El papa Francisco rompe con la tradición: lava los pies solo a mujeres. Foto: ROME REPORTS.

Bárbara García

SemMéxico/ Imagen, Ciudad de México, 30 de marzo, 2024.- El Papa Francisco realizó un acto sin precedentes durante el ritual del Jueves Santo en Roma, al lavar y besar los pies de 12 mujeres recluidas en la prisión de Rebibbia.

Este gesto, realizado desde su silla de ruedas debido a recientes complicaciones de salud, marca una desviación significativa de la tradición, incluyendo exclusivamente a mujeres en este acto ritual.

El ritual, que se llevó a cabo el 28 de marzo de 2024, involucró al Papa Francisco vertiendo agua sobre los pies descalzos de las reclusas, secándolos con una toalla y concluyendo cada acto con un beso.

La emoción se sentía en la sala; muchas de las mujeres no pudieron contener las lágrimas durante el proceso.

La disposición del evento fue meticulosamente planificada para asegurar la comodidad del Papa, permitiéndole realizar el servicio sin dificultades.

La elección de la prisión de Rebibbia como escenario para este acto no fue casual; desde su elección como Papa en 2013, Francisco ha enfatizado la importancia del servicio a los marginados y desfavorecidos, eligiendo realizar este ritual en lugares que albergan a personas en situaciones vulnerables, como prisiones y centros de refugiados. 

Rompiendo tradiciones

Desde el inicio de su pontificado, el Papa Francisco ha buscado activamente reformar varias prácticas y perspectivas dentro de la Iglesia Católica, incluyendo la inclusión de mujeres y personas de diferentes creencias en el ritual del Jueves Santo.

Este acto de lavar los pies a mujeres, algo que no se había visto en los rituales liderados por Papas anteriores, señala un esfuerzo significativo por parte de Francisco por promover una mayor inclusividad dentro de las prácticas católicas.

En su homilía, entregada espontáneamente durante el evento, el Papa Francisco remarcó la importancia del gesto de Jesús al lavar los pies de sus discípulos, enfatizando que no vino «para ser servido, sino para servir». 

El acto del Papa Francisco de lavar los pies a solo mujeres en la prisión de Rebibbia representa no solo una ruptura con la tradición sino también un profundo mensaje de igualdad. 

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