionar con falsedades y rumores. No me verán ceder a esos intentos. Y aunque algunos crean que con esas tácticas lograrán lo que buscan, les aseguro que se equivocan profundamente.
Es hora de que aquellos que critican sin justificación se pongan en el lugar de quienes asumimos una responsabilidad de este calibre. Quizá así, aunque solo sea por un momento, entenderían lo que implica tomar decisiones todos los días, con un pueblo que espera más que promesas vacías.
A la viuda de nuestro querido alcalde, Sandra Solís Peralta, le ofrezco mi más profundo respeto y solidaridad en su dolor. De igual manera, mi apoyo total al hijo de ambos, quien, como todos, ha sufrido una pérdida irreparable. Mi compromiso con su familia es inquebrantable, y seguiré honrando la memoria de Alejandro Arcos Catalán con cada paso que dé.
Atentamente.
GUSTAVO
ALARCÓN HERRERA
PRESIDENTE MUNICIPAL CONSTITUCIONAL