Cuando escuchamos hablar de diplomacia nuestra mente nos remite a las relaciones que se sostienen entre países donde participan personas clave para mantener una relación entre naciones y convocar a los Mandatarios cuando así se considera necesario tras sostener encuentros previos de conciliación.

En la diplomacia intervienen dos factores fundamentales, según los que sostienen ese tipo de formación, la negociación y el diálogo, aunque lo ideal es que pueda ser al revés, es decir el diálogo para una negociación.
Los Estados Unidos de Norteamérica está nuevamente colocándose en el mundo global con una agenda que nos muestra un día sí y otro también, que en esta segunda etapa de gobierno su Presidente, Donald Trump quiere no solo el poder de su país, sino el poder del mundo.
La semana anterior nos dio dos lecciones: el viernes 28 de febrero un encuentro entre dos Mandatarios: Trump y Zelensky, pero también la madrugada del jueves 27 de febrero, fueron extraditados de nuestro país hacia el vecino del norte, 29 sujetos que purgaban sentencia en México acusados de delitos de narcotraficantes, misma que se realizó “bajo solicitud del Departamento de Justicia de los Estados Unidos” requeridos “por sus vínculos con organizaciones criminales por tráfico de drogas, entre otros delitos” señala un comunicado conjunto de la Fiscalía General de la República y de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
Mientras la reunión Trump – Zelensky abre una grieta en las relaciones bilaterales, la entrega de los 29 narcotraficantes de México se espera, como también dice el comunicado “cooperación y reciprocidad bilateral”, es decir, mientras se ponía en la mesa la paz y la fin de la guerra de Rusia contra Ucrania, parece que en nuestro país también se espera paz política en el partido en el poder, si se logra extraditar de los Estados Unidos a México a Ismael el Mayo Zambada, tal y como lo ha solicitado este personaje so amenaza de “colapsar” al sistema político mexicano.
La Presidenta de México ha expresado su interés en sostener una reunión presencial con el Presidente Donald Trump.
Quizá, como también se acostumbra en la diplomacia, los 29 sean una señal previa a ese encuentro como una ofrenda al Tlatoani, tal y como se hacía en antaño en nuestro país para mantener tranquilos a los dioses.
Claudia Sheinbaum debe no solo revisar sino estudiar el encuentro Trump – Zelensky, considerando la fuerza de esos dos mandatarios y el caos de la reunión que pone en riesgo la paz, que divide la geografía mundial así como ya ha recibido el Presidente de Ucrania el respaldo de países aliados de Occidente.
Y los minerales raros que convocaba el tema de la firma que antecedía la paz? No se firmó. Está nuestra Presidenta en condiciones de estar frente a frente con un hombre de gran poder, con gran agilidad mental, con cartas fuertes, incluso de pedir el retorno de El Mayo?
Se juega mucho en nuestro país, aquí se perdió la Presidenta entre el nepotismo y la no reelección, a pesar de tener mayoría en la Cámara de Senadores, ganará en el plano internacional? O la diplomacia del diálogo y la negociación tiene otras jugadas. Surrealismo?