• Irrumpe con su helicóptero en desfile
• Y todavía se reía montado en su cuaco
IGUALA, Gro., 24 de febrero.- La maldad: un helicóptero –cuyo propietario es Pedro Segura Valladares— en vuelo rasante –a baja altura— irrumpió en el desfile cívico-militar conmemorativo al “Día de la Bandera” y estuvo a punto de desprender los templetes por las fuertes ráfagas de viento y generó una estampida de personas que creyeron se iba a desplomar la aeronave sobre ellos.
A unos metros, el personaje Pedro Segura esbozó una perturbadora sonrisa montado en su caballo, al lado de José Manuel Figueroa, quien lo acompañaba también en su corcel.
Las imágenes que fueron virales en redes sociales, captaron momentos de pánico. Los que grabaron con celulares la escena responsabilizaron al dueño del helicóptero de ordenar a su piloto descendiera a una altura no permitida por las leyes de aeronáutica civil sobre la gente que disfrutaba del desfile que encabezó la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, los diputados y diputadas, así como integrantes del gabinete y altos mandos militares.
Pedro Segura Valladares podría enfrentar cargos ante las leyes de Aeronáutica Civil por las maniobras temerarias realizadas por la aeronave de su propiedad, durante la parada cívica, en un acto irresponsable a todas luces y sin la precaución debida. En pocas palabras, puso en riesgo la integridad física de personas asistentes a la ceremonia oficial.
No es la primera ocasión que el personaje hace alarde de influencia y provocación hacia eventos donde autoridades estatales y municipales asisten de manera oficial, bajo protocolos de seguridad que fueron violentados por el protagónico Segura Valladares.
Fue un acto de maldad absoluta, desafiar a las autoridades legalmente constituidas, para demostrar su “valor y riqueza”, sin importar poner en riesgo a personas que asistieron con niños y niñas, así como adultos mayores, a una conmemoración tradicional como es el desfile.
En Chilpancingo, el pasado 21 de diciembre del 2024, Pedro Segura ofreció 10 recorridos gratuitos a personas, en un sobrevuelo en el mismo helicóptero, durante el Paseo del Pendón por las calles de la ciudad capital. Nadie le hizo caso, ni nadie voló, o al menos no se difundieron las imágenes de dichos recorridos por aire.
Lo irresponsable del caso, ahora, es que el helicóptero bajó a escasos 25 metros del suelo y el viento generó tolvanera y sacudió las estructuras metálicas con lonas que sirvieron de templete y presídium de honor a los representantes de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. El alcalde Erick Catalán Rendón, deploró la actitud “de un tipo que está fuera de sus cabales” al irrumpir de esa forma sobre cientos de personas que se asustaron, pues pensaban que se iba a desplomar sobre ellos y lo peor, había niños y niñas.
La Dirección General de Aeronáutica Civil deberá llamar a cuentas al piloto del helicóptero y a su dueño para que rindan una explicación de su proceder. En caso de que sea una falta grave, el piloto podría perder su licencia de piloto y solventar una fuerte multa, así como el dueño de la aeronave que habría ordenado el vuelo por demás peligroso e irresponsable.
Pedro Segura Valladares debe reflexionar, si tiene algo de cordura, que sus acciones provocadoras, desafiantes y demenciales nada tienen qué ver con su ambición electorera. No es así como se hace política. Mejor que se tire en paracaídas de su helicóptero y a lo mejor nos regala otra noticia… donde no ponga en peligro la vida de otras personas y solo la suya esté en riesgo. Sería lo mejor, si tanto le gusta sentir la adrenalina en su sangre.
Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.

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