En el aeropuerto parisino de Le Bourget, Francia, Rudolf Nureyev, hace 63 años, bailarín principal del Ballet Kirov de 23 años de edad, consigue librarse de sus guardias de seguridad de la embajada Soviética y, tras saltar una barandilla de protección, solicita asilo político en Francia. Los guardias de seguridad le acababan de informar que, en lugar de ir a Londres como el resto la trouppe, debería regresar a Moscú, y en el momento en que lo escoltaban para coger el vuelo de Moscú, decidió escaparse gritando en inglés “Quiero ser libre”.
