1.
Ella se lo dijo: “Félessss… hazme caso. No tientes al destino. Tu nunca serás candidato a gobernador. Serénate. Ya’tate quieto”.
Cerca de El Ocotito hay una casita de dos aguas. De esas, con un horcón del medio que sostiene las trabes, las fajillas y las tejas. Ahí da consultas. Es la más acertada de la región.
Por sus hierbas, inciensos, pócimas, santos, velas y consejos han pasado gobernadores, hasta gente que busca infieles, para cortarles las criadillas o meterles un plomazo, por libidinosos.
Han pasado por ahí otro tipo de poderosos. De los que saben que el poder, como el caballo o la mujer, no se prestan. A menos que te lo quiten a balazos.
Ella se lo dijo:
— “Félessss… tu suerte no te acompañará siempre. Ya’tate quieto. No serás candidato a gobernador. No insistas”.
2.
Para dar a conocer el resultado de la primera encuesta para designar a su candidato a gobernador de Guerrero, el partido del Movimiento de Regeneración Nacional, MORENA, usó fórceps, y ni así salía el chamaco.
Fue necesaria una cesárea para que los reclamos de Luis Walton Aburto, Pablo Amilcar Sandoval Ballesteros y Alberto López Rosas fuesen anuncio de la tormenta que le vendría al candidato.
El regaño a Luis lo dio el dirigente nacional de MORENA, “no se vale patear la puerta y luego venir a tocarla”, le increpó. Fue el mismo presidente quien vino a Guerrero y encaró a Pablito para serenarlo y recordarle el poder del dedo presidencial. La Ley del Hielo bastó para Alberto.
Félix festejó, en Acapulco, rodeado de sus seguidores: “Lo difícil fue lograr la candidatura. Ganar la gubernatura, es pan comido”, dijo a los vitores, abrazos y matracas que entonaron el himno “Hay Toro”.
— Se dice que pensó: “Ya mero me la pelan, ya soy pre candidato…”
3.
Primero fue una. Luego dos y, así, hasta llegar a cinco acusaciones por violación o acoso sexual. La agenda de medios le pertenecía al precandidato. El tema olía como las alcantarillas de Playa Olvidada, de Acapulco, a donde son vertidos los desechos de Acapulco.
La Comisión de Honorabilidad y Justicia de MORENA acusó recibo de las denuncias. La exigencia de retirar la candidatura al presunto depredador sexual creció. “Un violador no será gobernador” fue la frase que acompañó mítines y protestas que fueron apagadas por la lengua presidencial: “es campaña sucia en su contra”.
Las acusaciones fueron desechadas.
—“Se me hace que aquella señito me robó. Seré candidato…”, pensó Félessss
4.
En 1988 Félix Salgado Macedonio vació costales de urnas y boletas electorales quemadas ante el Colegio Electoral, erigido por los diputados federales electos, de aquel entonces, para calificarse a sí mismos como tales. Logró colarse, con la ayudadita del gobernador de Guerrero de aquel entonces, quien así se quitó de encima a incómodo líder cetemista.
A partir de ahí, los políticos que hoy mandan en el país, a partir de MORENA, presionaron para quitar al gobierno la facultad de contar y calificar las elecciones.
Nacieron, así, los hoy Instituto y Tribunal Electoral, instancias ciudadanas que no dependen del gobierno y hacen valer las leyes que aprobaron los diputados de lo que fue oposición y hoy son gobierno.
Paradoja: hoy fueron esas instituciones las que cancelaron la candidatura de Félix porque no presentó informes de sus gastos de precampaña. Él, primero dijo que no fue precandidato, luego que sí y, como dicen los abogados:
— “A confesión de partes, relevo de pruebas”, pues le aplicaron su confesión.
Nadie sabe si fue un chaparrito con chaleco morado y sombrero de paja el responsable de no reportar los gastos de precampaña, como era su obligación, o el propio candidato fue descuidado y no cumplió con las leyes que él, en su momento como diputado federal, promovió y votó a favor.
“Te fuiste, horcón del medio” dicen que dijo aquella señito de El Ocotito al recordar que algún día le aconsejó:
— “Félesss… Ya’tate quieto. No serás candidato a gobernador”.
5.
Dos encuestadoras, en particular, han inflado datos y aseguran que MORENA gana la elección de Guerrero, como dijo Pablito Amilcar, “así ponga a una vaca como candidata”. Pero encuestadoras serias tienen otros datos en sentido contrario, donde aseguran que, sin Félix ese partido se desploma.
Félix Salgado Macedonio sabe que, sin él, su partido va al fracaso. Por ello promueve heredar a su hija, Evelyn Salgado Pineda, la guerra electoral. Con toda la suciedad que ello implica. ¿Su hija a la guerra?
Él, al ejercer su mando, como patriarca, le ordena a su hija hacerse pasar por él para que él, otra vez él, asuma el anhelado y precioso poder. Él al poder, sin importar más otra cosa que el poder, por el poder. Confirma que las feministas tenían razón: él ejerce plenamente el pacto patriarcal.
El primer consejo de la señito de El Ocotito se ha cumplido:
— “Ya’tate quieto, Félesss, no serás candidato a gobernador”.
6.
Ésta novela es un culebrón, como dicen los españoles. Le faltan capítulos por contar. Félix podrá convencer a su hija para que sea candidata a gobernadora, en su lugar, ejerciendo su patriarcado.
Pero resulta que, en el sistema patriarcal, es el marido de la casa quien manda. Sobre todo, si procede de otra familia que ha ejercido, sabe cómo y usa el poder de manera contundente.
A éste patriarca, Félix, le falta saber si el otro patriarca acepta que su mujer gane una elección y, de manera dulce y diligente cede el poder al suegro.
— ¿Patriarca contra Patriarca?
7.
Él le preguntó a la echadora de cartas: ¿Seré gobernador?
La respuesta no se supo. Dicen en El Ocotito que, entre incienso, santos, velas y limpias, recordaron el dicho de los que saben que “el poder, como el caballo y la mujer, no se prestan”.
8.
Los vecinos dijeron que al salir del jacal lo vieron y pensaron
— “Te acabaste, cocada, ya te chupó la bruja”.

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