Esperanza en la resurrección

Colegiado sacerdotes Chilpancingo- Chilapa.
Reflexión del domingo. Dios de vivos, no de
muerto

DOMINGO XXXII C 2022

CEC 992-996: la revelación progresiva de la Resurrección.
CEC 997-1004: nuestra resurrección en Cristo.
CEC 1023-1029: el cielo.
CEC 1030-1032: la purificación final o Purgatorio.

LA TRASCENDENCIA
Hablemos este domingo de la trascendencia.

Toda la vida, todo lo que hacemos tiene una trascendencia. Hoy vivimos un materialismo como los saduceos, el cual no es la única forma de vivir la vida.

Hablar más de la vida en el espíritu que de la vida corporal. Seremos como los ángeles.

Cuando salieron de Egipto los israelitas, su primera estación fue en Sucot. Esta fue su primera fiesta, fiesta de las tiendas: hasta hoy los judíos hacen tiendas provisionales en el jardín para recordar su salida de Egipto. Es la acción de gracias porque se termina un año que les enseñó, los corrigió, los iluminó…. los salvó; ej., ¿cuántas veces nos iluminó el espíritu Santo? Y se le pide a Dios que nos siga iluminando con su Palabra.

Las “tiendas” son para recordar que somos peregrinos, que nuestra vida es una tienda frágil que se va a acabar.

Asi recuerdan su fragilidad y temporalidad y como signo, la gente se regala limones.

Hacernos conscientes de la caducidad, agradecemos a Dios que estamos aquí porque nos fortaleció Dios.

Muchos judíos son ateos poco más del 50% y en torno al 35% son nacionalistas y un 15% son los que tienen fe. Los judíos creyentes o no creyentes, de todas formas ponen sus tiendas.

Dios es un Dios vivo y personal: el Dios de Abraham, Isaac…

No pensemos que vamos a disfrutar algo en la otra vida si no lo disfrutamos aquí ahora.

Las promesas no quedan en el aire, pues Dios siempre las cumple.

Dios viene a la tierra a hacer una relación con el hombre.

¿Cómo es mi relación con Dios, si un día quiero disfrutar de la vida eterna?

Para los aztecas, el modo en que muere la persona así es el lugar a donde va, ej., va a la tierra de las flores…

La mayor representación de la resurrección en la cultura azteca es el colibrí. Se considera a Huitzilopochtli como reencarnación de Dios. La serpiente emplumada no es porque tenga plumas sino por su semejanza con los ángeles. La serpiente significa la divinidad. Flor y canto en la cosmovisión náhuatl es la verdad de lo que se dice.

UN DIOS DE VIVOS, NO DE MUERTOS

Tema central: el final del ciclo litúrgico, para irnos renovando.

Terminamos un año más de meditar el misterio de cristo.

Se enlaza el día de difuntos con el fin del año litúrgico.

Por eso las lecturas son apocalípticas hasta llegar a la mitad del Adviento.

Macabeo significa: fuerte contra el adversario (el que los flageló para que renegarán de la verdadera religión).

Macabeos habla de 7 hermanos y el evangelio de 7 maridos. El 7 en la gematría bíblica el 7 significa plenitud; por lo tanto ese mensaje es para toda la humanidad.

Estamos muy apegados a celebrar a un Cristo muerto, pero Dios es un Dios de vivos, pues para él todos viven.

Esperanza en la resurrección.

Evitemos acostumbrarnos a escuchar solo noticias de muerte.

La palabra de Dios hoy tiene sabor de vida eterna.

Le evangelio nos abre una ventana de lo que será el cielo: ya no habrá sufrimiento, dolor, ni necesidad de alimento, ni necesitaremos casarnos…

La vida tiene sus fases. La muerte es volver a nacer pero para la eternidad.
“Por si las dudas, creo que hay cielo e infierno, porque eso me ayuda”.

Si creemos en los novísimos, nada perderemos, pero si no creemos y al final resulta que sí existen, todo lo perderemos y ya no habrá remedio (Pascal).

Eterno: sin límites. Esa vida Dios nos la comunica. Gracias a que nos hizo a su imagen y semejanza, Él no muere, por eso no quiere que sus hijos mueran.

Somos sempiternos, tenemos un origen, inicio en nuestra vida, pero de ahí se prolonga para la eternidad. Allá viviremos divinamente, encontrará todo su sentido la vida, pues aquí en el mundo la vida es privativa, porque su plenitud solo se encuentra en Dios.

Un santo hace más allá en el cielo que aquí en la tierra, porque lo hace en una vida que no termina y aquí en el mundo hay límites.

Los santos padres dicen que esta vida, donde se viene a pasarla mal, a sufrir, es una miseria; la verdadera vida es la eterna y es la gran esperanza del cristiano.

A San Agustín le reprochaban que cómo siendo tan inteligente se dejó embaucar por los cristianos; responde: es por la fe.

Acto de fe en la vida eterna: aventarse el clavado a creer en la vida eterna, eso es la fe, como lo dice Hb 11,1.

La fe es la manera de conocer las realidades que no vemos con los ojos de carne.

Hay muchos incrúdulos, hay que picarles la cresta a los ateos teóricos y prácticos. Yo espero el cielo entonces lo tengo en mis manos aquí porque tengo fe, aunque mi razón no me lo pueda explicar.

La muerte no es cuando se detiene el corazón sino cuando olvidamos a nuestros seres queridos. Si nuestros difuntos dejaron tantas cosas buenas: el cariño, el ejemplo… hay que hacerlos revivir recordándolos.

En las cuevas de Qumram aparece el libro de los Macabeos, que es la tela de fondo para poder hablar de la resurrección en el NT. La fe de Abraham ya indica la semilla de la fe en la resurrección; si no hubieran creído en la vida eterna no hubieran creído así.

La bandera judía tiene dos triángulos, uno hacia abajo y uno hacia arriba y significa el de arriba hacia abajo el encuentro de Dios con el hombre y el otro significa al hombre en vistas a la vida eterna.

Los aztecas creían en la existencia de 9 inframundos hasta donde llega una persona al morir; de ahí surgió el interés de ayudar a nuestros difuntos a salir de ahí a través de la oración, especialmente la eucaristía (novenario de misas) y ganando la indulgencia plenaria.

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