PETRA HERRERA, REVOLUCIONARIA
Por: MARY TERE SCHEPERS
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Petra Herrera nació el 19 de junio de 1887 en San Pedro de las Colonias, Coahuila.

Tenía 24 años cuando se le metió la idea en la cabeza de entrarle a la revolución. Ni más ni menos que a las filas de Pancho Villa, pero no quería entrar como cocinera o enfermera, ella quería participar en las batallas, tener su carabina y jugarse la vida.
Una mañana cortó sus hermosas y gruesas trenzas, se vistió de hombre y se alistó en las filas de Villa con el nombre de “Pedro Herrera”.
Petra, o Pedro Herrera, participó en varias batallas sobresaliendo por su arrojo y valentía. En la toma de Torreón de 1914 fue de las tropas de vanguardia y según el oficial villista Cosme Mendoza Chavira: “apagó las luces de la población al entrar a Torreón”.
En la toma de Zacatecas Petra fue herida en una pierna, los doctores que la atendieron le informaron que tenían que amputarle esa pierna, Petra con pistola en mano los amenazó con matarlos si se atrevían a cortarle la “pata”, afortunadamente para los doctores las curaciones que le hicieron salvaron la pierna de Petra y la vida de ellos.
Se ganó el reconocimiento de la tropa por su valentía, por su liderazgo y su carisma, fue entonces que decidió vestirse de nuevo con faldas y decir la verdad: que era mujer y su verdadero nombre era Petra. Sus compañeros se sorprendieron, la elogiaron pero no le concedieron ningún rango como lo merecía.
Ante este desprecio, Petra decidió dejar las tropas de Villa y crear una brigada de mujeres que como ella, querían luchar en el frente. Su batallón estaba formado por aproximadamente un millar de mujeres revolucionarias. En su campamento, por las noches no se permitía el paso a varones, le disparaban al que se atreviera a pasar el mismo sin previo aviso.
Fue gracias al mérito de las soldaderas de Petra que en mayo de 1914 se logró la toma de Torreón, donde los villistas tomaron una base militar de Porfirio Díaz. Petra solicitó reconocimiento de “generala” pero sólo le extendieron el de coronela.
Petra después actuó como espía de los carrancistas en Chihuahua, en una cantina, en Jiménez, recibió tres balazos que ocasionaron su muerte. El cuerpo de Petra fue enterrado así como su historia.
Hay quienes afirman que el olvido histórico de Petra es responsabilidad del mismísimo Villa, que decidió simplemente ocultar su participación en la revolución por ser mujer.
Nuestro reconocimiento a Petra y a todas esas mujeres que no figuran en los libros de historia.