Parece que los pasos políticos en Guerrero para que triunfen y sean tomados en cuenta, deben caminar en el filo de la traición y la sospecha.

Así lo deja ver el propio Senador Manuel Añorve Baños cuando “confía” su parecer sobre lo que era una voz de frente de la militancia priísta, su alejamiento de la elección para evitar el triunfo de Mario Moreno Arcos, y la negociación a favor de su esposa y su hijo , como Diputada y Regidor, respectivamente, para estar cerca y dentro del próximo círculo de poder.

Solo una fracción de una conversación, quizá la más sustancial de la misma, la necesaria para este momento, deja ver la dificultad que enfrentó Mario Moreno Arcos para hacer campaña casi en solitario por parte de su partido, el PRI. Y el pensar del Mandatario estatal según deja constar el Senador priísta “Mario era un ojete que no me había apoyado a mí, que no lo había apoyado a él” y su propio pensar sobre el resultado de la elección “porque estoy alejado, no me tiene confianza el jefe político”.

La fuerza de la conversación filtrada, solo la importante, recae en quien representa a la entidad en la Cámara Alta. Con un impacto tan inquietante que en menos de 24 horas logró que el Gobernador Astudillo convocara a Mario Moreno Arcos a Casa Guerrero para un encuentro.

¿Por qué convocarlo si Mario Moreno interpuso una impugnación del resultado de la elección ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y estando el Mandatario en reuniones para la entrega recepción con Evelyn Salgado Pineda, designada por el IEPC-GRO como Gobernadora electa?

Volvamos al Senador Añorve.

“Si Mario trae 18 puntos, yo le puedo quitar diez y ya valió verga”. “Mario se ha ganado también su tema, ¿no? cuando jaló con Ángel” (Ángel Aguirre Rivero).

“No estoy haciendo berrinche porque yo no fui, me quité una lápida de la espalda pues yo sé lo que está pasando por la mente del gobernador” (Héctor Astudillo), “Pero la desatención es lo único que no me hubiera imaginado”, “entiendo que se acabó la etapa de la amistad”, “porque ya se la dio a René, ya se la dio a Ángel -la confianza-”.

Frases que en dos minutos de la conversación ayudan a ponerle rostro a la elección del domingo 6 de junio. Pero también a confundir el futuro.

En Acapulco, hará cosa de tres años el Senador Félix Salgado Macedonio le dijo al Gobernador de Guerrero que quería ser Gobernador y que le pedía su apoyo.

En este lapso del proceso electoral se ha reunido con la Gobernadora Electa, Evelyn Salgado Pineda en más de tres ocasiones, a quien ha dado pormenores de la situación del estado previo a la entrega-recepción que empezará esta semana.

En este lapso, vino el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador quien le reconoció que la entidad no haya tenido una elección violenta ni un proceso electoral con bloqueos.

En este lapso se ha reunido con Mario Moreno Arcos, que impugnó el resultado de la elección.

Todo parece indicar que, como dice el Senador Añorve, que por cierto anunció que va a demandar ante la FGR porque es ilegal grabar, el Gobernador, quien parece marca los tiempos políticos, le dijo “voy a honrar mi palabra”. Y estamos viendo aflorar del pozo de las traiciones, de las deslealtades, de la comodidad, que parece representa el poder, el tablero del 6 de junio, y todo parece gritar ¡sálvese quien pueda!  que ellos ya están salvados, al menos eso creen. ¿Surrealismo?

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