Abel Miranda Ayala (texto y foto)
El excremento de las lombrices cultivadas de manera adecuada podría salvar el campo guerrerense y devolver al suelo la capacidad de producir sin el uso de los fertilizantes químicos que se han introducido en la agricultura únicamente por un motivo económico, sin considerar la degradación, erosión y contaminación que se ha causado al ambiente, sin embargo proyectos como el que ha desarrollado el profesor Francisco Campos Villalobos.
El profesor fue docente del área de Agronomía en una Secundaria Técnica Industrial y ahí con sus alumnos inició el proyecto de crear abono orgánico a partir de compostas y lombrices, él terminó su vida laboral y ahora jubilado se ha dedicado a seguir su proyecto y ofrecer una alternativa de abono a quienes quieran probarlo para no seguir dañando la tierra.
Explicó que su meta no es vender el producto sino enseñar a los productores a generar su propio abono a partir de generar una composta o incluso recolectar el excremento de ganado equino, en ello colocar las lombrices y ponerles los desechos de verduras para que de ellos se alimenten las lombrices y sus excretas se conviertan en el alimento para las plantas, por ejemplo indicó que si se le pone a una planta en una maceta, con una cucharada del producto tres meses se mantiene vigorosa, con las hojas muy verdes y floreando.
Las excretas de las lombrices se convierten en un excelente fertilizante para las plantas. / Abel Miranda / El Sol de Acapulco.
Indicó que el abono orgánico de lombriz contiene todos los elementos que la planta requiere para mantenerse vigorosa, crecer y dar frutos, entre estos, nitrógeno, fósforo, potasio, magnesio y zinc, todos los elementos los aporta este abono de manera natural sin ningún soporte químico que pueda dañar la tierra.
Explicó que la principal diferencia de este tipo de abono orgánico con el químico es que se obtiene de manera natural y al colocarlo alimenta la planta en crecimiento y al mismo tiempo nutre el suelo que después seguirá aportando los elementos de manera natural a las plantas, mientras que el químico, sólo nutre la planta y absorbe todos los nutrientes dejando el suelo erosionado.
Recordó que hasta hace menos de medio siglo en Guerrero se sembraba el maíz sin necesidad de utilizar fertilizante, pero actualmente el suelo se ha degradado a niveles que si se siembra sin fertilizante no produce nada.
Señaló que lamentablemente los mismos gobiernos han invertido para deteriorar el suelo, repartiendo fertilizantes químicos como la Urea que es lo más dañino que se puede poner al suelo de Guerrero.
Recordó que hace algunos años hubo un intento por generar un mapa del tipo de suelos que se tiene en el estado y se encontró que había suelos ácidos y alcalinos, y se empezaba a introducir un biofertilizante que funcionó muy bien pero actualmente eliminaron esa parte y se entrega el mismo paquete de fertilizante a todos los campesinos que en cada siembra sólo siguen dañando más el suelo y en algún momento ni con fertilizante les va a producir.
Cabe señalar que la “lombricomposta” es un producto formado única y exclusivamente por las excretas o turrículos, producto de la digestión natural de las lombrices composteadoras; se presenta en la forma de infinidad de agregados cilíndricos, de uno o dos milímetros de longitud, cubiertos por una película muco-proteica en la que se retiene miles de microorganismos del suelo y nutrientes para las plantas.
El profesor Campos explicó que su meta no es vender el producto sino enseñar a los productores a generar su propio abono. / Abel Miranda / El Sol de Acapulco.
Cada excreta se forma y se integra con la alimentación selectiva de la lombriz y el procesamiento detallado a todo lo largo del intestino; El proceso de digestión y metabolismo se realiza con la precisión, tiempo y detalle que solo un organismo vivo puede proporcionarle; de hecho, de ello depende la vida misma de la lombriz.

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