Como cada año, las mariposas monarca llegaron en noviembre a los bosques de oyamel y pino de la región oriente de Michoacán y el noroeste del Estado de México Los bosques se llenan de esas llamativas figuras de color naranja y líneas negras que forman la migración de insectos más larga y populosa que conocemos.

Entre agosto y octubre han recorrido más de 4,000 kilómetros desde Canadá y el norte de Estados Unidos y se quedan en territorio michoacano alrededor de cinco meses, un extraordinario fenómeno de la naturaleza que podemos disfrutar en estas fechas a pesar de la pandemia, donde podemos encontrar enormes manchas de color naranja en las ramas de los árboles, donde forman grandes colonias y así permanecen todo el invierno.

En Febrero se da el gran espectáculo, las mariposas vuelven a volar con el fin de alimentarse y prepararse para regresar a Canadá, es cuando ocurre el apareamiento antes de regresar al norte del continente.

La mariposa monarca tiene un ciclo interesante: vive cuatro días como huevo, dos semanas como oruga, 10 días como crisálida y 30 como mariposa, pero la naturaleza marca algo distinto en este ciclo vital: las que nacen a finales de verano y principios de otoño tienen una característica distinta, viven hasta 9 meses, por eso se les conoce como las del ciclo Matusalén, por otra parte, las que ya son adultas en verano, no se aparearán ni pondrán sus huevecillos hasta la próxima primavera.

En Michoacán hay 3 sitios santuarios donde se puede apreciar con todo este espectáculo de la naturaleza: El Rosario, Senguio y Sierra Chincua. El Rosario está muy cerca de Angangueo, un pueblo mágico que tuvo en su pasado minero su época de esplendor y se encuentra a poco menos de 150 kilómetros de Morelia.

Sierra Chincua está a menos de 15 kilómetros de Angangueo y Senguio está dentro de Sierra Chincua, en ambos casos hay que hacer una caminata poco más larga que en El Rosario, pero esto bien vale la pena, aunque también se puede rentar un caballo para llegar a los puntos de observación.

En el Estado de México hay 3 sitios que son apropiados para observar y admirar este fenómeno: Piedra Herrada, El Capulín y La Mesa. Piedra Herrada está cerca de Valle de Bravo, El Capulín a una hora de distancia de Valle de Bravo y La Mesa se encuentra en el municipio de San José del Rincón a unos 40 minutos de El Oro que también es un pueblo mágico.

Este espectáculo es único en el mundo, poder disfrutarlo en tierras mexicanas es un privilegio que sigue planteando diversas incógnitas, por ejemplo, antes de que se realice este gran viaje, el organismo de este bello insecto se prepara acumulando grasa en su abdomen, hecho muy importante para que puedan sobrevivir, ya que no sólo las nutre durante la migración, sino que perdura hasta la primavera siguiente cuando, comienzan su viaje de regreso al sur de Canadá.

Su viaje sigue siendo un misterio, las mariposas que parten en Marzo hacia el norte son unas, las que regresan en Noviembre son las tataranietas de esa generación. En el camino hay algunos puntos donde hibernan y siguen siendo en la actualidad una incógnita, pues aunque se han ubicado cientos de sitios de hibernación solamente menos del 10% de esos sitios son ocupados cada año, el resto son ocasionales.

Esta especie también está siendo afectada por fenómenos como la tala de bosques, el desarrollo urbano y el cambio climático.

La ciencia trata de responder también una pregunta fundamental: cómo es que se van unas, regresan otras y siempre arriban al mismo lugar. Una especie de brújula solar ubicada en sus ojos y reloj interno que les indica la hora del día, les permiten volar sin desorientarse por miles de kilómetros repitiendo siempre su ruta, aunque con esto se explica la manera en que se guían, pero no la forma en que deciden la ruta a seguir.

La mariposa monarca es una maravilla de la naturaleza, un insecto de unos 10 cms de envergadura y menos de un gramo de peso. Ya nos referimos a su corto ciclo de vida general, pero esta generación Matusalén que es la viajera, debe soportar climas adversos en su recorrido.

Este mes de febrero es una gran temporada para visitar los lugares donde se encuentra la mariposa monarca en México, un espectáculo de la naturaleza que nos recuerda la importancia de proteger el medio ambiente y nuestros bosques. La mariposa es un importante polinizador que contribuye en la diversidad genética de las plantas, su abundancia o escasez de miembros es un indicador de cómo algunos ecosistemas se mantienen o se alteran.

Ayudar a la conservación de la mariposa monarca y la protección de sus santuarios, es una obligación de los seres humanos, visitar uno de estos sitios donde todavía podemos observarlas antes de que inicien su viaje de regreso en la segunda quincena de marzo, es una oportunidad que bien vale la pena.

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