De chapulines, langostas y sus primos
Por: Miguel Ángel Mata Mata
LOS SALTARINES.
Triste, se ve la cara, de priístas de colorado corazón.
Miran, con nostalgia, a una regidora de Acapulco, Verónica Aguirre Granda, quien confirma ser campeona en salto libre, sin garrocha, en un tiempo en que las plagas de langostas destruyen los campos de cultivo por el sureste del país.
Con carita de lo sospeché desde un principio, leen la noticia de que el tío de esta saltarina, Carlos Granda, quien fue el candidato priísta a la presidencia municipal de Acapulco, también se quita el disfraz y saca a la langosta que todos llevan dentro.
Una langosta es un chapulín, pero grandotote, de dimensiones que vienen de la época de los terribles lagartos, que vivieron en el mundo hace 235 millones de años… y ahí siguen.
LA LANGOSTA PERREDISTA
Con cara de “No, pues”, los priístas leen cómo un señor llamado Evodio Velázquez Aguirre, toma distancia del priísmo, con el que fueron aliados en la pasada elección estatal en Guerrero ¡Viva el buen gobierno!, dice el señor, envuelto en una bandera, mitad amarilla, mitad guinda.
Sostiene, con inusitada osadía y la antípoda de la valentía, que fueron los candidatos del PRD, en aquella alianza, los que perdieron con esa alianza que hoy repudia.
Todos vieron que ellos jamás hicieron campaña, pero si se quedaron con el dinero para tal efecto, y arrastraron al sótano al priísmo confiado, muy confiado, que creyó en la palabra de quienes crecieron con la traición como moneda de cambio.
El envalentonado ex alcalde, a quien se le perdieron algunos fierros en la secretaría de protección y vialidad, durante su periodo, lanza la consigna de que “el nepotismo no es moral”.
La expresión de Don Evo, quien metió a su esposa, los primos de ella y casi toda la parentela de Tecpan de Galeana a cargos públicos, han sido causa de que los botones de las camisas, de muchos que le conocen, se boten al infinito, y más allá, por la risotada que les ha causado la expresión.
Los dichos de Don Evo, al encabezar el primer evento de lo que queda del PRD en Guerrero, ha sido dicho ante unas centenas de militantes que, al juntarse en masa, dan la imagen de que son algo así como la plaga de las langostas que destruyen cultivos.
Esta vez el objetivo es el partido del Movimiento de Regeneración Nacional. Antes fue el priísmo.
Ya se vieron. Ya se vieron. Ya se vieron bien vestiditos con chalecos color guinda, como lucradores de la Nación, con la mano izquierda, al rendir protesta, pero la derecha extendida para recibir el cheque.
Por ahí andaban dos diputadas locales. Son esposas de poderosos perredistas.
Hicieron campaña como suplentes, pero, a la hora de la primera quincena, quitaron a la titular para confirmar que el nepotismo no es moral, cuando se ejerce en los bueyes de los compadres.
LOS MORENISTAS
En el oficialismo, las cosas no pintan mejor.
Las instancias electorales han devuelto sus derechos como militantes a la ex presidente municipal de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez y al ex coordinador de la Junta de Coordinación Política del Congreso Local, Alfredo Sánchez Esquivel.
Todos saben a quién denostaban éstos especímenes. Y meterán ruido, otra vez.
Un nutrido grupo de ex priístas y experredistas, encabezados por el ex gobernador Ángel Aguirre Rivero, han sostenido reuniones para impulsar la candidatura de Beatriz Mojica Morga, a gobernadora de Guerrero.
Otros, con la nostalgia en las imposiciones que hizo famoso el hegemónico priísmo cuando tuvo todo el poder, viajan cada ocho días a Cuernavaca, a reuniones que impulsen la candidatura de quien ha sido la política nacida en Guerrero, mayormente ligada a la presidente de la República, Claudia Sheinbaum.
Marchan en tandas. Marchan como en parvadas. O como manchas. O como cardúmenes.
Allá van para decirle a la señora Esthela Damián Peralta que no importa. No importa que su carrera política la hizo en la Ciudad de México. Aquí se requiere, dicen, alguien que venga, de fuera, a componer los problemas de los que aquí han sufrido.
Y si de pasada les dan una chamba, pues ¡mejor!
YA DÉJENLO EN PAZ
¿Y el MC?
El movimiento Ciudadano también ha puesto tristeza en sus ojitos. El joven maravilla, Yoshio Ávila, presumió la foto con Doña Esthela Damián.
¿Qué pasó? ¿La habrán dicho que, para él, no hay futuro en el partido naranja o lo dedujo?
Las encuestas, por lo pronto, indican que, si la lejana elección de gobernador fuese hoy, cuyo proceso, de hecho, ya ha comenzado, sería ganada, por un muy amplio margen, por el partido del Movimiento de Regeneración Nacional.
En ella aparecen, como punteros, el senador Félix Salgado Macedonio y la presidente municipal de Acapulco, Abelina López Rodríguez y, muy abajo, los demás.
La presidente de México, Claudia Sheinbaum, ha hecho famosa una frase: “Ya déjenlo en paz”, ha dicho.
Se refiere a quienes critican un día, y al otro también, al ex presidente López Obrador.
La frase aplica para el estado de Guerrero, y a la parvada de langostas políticas que se mueven, según su apetito, sobre imaginarios campos de cultivo, para aterrizar en el erario público.
La elección del Poder Ejecutivo en Guerrero está muy lejana. El proceso legal comienza el mes de junio de este año, cuando los organismos electorales comenzarán con la organización de un proceso que involucrará a los partidos hasta dentro de doce meses.
¿Por qué adelantar el proceso?
¿Qué necesidad de meter ruido en un estado pobre de todo?
¿Por qué no le hacen caso a la presidente Sheinbaum?
¿Por qué no dejan en paz al Poder Ejecutivo?
Porfa.
Por favor.
Langostas políticas.
¡Dejen en paz a Guerrero!