Teloloapan, Guerrero., Agosto 22-2021.- Fidel de la Puente es conocido como el diablo mayor. Es depositario de una de las tradiciones más importantes en la resistencia de la zona norte ante el cerco de la tropa española a los insurgentes: los diablos patriotas.

La historia señala que ante el cerco que tenían en la zona de Teloloapan, Pedro Ascencio de Alquisiras, brazo derecho del General Vicente Guerrero, decidió ocupar los miedos de la tropa para romper el cerco.

De esta manera y debido a las cuevas que hay en el lugar y al eco que producen, los hombres salieron hacia ellas y las mujeres fueron llevando trozos de árbol de Colorín para armar con ellas unas máscaras, pedazos de piel de venado, ropa de colores y un estandarte de la Virgen de Santa Rita, considerada de los Imposibles, para empezar a emitir sonidos guturales durante varias noches, encendiendo otates y tronando chirriones que hicieron temer a la tropa española, hasta que, finalmente, caracterizados de diablos salieron haciéndolos huir por su impactante presencia y los sonidos que producían un eco sordo al interior de las máscaras.

la historia está situada entre los años 1818 y 1821. Fue una estrategia de guerra de Pedro Ascencio de Alquisiras que debido a la difusión del hecho, en un momento fue considerada producto del mal.

Durante 56 años, hasta el año 2000 en que fallece, Don Pedro de la Puente se dedicó a recuperar la tradición y empezó a elaborar máscaras y cueras. Empezó con 5 cueras para caracterizar vestidos de diablos a 5 varones que salieron a presentar esta historia. Su hijo, el Ing. Fidel de la Puente tomó este legado y no solo se ha vestido del diablo mayor, sino que sus hijos e hijas han seguido esta tradición y se ha dedicado a elaborar las máscaras más representativas que no solo han sido admiradas en el estado y el país, sino también en el extranjero, como España.

Ahora, han buscado que no termine la tradición y mantienen cursos, cuidando en esta pandemia los protocolos necesarios, para que no se pierda la historia de los diablos patriotas y capacitan en la elaboración de máscaras de madera vieja de colorín para elaborar las máscaras y para proteger el ecosistema nunca usan árboles jóvenes.

Para elaborar una máscara el tiempo mínimo es de 7 días y de acuerdo a la dificultad en la elaboración de la pieza artesanal puede tardar hasta 6 meses.

En este verano, capacitaron a 30 personas entre adultos, mujeres, adolescentes y niñas y niños.

Los diablos de Teloloapan están lejos de ser una invocación al mal. Solo es una de las mejores estrategias de guerra para ganar terreno sin generar muerte, solo con el uso de los miedos.

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