“La canonización de Juan Diego, sería un disparate, su existencia no está comprobada”. Afirmó el ex abad de la Basílica de Guadalupe, Guillermo Schulenburg, al que siguieron otros personajes. Ante eso y en el marco del proceso de canonización del beato indio, El Vaticano, creó en 1998 una Comisión histórica para analizar su fundamento.

La encabezó el profesor de Historia eclesiástica en las Universidades Pontificias Urbaniana y Gregoriana, Fidel González Fernández, reconocido como uno de los máximos expertos en la materia. Participaron 30 investigadores de varios países que trabajaron no sólo para justificar la existencia de Juan Diego, sino para aportar luz a la historia de México.

El padre González expuso los resultados en un Congreso en la Congregación Vaticana para las Causas de los Santos el 28 de octubre de 1998, fue un éxito en la resolución de las dudas presentadas sobre la problemática histórica.

El padre González, Eduardo Chávez Sánchez y José Luis Guerrero Rosado, en el escrito “El encuentro de la Virgen de Guadalupe y Juan Diego, de Porrúa, en 1999, presentaron 27 documentos indígenas guadalupanos y 8 de raíz mixta inda-española.

destacan el “El Nican Mopohua” y el Códice “Escalada. “El Nican Mopohua”, del escritor indio Antonio Valeriano, indígena tecpaneca, fue un testigo, vivió entre 1520 y 1606 y era sobrino del emperador Moctezuma.

A los trece años, en 1533, estudió en el colegio de San Cruz de Tlatelolco, fundado por el obispo Juan de Zumárraga. Fue, uno de los primeros indios en hablar latín y gobernador de Azcapotzalco durante 35 años. Tenía 11 años en 1531, el de las apariciones, y 28 en 1548, al morir Juan Diego. FUENTE: JUAN DIEGO EXISTIÓ: LAS PRUEBAS.

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