Por Martín Martínez Olvera/ CEPROVYSA.COM
Acapulco, Guerrero., Abril 25-2024.- Acapulco está buscando salir adelante, pero aún le falta mucho. El puerto representativo del turismo mexicano, elección natural para una luna de miel, para un descanso largo o tomar un puente vacacional, solo está en pie para recibir a cierto número de vacacionistas, pero está una zona aún en la etapa de reconstrucción.
Al puerto le han llovido problemas, menos agua. Incluso la ceniza está llegando a sus hogares, pero no la solución a sus problemas que aún son muchos.
Frente a Otis los habitantes del puerto empequeñecieron por el miedo y se sostuvieron de su fe para cruzar el tiempo en el que hace seis meses, enfrentaron un fenómeno que creció y les arrancó sus pertenencias, algunos la vida, otros están aún desaparecidos y los buscan, pero cuando salieron de las horas difíciles fueron al encuentro de una zona que había quedado simplemente devastada.
Por razones de trabajo coincide mi estancia en este puerto y lo he caminado en distintos puntos para encontrar un tráfico conflictuado por la falta de semáforos, edificios que muestran en hilachas sus ventanas como una sonrisa irónica, habitantes y residentes encontrándose en un café para salir de sus hogares donde con esfuerzo está llegando lo básico, pero permanece la huella del viento huracanado.
Los eventos nacionales e internacionales le han ayudado a mitigar la desesperación ante la falta de empleo, pero sin toda la hotelería funcionando es evidente que el desempleo también está colapsado.
Hace seis meses parece poco para superar Otis, ahora los lugareños están luchando contra otro problema de la naturaleza, los incendios forestales que están devastando las zonas arboladas y los árboles caídos han sido leña para hogueras que han iluminado la noche pero no ha generado tranquilidad sino miedo.
El humo de la bahía es perceptible sin ser confundido con la bruma de amaneceres idílicos porque los ojos están llorosos y porque la ceniza cubre también zonas de la ciudad en unas más en otras menos pero está presente.
Seis meses de Otis, Acapulco está vivo, pero aún le falta para estar completamente de pie aunque debo reconocer que el esfuerzo del estado se nota, como también la ausencia de la autoridad municipal.

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