COMENTARIOS DE SACERDOTES DIÓCESIS CHILPANCINGO – CHILAPA

DOMINGO V CUARESMA Ciclo A 2023
Catecismo de la Iglesia Católica (CEC) 992-996: la revelación progresiva de la
Resurrección.
CEC 549, 640, 646: los signos mesiánicos que prefiguran la Resurrección de
Cristo.
CEC 2603-2604: la oración de Jesús antes de la resurrección de Lázaro.
CEC 1002-1004: nuestra experiencia actual de la Resurrección.
CEC 1402-1405, 1524: la Eucaristía y la Resurrección.
CEC 989-990: la resurrección de la carne.

REALIDAD
Nos resistimos a enfermar, a envejecer, a morir.
Toda la ciencia es una gran lucha por la vida, sobre todo la Medicina.
Hay vida humana aún en estado de coma o en la fase de embrión, pero si sólo se
vive biológicamente no se realizan ni desarrollan todas las potencialidades que tenemos.
Hay muchos síntomas de una «cultura de muerte» que avanza:
Se ha llegado a un grado de corrupción excesivo, por ejemplo, el lucro que se busca con los penitentes de Taxco que tienen que comprar sus
instrumentos a cierto tipo de personas.

DISCERNIR
Frases que más responden a nuestra situación actual, por ejemplo, “yo
soy la resurrección y la vida”, “desátenlo”, “si crees…” Ante la debilidad
(asthenés) de los humanos que se manifiesta en la enfermedad y la
muerte, vendrá el despertar, el vivir.
Vida nueva, renacer, “resucitar” como Lázaro. Se aplican estos textos a
los catecúmenos que se bautizarán, pero también se aplican a todos
nosotros.
Ante tantos signos de muerte y corrupción (heridos, asesinados, suicidados…)
también hoy debe resonar la gran revelación de Jesús: «Yo soy la resurrección y
la vida».
Como Marta, la hermana de Lázaro, también nosotros queremos renovar hoy nuestra fe en Jesús (que es capaz de vencer todos los males) y nuestra amistad
con él.
Prefacio:
(…) el cual, verdadero hombre, lloró a su amigo Lázaro, y, Dios eterno,
lo hizo salir del sepulcro.
Él mismo, compadecido del género humano, nos conduce a la vida nueva por medio de los santos sacramentos.
Cristo muestra su gloria sacando a Lázaro de la corrupción, pero antes
de la acción tuvo que hacer oración.
Dios nos conduce a una vida nueva por medio de los sacramentos.
Recibimos el espíritu que da vida, el pan de vida; en la enfermedad nos
comunica su vida por la unción; en la reconciliación nos da nueva vida,
mueve la piedra…, salimos con los vendajes, no con la vida plena pero
en orden a ella.
Los Padres de la Iglesia llamaron a la Eucaristía medicina de inmortalidad. Y lo es, porque en la Eucaristía entramos en contacto, más aún, en comunión con el
cuerpo resucitado de Cristo, entramos en el espacio de la vida ya resucitada, de la
vida eterna.
Christus Vivit. Cristo vive y nos quiere y espera vivos. Querer llegar vivos a la
eternidad, es lo que nos ha de dar fuerza en el camino de lucha para vencer los
signos de muerte.
La vida eterna no empezará después de que muramos sino desde ahora.

EVANGELIO PARA NUESTRA SOCIEDAD
Signos de muerte: violencia, increencia, apatía, indiferencia.
¿Qué tanto estamos respondiendo a las situaciones letales de nuestra
sociedad?
Necesitamos vida en contraposición a la muerte o cultura de la muerte.
Esto lo logramos no solo a través de los sacramentos sino también a través de una sociedad nueva en la que se promueven y viven los valores.
Necesitamos acercar a Jesús a nuestros sepulcros.
Ante lo que causa enfermedad y muerte y hace oler mal, necesitamos
PREVENCIÓN, pero también necesitamos ESPERANZA en una vida
restaurada, es lo que dio Cristo a las hermanas de Lázaro. Necesitamos
caminar según la luz, según la verdad, al estilo de Cristo, sin dejar al
malo toda la cancha.
No hay que resignarnos a la enfermedad y a la muerte.
La muerte y el pecado siempre al final quedarán vencidos.
Hay que abrirse para dejarse ayudar y sanar, e incluso resucitar.
Cristo hace este milagro de la resurrección de Lázaro porque –como dijo-
“esta enfermedad no acabará en la muerte, sino que servirá para la
gloria de Dios”; los malos o los que colaboran mal, de algún modo sirven a los planes de Dios. El proyecto de Dios es salvar, en medio de la gente
buena y gente malvada o perversa.
Si hubiera curado a Lázaro era algo bueno ya, pero resucitarlo era todo, significa que tiene una fuerza mucho más grande.
Hay que dar vida a quien da muerte. Ahí donde la corrupción se mete como la humedad, se necesitan signos de vida.
En medio del dolor, de la enfermedad, del sufrimiento, de la muerte, Jesús no evade, inserta valor, luz, esperanza y vida.
Para Dios no hay causas perdidas. Estuvo enfermo, lo pudimos rescatar;
ahora está muerto, lleva cuatro días, pero de todas formas hay que
mover la piedra, resucitarle.
Cristo actúa aparentemente tarde, pero soluciona la muerte. Aunque
parezca tarde, hay que actuar a favor de la vida y la dignidad de la
persona.

AVISOS
Bendición a las embarazadas, con motivo del Día de la Encarnación de
Cristo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *