Durante semanas persistió en la opinión pública el ahondamiento de la relación entre la gobernadora Evelyn Cesia Salgado Pineda y la alcaldesa de Acapulco, Abelina López Rodríguez, motivada por intereses personales y políticos con el fin de dinamitar el desarrollo y fortalecimientonde la 4T, que venían cocinándose destino atrás y a últimas fechas derivado de las rutas que institucionalmente tomaron por diferentes “corcholatas”.

El tema volvió a tomar presión al acercarse el proceso electoral interno de Morena, para elegir a los consejeros nacionales, que resultó por lo menos en Acapulco favorecer a los candidatos de la alcaldesa del puerto, persiviendose mayor separación al coincidir en verdaderos opuestos, uno, el izamiento de la “Blue Flag” por las playas limpias de Zihuatanejo, por parte de la gobernadora, después de presidir en ese binomio de playa la Mesa de Construcción de la Paz, y refrendar su compromiso por la seguridad de los turistas y ciudadanos en este período vacacional verano 2022.

En tanto casi a la misma hora del pasado Miércoles 6 la alcaldesa de Acapulco lidiaba con los señalamientos de la Copriseg, por los resultados positivos de elementos nocivos en las playas de Acapulco, que para su “terror” dieron positivos después de una noche de fuerte lluvia sobre el destino turístico.

La opinión pública seguía alimentándo sus juicios mediáticos y escarbando por mayores turbulencias, quería al fin populacho ver el rompimiento final, pero la política no da sorpresas, genera sorprendidos, esfumandose ante sus ojos las diferencias que había comprado para su perverso deleite cafetero.

La entrega de tarjetas bancarias a pescadores beneficiados del programa BANPESCA, que se llevó a cabo en el Centro Internacioal de Convenciones de Acapulco, CIA, fue el marco que rompió ese macabro deseo de ruptura entre ambas personalidades políticas, generando entre miembros de la clase política presente, beneficiarios y los incisivos medios la oportunidad de atestiguar la empatía “política” existente y el buen ánimo de no producir conductas politicas y corporales que mandaran señales que desanimen el acercamiento dónde nunca hubo diferencias, y que desde sus apretadas agendas la comunicación es permanente a través de los medios institucionales.
Zapatero a tus zapatos.

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