DIOCESIS DE CHILPANCINGO- CHILAPA
SGAR 543/93

III DOMINGO DE ADVIENTO
CEC 30, 163, 301, 736, 1829, 1832, 2015, 2362: el gozo.
CEC 227, 2613, 2665, 2772: la paciencia.
CEC 439, 547-550, 1751: la manifestación de Jesús como el Mesías.
I. CONTEXTO
Vela rosa y vestidura litúrgica color rosa para destacar la alegría que se empieza a sentir
por la Navidad cercana.
Prácticamente ya iniciaron las preposadas.
Domingo de Gaudete, porque la Navidad está cerca.
Cambia el énfasis, ya no tanto es la parusía sino la venida próxima de Cristo.
«Alegraos siempre en el Señor; os lo repito: alegraos. El Señor está cerca» (Antífona de
entrada).
De esta apremiante invitación a la alegría, que caracteriza la liturgia de hoy, recibe su
nombre el tercer domingo de Adviento, llamado tradicionalmente domingo
«Gaudete». En efecto, ésta es la primera palabra en latín de la misa de hoy: «Gaudete»,
es decir, alegraos porque el Señor está cerca.
LA ALEGRÍA Y OTROS SIGNOS
La alegría está basada en la buena noticia de que Dios ha querido venir en persona y entrar
en nuestra historia para siempre; Dios ha salido ya al encuentro de todos nuestros males y
se dispone a curarnos.
Estos son los signos que Dios quiere darnos y que debemos esperar: que el desierto de
nuestra sociedad secularizada y materialista reverdezca con la presencia del Salvador, que
se abran a la fe los ojos de los que por no tenerla son ciegos, que se abran a escuchar la
palabra de Dios los oídos endurecidos, que corra por la senda de la salvación el que estaba
paralizado por sus pecados.
Buscar signos en la iglesia, por ej., la austeridad, evitar gastar excesivamente en vestiduras litúrgicas sin quitar lo digno del sacramento.
En los grupos apostólicos se cumple esta profecía, los pasivos empiezan a predicar la
palabra de Dios, los enfermos espirituales se sanan.
Si no se ven plenamente estos signos, hay que tener la paciencia del campesino (Carta de
Santiago).
Pasar de la tristeza y limitaciones a la alegría, al optimismo, a la esperanza.
II. LA ALEGRÍA AUTÉNTICA
Hay muchas tristezas y malestares del mundo: pobreza, trabajo excesivo, estrés, violencia,
adicciones…
De manera poética las lecturas nos indicas los motivos y signos de la alegría auténtica.
Encontrar la alegría auténtica, espiritual, como el Bautista. Encontrar lo esencial en Cristo,
como el Bautista, no donde la busca el mundo y no la encuentra. En el humano produce
toxinas, por ej., cuando la persona no se siente aceptada, cuando siente que no sobresale.
Vivimos en un ambiente tóxico que no nos deja vivir feliz.
Buscamos la felicidad donde no está.
Se pierde el sentido a la vida, nos metemos en otros asuntos que no nos corresponden,
llegan las crisis, problemas terribles. Cuando tenemos claro lo que somos y tenemos no
nos metemos en roles que no nos corresponden ni buscamos compensaciones que
desfiguran nuestra identidad sacerdotal.
Juan Bautista es profeta y más que profeta.
Juan no duda de quién es Cristo, pero motiva a sus enviados a tener una experiencia de
encuentro personal con Jesucristo.
Cristo describe a Juan Bautista, no vestía como Herodes con ropajes potentes.
Juan Bautista nos muestra la alegría esencial.
Encontrar la felicidad en lo sencillo y que no cuesta tanto dinero: estar en paz, armonía,
aceptación en familia, celebrar las fiestas con lo poco que tenemos. Es cuestión mental.
Resiliencia. Por ejemplo, encontrar la alegría en saborear el buen dormir, el alimento sano,
el ejercicio físico y espiritual, la tranquilidad en familia, sencillez, modestia, humildad;
esto es semejante al estilo del Bautista: vivir en el desierto, comer chapulines, miel
silvestre.
Dar esperanza a nuestra gente y encontrar la respuesta a nuestras inquietudes en Cristo.
III. SIGNOS DEL MESIANISMO DE CRISTO
Cada evangelista se dirige a su propia comunidad: Mt quiere que la comunidad reconozca
y acepte a Cristo como Mesías.
¿En qué tipo de mesianismo creemos los sacerdotes?
Habían pasado 500 años desde el último profeta, Zacarías, cuando llega Juan Bautista y
por eso piensan que él es el Mesías. Pero Juan los envía con el verdadero Mesías, el cual
viene a liberar del pecado, lo cual es más que la liberación del yugo de los romanos. La
comunidad eclesial comprenda que en Cristo se cumplen las profecías.
Para los judíos la venganza, guerra, lucha, justicia rasa (castigar al que se lo merece) es lo
que predomina.
La llegada de Cristo no es como lo esperaban los israelitas: un Mesías que los libera del
yugo de los romanos, lo cual es una liberación sociopolítica o socioeconómica.
“Dichoso quien no se sienta defraudado por mí”. Algunos sí se sienten en sus
enfermedades…
Cristo es taumaturgo, pero no cae en la espectacularidad, no es triunfalista.
AVISOS
1.- Leer y propagar el Nican Mopohua (evangelio mexicano).
2.- Conviene hacer la Bendición de las rosas, para recordar el milagro…
“La rosa destaca por tres cosas: por su delicadeza, por su perfume y por su simbolismo.
Primero, la rosa es delicada como es una mujer, como es todo ser humano, siempre
delicado. Debe tratarse con mucho cuidado. Cada persona, cada ser humano y, de modo
especial, las mujeres, tienen que ser tratadas con delicadeza. Por eso la rosa nos refiere
siempre a la delicadeza de una mujer.
La rosa también tiene un perfume agradable que habla de vida, de resurrección. Recuerdan
aquellos pasajes del Evangelio, cuando aquella mujer ungió con perfume los pies de Jesús,
dice Jesús, “esta mujer se ha adelantado a la sepultura” (cfr. Mc 14, 8), porque la rosa
habla de vida y resurrección.
El tercero es su simbolismo, significa amor. Cuando a una mujer se le da una rosa, se le
dice con ese signo “te amo, te quiero”. Por eso, en esta tarde no podríamos tirar las rosas,
no podemos olvidar su simbolismo, pues nos habla de amor.
Así como aquellas rosas fueron la ocasión que aparecieran en la tilma de Juan Diego,
ahora nos toca, a ustedes y a mí, ser las rosas de la virgen María. Que ustedes y yo
tengamos la delicadeza, el perfume de Cristo y sepamos amar a Dios y amar a nuestro
prójimo” (Card. Rogelio Cabrera).
Oración de Bendición de Rosas
Dios nuestro, que hiciste de nuestra tierra brotar esta diversidad de flores para que en ellas
reconociéramos tu presencia anunciada por María, la Madre del verdadero Dios por Quien
se vive, bendice estas rosas que tu pueblo hoy te presenta y concédenos que la devoción a
Santa María de Guadalupe, Madre de tu Hijo, se traduzca en una verdadera actitud
evangélica de amor y servicio a nuestros hermanos, para que así como estas flores agradan
a los sentidos, así nosotros te agrademos a Ti y a nuestro prójimo. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén”.
3.- Participar en la Convivencia Navideña.
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