“SCJN DESALOJO CIUDADANO”
Por: MARTÍN MARTÍNEZ OLVERA
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Una acción rápida con precisión, permitió que el plantón colocado a las afueras de las instalaciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, fuera desalojada, de tal manera la acción que cuando arribaron elementos de seguridad, la nueva marcha tenía el control del espacio que no ha podido someter el Jefe del Ejecutivo.

El plantón que había instalado un grupo simpatizante de López Obrador instado por la voz que desde el púlpito del Palacio Nacional dicta lo que debe hacerse y pensarse en este país, contó en esos dos meses con la presencia de un personaje, Cuitláhuac que tiene a su entidad, Veracruz, con altos índices de violencia y atropellos a los derechos ciudadanos, y se fue a Ciudad de México a vociferar contra “los atropellos” que considera realiza la Suprema Corte de Justicia de la Nación en lugar de atender su casa donde se reclama lo que el fue a criticar “justicia”.
Como este personaje, otros más se sumaron a la intolerancia gubernamental que no concibe el respeto a la diferencia, que no tolera el pensamiento liberal, y que le incomoda la insumisión venga de donde venga.
No requiere probar nada el púlpito mañanero para confundir a la sociedad. Desde ahí se manifestó la incomodidad de un poder que no se sometió a la pleitesía requerida para ser parte de una conveniente componenda de gobierno y se declaró culpable a Norma Piña de quien se procuró la mofa con un bullyn que sobrepasó los límites del respeto a sus derechos como persona y como Ministra.
Durante cuatro semanas, caminar por ahí era encontrar un espacio de diatriba donde el discurso descalificador ha sido repasado hasta ser aprendido sin analizar. Hasta que este domingo 28, mientras la cargada del estado se hacía notar en el cierre de campaña de la Maestra consentida del poder para quedarse con el Estado de México, un grupo ciudadano, decidió poner un alto a esa impunidad.
Este es un primer ejemplo de que el país está lejos de presentar una columna de obediencia ciega. De que existe un pensamiento de cansancio por una actuación intolerante.
Poco más de dos mil personas se unieron en dos gritos de batalla “la Corte no se toca”, ”Viva Norma Piña”, y tomaron el espacio para devolver a la Suprema Corte el respaldo ciudadano a su trabajo y el respeto a la Magistrada Presidenta.
Se pueden llenar espacios traídos con el miedo a perder lo que consideran es un regalo y no un derecho. Pero esta acción mostró que más allá de esta presión, existe un país que ha decidido sacudir no solo al plantonismo dirigido, sino también a granaderos que se oponían al desalojo. México tiene un leve despertar público. Surrealismo?