Del Querétaro colonial surgió el relato “El agujero del Diablo”, del libro “Leyendas de Querétaro” de Germán Patiño, relatado al periodista José Guadalupe Ramírez Álvarez. En el convento de San Francisco, hoy Museo Regional, los jóvenes querían consagrarse a Dios, uno de ellos sintió la presencia de alguien.

Con fe inquebrantable y sin mancha; pero todo cambió cuando salieron a misa, sintió que lo miraban, al voltear vio que era una mujer bellísima y joven, sin darle importancia; estaba consagrado a Dios y fue con su confesor a pedir ayuda.

El cura le dijo que era el demonio, queriéndolo alejar de Dios. El joven no fue a misa de la mañana y se quedó a rezar en su celda: Escuchó ruidos y al voltear, vio la silueta de la dama desprendida de los muros convertida en bestia y hombre.

Tomó su rosario y rezó, sus compañeros intentaron abrir la puerta, pero no se pudo. Rezaron a gritos y se dio una tremenda explosión, la bestia salió por el techo. Gracias a su fe, el demonio fue derrotado.

Todo en calma y entre el humo se vio un agujero en el techo, dejado por el maligno en su huida. Al sitio se le conoce como El Agujero Del Diablo. Tamara Medina, Diario de Querétaro.

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