legía de un homenaje anticipado y una profecía por cumplirse

Son varias y diversas las señales que hablan ya en México del regreso de los tiempos anahuacanos: por encima de las vicisitudes del tiempo y de las llagas de la Historia, la magna celebración de un Funeral de Estado en una fecha anticipada en 10 días a la correcta de los 500 años de la ejecución del último rey y señor de los antiguos mexicanos, el wey tlatoani KuauhTemok, no es algo que habría de perturbar el sueño eterno del único héroe a la altura del arte, como lo definía Ramon Lopez Velarde.

Las celebraciones cada año del aniversario fúnebre se acuñaron en la memoria histórica gracias a que el ejército de la tradición mexica de las danzas concheros aztecas y la tradición oral y documental del pueblo de Ixcateopan saltaron a la palestra con el hallazgo de los restos del Tlatoani en 1949 y con ello las conmemoraciones de su natalicio y homenajes póstumos un 23 y 28  de febrero respectivamente, fechas que corresponden en los sucesos al antiguo calendario occidental antes de 1582.

Así este 10 de marzo del año 2025 en curso es que se cumple a ciencia exacta y precisa el tiempo cronológico  de la fecha de muerte de quien fue al mismo tiempo el más joven y máximo gobernante, jefe militar y guía espiritual del pueblo aztin mexica tenochca, y este dato a futuro sería de tomarse en cuenta más allá de un homenaje simbólico como una forma de completar los festejos y honrar la memoria de un pueblo que hacía gala de la exactitud en sus cuentas del tiempo, de la rectitud de sus formas de cultura y convivencia y la precisión de  las formas en la geometría de sus ciudades y edificios.

De esta forma y ajustando los tiempos y las fechas al actual calendario de nuestros días denominado gregoriano por su autor, el Papa Gregorio 13, el natalicio del wey Tlatoani debe conmemorarse el 5 de marzo de cada año y su muerte injusta recordarse también anualmente el 10 de marzo o un día después si toca año bisiesto, por el movimiento nacional de la mexicanidad  y un gobierno federal que se avoque plenamente a una plena re evolución cultural de principios y valores acordes con los antiguos principios anahuacas y mayenses.

El retorno de lo sagrado como diría el escritor Antonio Velasco Piña, el regreso del señor Cuauhtémoc en palabras de la escritora Bernardina Green o bien una AnahuaCalli nueva como el maestro Diego Rivera bautizara desde 1957 al templo museo que alberga su obra alusiva al pasado histórico de los antiguos mexicanos, todo ello en empoderamiento de la profecía del Segundo Anáhuac: un nuevo país donde florezcan los cantos y las flores parafraseando a NetzawalKoyotl, el rey poeta.

Finalmente, por ley de causalidad y ciclicidad histórica, emerge en el viento la profecía más importante de los tiempos indoamericanos, tan grande e imponente en términos comparativos, como las profecías cristianas del regreso de su mesías y salvador, la que se refiere al regreso de KetzalKoatl y su linaje dinástico.

Topiltzin el más importante y representativo sumo sacerdote y rey dios o TeoTlatoani del imperio cultural tolteca conocido como ZeAkatl TeoPiltzin en su acepción más correcta, evoca una cuenta marcada hoy en día también simbólicamente con los números 15 y 19 que recuerdan el aciago 1519 con la llegada sublevante de los piratas cortesianos en ese año marcado en las antiguas fechas como zeakatl o uno caña y que hoy bajo las ruedas de un destino mundial globalizado e incierto para bien y para mal, otorga bajo el signo del imponderable OmeTeotl, el fiel de la balanza, esos números a los vientos proféticos del resurgimiento del Anáhuac, por un lado y del perdón y la concordia por otro, en la fecha del 15 de septiembre, onomástico de Letizia de Borbón, reina de España y en el dígito 19 de los años cumplidos hace 5 meses de Leonor de Todos los Santos, princesa de Asturias donde 15 y 19 repiten hoy profética e simbólicamente como el antiguo zeakatl de 1519 que anunciaba el retorno pendiente de KetzalKoatl.

*El autor es investigador de la Universidad Abierta de México y coordinador del Instituto de Ciencia y Cultura de Anáhuac.

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