Luis Edgardo Palacios Díaz y Eunice Monzón García, del partido Verde y Victoriano Wences Real, del Partido del Trabajo.

Que se cuiden porque se los llevarán los chaneques.
Ellos votaron en contra de que, en el presupuesto federal del 2024, se destinen recursos para la reconstrucción del puerto de Acapulco.
— Gracias, diputados oficiosos, oficialistas y traidores a Guerrero. La banda les manda cordial y conocido saludo.
— Aguas con los chaneques que hacen travesuras. No los vayan a agarrar chirundos y los pongan chinqueques, en una noche de luna,

ÁNIMO, ÁNIMO
La federación respondió a la contingencia con un proyecto electoral. Los diputados federales de Guerrero, por MORENA, traicionaron a los acapulqueños.
Pero aquí nos rascamos con las uñas que tenemos.
Luego de gestiones de la gobernadora y la presidente municipal:
Ya abrieron cuatro tiendas Chedraui.
Siguen a la busca de decenas de capitanes de barcos que se quedaron en sus yates durante el huracán. “El Capitán siempre se hunde con su nave”.
Ya hay farmacias del doctor Simil trabajando.
Se regalan tacos en Los tacos Tarascos.
Pizzas en Las pizzas Real.
Entre escombros, un bar sobre la playa, ya festejó una despedida de soltera.
Soriana también abrirá.
Sam’s abrirá y podrán comprar, sin membresía.
Restaurantes venden a quien puede pagar. Y en otra ventanilla dan comida gratis a quien lo necesite.
Se acabó el rumor: la Autopista seguirá libre sin cobro de peaje, hasta que acabe la emergencia.
Ya hay cajeros bancarios dando dinero.

LOS ABANDONADOS
Aunque, por ejemplo, la comunidad de Las Chanecas, se la están llevando los Chaneques porque por allá no ha llegado al menos una palabra de aliento.
Tres Palos, el pueblo de la ilusión, sin ayuda de nadie.
Es desolador el panorama en la carretera a Pinotepa Nacional.
Al ¡Boliiiiilloooo cocido con leñaaaa! Le aumentaron el costo del pasaje: pagó veinte pesos y él no aumentó el precio del famoso bolillo calentado con el sol.
254 escuelas fueron afectadas por el huracán.

LOS CHANEQUES
Se aparecen por las noches de lluvia. Regularmente cerca de los pozos de agua. Cuando son traviesos te mueven cosas, te abrazan y hasta fornican contigo, sin que te des cuenta.
Son como niños, chaparritos, con orejas puntiagudas y unos ojotes grandotes, grandotes.
Cuando les das mezcal se alegran y te dejan en paz.
¿Habrá manera de poner un pozo de agua en Palacio Nacional y en la casa de cada uno de esos nueve diputados federales que nos han traicionado?
— Ojalá los enamore un Chaneque, les de una revolcada y se los lleven para nunca jamás. Todos seríamos felices.

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