Regresemos al siglo XIX, 1843, el presidente Antonio López de Santa Anna convocó para que, en la plaza de la Constitución, así bautizada en honor de la Constitución de Cádiz de 1812, se erigiera un monumento a la Independencia.
Sólo se hizo la base o zócalo, que no se edificó por las vicisitudes de la guerra. Los restos se encontraron por trabajos de remodelación en 2017, que callaron, pero fue el que dio nombre a la Plaza Mayor y desde entonces se le llama Zócalo.
El 2 de enero de 1902. Porfirio Díaz inauguró la obra en Paseo de la Reforma del monumento a la Independencia. El concurso lo ganó Antonio Rivas Mercado; la obra al ingeniero Roberto Gayol y las figuras, al italiano Enrique Alciati.
Hubo problemas y los trabajos se reiniciaron en 1906 y el monumento fue inaugurado por Porfirio Díaz el 16 de septiembre de 1910 en la conmemoración del Centenario de la Independencia.
El 28 de julio de 1957 un sismo derribó al Ángel. La escultura de 6 metros de altura y 7 toneladas de peso quedó destrozada. Se pensó que el rostro del Ángel fue el de una de las hijas del arquitecto Rivas Mercado, pero no. Alicia, sirvió para hacer un medallón del monumento.
El rostro del Ángel fue el de la costurera Ernesta Robles, que tenía 23 años, que, gustaba de los bailes de salón. Lo confirmó ella misma en entrevista después de la caída de la escultura cuando tenía 77 años de edad, aportando pruebas como fotografías y recortes periodísticos. FUENTE, Revista Arqueología.