DOMINGO XXX C 2022

CEC 588, 2559, 2613, 2631: la humildad es el fundamento de la oración.
CEC 2616: Jesús satisface la oración de la fe.
CEC 2628: la adoración, la disposición del hombre que se reconoce criatura delante del Señor.
CEC 2631: la oración de perdón es el primer motivo de la oración de petición.

I. ORAR CON HUMILDAD
“El Señor no se deja llevar por apariencias. No menosprecia a nadie por ser pobre…”
¿Qué tipo de oración hacemos? Porque la oración empieza estando ante Dios.
La actitud de Dios es escuchar a todos, pero depende de la actitud que llevemos ante Dios.
Una característica que pide Dios al hombre es la humildad.
La sabiduría comienza con la humildad que es “andar en la verdad” –Santa Teresa-.
El fariseo se está defendiendo incluso de Dios. Siente que lo ha hecho todo y lo puede hacer todo, aunque siga siendo polvo; aquí entra la arrogancia, la soberbia.
Estar de pie es la actitud del orgulloso; por eso la del publicano es estar de rodillas.
Si sirves a Dios, si estás delante de Dios, que sepas cómo debes estar: con un corazón humilde, sincero, sin presunción, pues, el fariseo presumía de más.
La relación con el Señor y el fariseo es “yo te doy porque tú me das”, por eso presume.
El justo es el que vive como Dios ha pensado. Estar ante Dios sin pretender grandezas de nada. La grandeza es saber abrirle el corazón a Dios sin pretender lo que Él no quiere.
Pensar que porque hemos hecho algo bueno ya por eso nos debe dar Dios lo que le pedimos, es como amarrarle las manos a Dios. Dios da lo que el hombre no puede conseguir.
No podemos llegar a orar ante Dios como “limosneros y como garrote”.
Si reconocemos que hemos transgredido la ley de Dios, hay que acogernos a la misericordia de Dios.

II. NUEVOS FARISEOS Y PUBLICANOS
En tiempos de Cristo los fariseos eran observantes de la ley. En el posmodernismo (esquizofrénico) se han invertido los valores: ahora se alaba, aplaude, al que transgrede la ley divina, a los hombres sin escrúpulos que ponen el dinero y negocios por encima de todo.
Dicho de otra forma: para los fariseos la contraseña era «observancia» de las normas; para muchos, hoy, la contraseña es «trasgresión». Por ejemplo, decir de un autor, de un libro o de un espectáculo que es «transgresor» es hacerle uno de los cumplidos más anhelados.
La mayoría somos una mezcla, tenemos un poco del fariseo: cuando con la lengua como con una ametralladora destrozamos sin compasión la buena fama de los demás, y un poco del publicano: el que humillado ante su negro pasado consiguió la simpatía de Dios.
¿Cómo lograr la recta formación de la conciencia y el remordimiento de conciencia en estos tiempos? Porque al final triunfarán la verdad y el bien.
La gente exalta la maldad, pero Cristo dijo a Pedro: “el que a hierro mata, a hierro muere”.
Al menos hay que proclamar la regla de oro: “evita hacer a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”.
Hay cosas que ni los mismos sicarios permiten: que dañen a su familia.
Necesitamos aceptar todos que hay una misma dignidad humana para todos, y lo que hacemos de mal radica en un sujeto y tendrá siempre consecuencias negativas en el mismo sujeto.
El fariseo pisotea el espacio sagrado. Los que estamos en la iglesia también tenemos a veces la conciencia tergiversada, porque pensamos que estamos haciendo bien cuando en realidad hacemos cosas muy malas, ejemplo, buscan para compadres, amigos, a los que van contra la moral, viven sin sacramento del matrimonio…
El fariseo en general era gente buena, pero le faltaba una cosa: hacer las cosas con amor (no solo por ley o por obligación). Cuando falta amor todo se echa a perder, como en el juego de la jenga, con una ficha que no se saque cuidadosamente, se cae todo el edificio.
Scott Hahn en su libro “Es justo y necesario”, dice que el regresar a Dios es una necesidad hoy. La religión es una virtud, es darle a Dios lo que le es debido. Es bien difícil encontrar personas con un culto; la religión antes es virtud y justicia.
¿Cómo regresar a la verdad en una sociedad en la que se han invertido los valores?
Hubo ángeles que decidieron no obedecer a Dios. También hay hombres que se resisten a la razón. Todas las cosas tienen que tener un orden, y si no regresan a su orden original el hombre será víctima de sus pasiones.
Ordenar los valores en su justo medio. Como seres humanos hay que recuperar la verdadera religión, de lo contrario seguirá la inversión de valores. Ejemplo, los que promueven el “orgullo gay” o semejantes cosas, ya lo hacen públicamente y quieren que sea obligación o al menos un derecho, a pesar que es un desorden en referencia a la ley natural.
En el matrimonio muchos problemas son por el orgullo, peleas campales, cada quien defiende su modo de ser, creyendo que es el mejor y nada tiene que cambiar.
El publicano regresó justificado a su casa: la bendición no llega ahí donde hay una persona narcisista.
Hemos caído en un individualismo tan profundo que es la idolatría del yo, la autoreferencialidad.
El narcisismo actual es el nuevo fariseísmo, hace que se trate a los demás como medio y no como “otro yo”, alguien igual que yo en dignidad; se sienten con el mayor poder. Pero nadie debe estar por encima del otro. Desde niños se les dejó llevarse por los berrinches; se salen con la suya, porque es “mi princesa”, “mi rey”… Se crean hijos que son amos y los papás son los esclavos. Se “forma” gente demasiado abusiva, a tiranos; pero estos se crean, no nacen así, sin disciplina.
CONCLUSIÓN
Necesitamos día a día, hasta llegar a la otra vida justificados, porque el corazón necesita paz, nadie puede ser grande por fuera y miserable por dentro.
Quien confiesa sus pecados logra que Dios integre su existencia humana.
No hay que afanarse por aquello que nos aleja sino por lo que nos acerca a Dios, incluso llegar a Dios.

III. AVISOS
DOMUND
Reconocer y pedir perdón porque nos ha faltado la dimensión misionera.
Hacer bien la colecta a favor de las misiones.
DÍA DE SAN JUDAS TADEO
Con motivo de la fiesta de San Judas Tadeo organizar procesión llevando cada devoto su imagen adornada y hacer una bendición comunitaria, dentro de la celebración de la Misa, conviene hacerlo el día 26, para poder dedicarles el tiempo y evangelizarlos con motivo de esta religiosidad popular; porque ya se ha quedado como una fiesta particular con tlacololeros, mezcal y pozole desde el día 27.

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