Por Isabel Ortega Morales/ Agencia CEPROVYSA.COM / SURIANA RADIO
Xalpatláhuac, Guerrero., Abril 2-2023.- En la entrada de la localidad, las mujeres nahuas recibían con oración el arribo del Sublime Maestro Jesús para acompañarle en una peregrinación hasta el Santuario del Señor del Santo Entierro.
















En orden se forman dos filas que permiten observar en el centro, el paso del Maestro Jesús, inicia la peregrinación tras recibir de la Junta Católica ramos de olivos que sumaban a sus flores, a sus ramos de palma, a sus velas amarillas y blancas y a sus veladoras.
El aroma del incienso con el que limpian el lugar por donde habrá de pasar Jesús montado en un borrico, acompañado de los Apóstoles, se confunde con el estruendo de los cuetes que estallan desde 7 puntos diferentes de la población y estremecen el corazón.
Las y los peregrinos no se inmutan, mantienen el paso y el cántico en su lengua nahua y en español. Agitan las palmas cuando el guía dice “¡Viva Cristo Rey!”, y corean “¡Viva!”, un grito que estuvo censurado pero nunca callado, como la fe con la que caminan heredado de sus ancestros.
Para el Presbítero Hugo Pérez Castro, la comunidad “se conecta desde su mundo Nahua” y mantiene viva la fe y el rito.
En esta localidad, la Junta Católica distribuye ramos de Olivo, que, dice el Padre Hugo “fueron las ramas originales usadas para vitorear a Jesús en su arribo a Jerusalén”, lo que da “particularidad a la peregrinación” en esta localidad, peregrinación que nos dice “data de siglo y medio”, el tiempo que tiene el templo parroquial convertido en Santuario que es sumamente visitado.
La peregrinación rodea el centro de la localidad caminando sobre el cause seco del rio Jale hasta llegar al Santuario donde esperan al Maestro que ingresa primero al templo donde el coro lo recibe con cánticos que se suman a una sola voz por las y los asistentes.
Inicia la ceremonia litúrgica. Están de pie, participan en cada pasaje como lo hicieron sus padres, sus abuelos, sus mayores, los principales que han construido la localidad con su esfuerzo diario.
El Domingo de Ramos en Xalpatláhuac tiene también la particularidad de una población indígena que recibe en el Tercer Viernes de Cuaresma a un gran número de visitantes y peregrinos “más de 10 mil” dice el Padre Hugo Pérez Castro, mismos que visitan el templo, participan en la celebración litúrgica y en una gran fiesta comunitaria.
El tiempo ha transcurrido, el sol cae tras una mañana fresca, las mujeres de todas las edades llevan el gozo de haber cumplido con una ceremonia que, sin ser manda, surge de su fe para sostenerla como parte también de su cosmovisión de la liturgia.