Pablo Galeana de los Ríos, acompañado de Cesáreo Ramos y otros 80 valientes, atravesaron la bahía en pequeñas pangas y se dirigieron hacia La Roqueta, por la madrugada donde desembarcaron y atacaron la guarnición realista que la custodiaba.

La batalla fue cruenta, los insurgentes al mando del joven oficial Galeana de los Ríos, hijo de Juan José Galeana Valdeolívar y sobrino de Hermenegildo, dirigió las acciones que dieron una rápida Victoria.

El Tepaneco Cesáreo Ramos se encaró de los realistas vencidos y dispuso de 20 de sus gurreros para mantenerlos atados en calidad de prisioneros y con ello dominaron toda la situación en ese lugar estratégico para el enemigo.

Ese control sirvió para hacerse de la carga de los barcos anclados con todo tipo de alimentos y armas destinados a los soldados del Virreinato en el también Llamado Castillo de San Diego.

De esa manera, desde la Isla de la Roqueta, por varias noches, Pablo Galeana y Cesáreo Ramos, salían del lugar y en pangas ligeras transportaban alimentos y armas para los insurgentes para redoblar los ataques a la mencionada fortaleza y así los debilitaron hasta el triunfo insurgente.

La hazaña de los dos personajes, significó el ascenso al grado inmediato superior y pasar a la historia por ese gran apoyo a la causa y otros más en otra batallas que condujeron al triunfo final de la guerra, hasta el glorioso final consiguiendo la Independencia.

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