DECIR QUE LA PROCURACIÓN de la justicia es un asco no es nuevo, como tampoco su administración. El sistema de procuración y administración está tan podrido que sólo los pobres están en la cárcel, mientras que los verdaderos delincuentes andan libres. Por supuesto que hay excepciones como en toda regla…

El caso de Emilio García Cárdenas, periodista y circunstancialmente empleado del Congreso local en la Dirección de Comunicación Social, es una muestra de ello. De víctima por un sujeto que intentó asesinarlo a golpes, con todas las agravantes de la ley, pasó a ser victimario ante una falsa acusación de violación que finalmente fue desechada por una juez, tras ser detenido por policías ministeriales confabulados por quien pretendió quitarle la vida. Por si fuera poco, estos mismos policías, sospechosamente son los que buscan detenerlo porque en confabulación con el Ministerio Público, el hermano de Emilio, quien vive en Estados Unidos, pretende despojarlo de una casa, acusándolo de violencia.

Sí. Lo de García Cárdenas es tan sólo un ejemplo de la podredumbre existente en el sistema de procuración de justicia en Guerrero. Como él, cientos, o mejor dicho, miles de guerrerenses son víctimas de injusticias por señalamientos perversos, que se traducen en la pérdida de la libertad, con la complicidad agentes del Ministerio Público y policías ministeriales que se prestan, por unos pesos, a torcer la ley.

Y claro, con la participación de jueces que lejos de ser sensibles a la situación de los acusados, los mandan detener aún y cuando estén en recuperación, luchando por su vida.

Por supuesto que a los responsables hay que aplicarles la ley. Eso es obvio, pero ni el Ministerio Público, los policías ministeriales y los jueces, pueden ni deben actuar sólo por simples señalamientos, como le ocurrió al periodista y trabajador del Congreso del estado, contra quien actuaron con perversidad, saña y mezquindad.

Así es. A García Cárdenas pretendieron quitarle la vida, matarlo, en su propio domicilio, y de manera perversa el Ministerio Público dictaminó “lesiones leves”, por lo que el agresor, fue dejado libre. Luego, dos días después, Emilio fue acusado de violación mientras se debatía entre la vida y la muerte, mientras una juez ordenó su detención, a pesar de que las pruebas presentadas eran falsas, como finalmente se comprobó, por lo que recobró su libertad.

En fin que todo un calvario ha recorrido el periodista, pues a la par de que es inocente en la acusación de violación, continúa el proceso, mientras su agresor sigue libre, pues hay quienes dilatan el cambio “lesiones leves”, como determinó el Ministerio Público y sus secuaces, por el de homicidio en grado de tentativa, entre otros, pues producto de los golpes recibidos perdió un ojo, recibió un machetazo en la cabeza y tiene fracturadas aún 14 costillas, sin contar con el hecho de que fue arrojado desde un segundo piso.

Y por si fuera poco, sospechosamente su hermano que vive en los Estados Unidos de Norteamérica y que se cree gringo, pretende despojarlo de una propiedad, acusándolo de violencia, con el apoyo de una Ministerio Público que se ha prestado a ello, negándole el derecho a defenderse, ya que se niega a que declare al respecto.

Es obvio, y se entiende, que el Fiscal General del Estado, Zipacná Jesús Torres Ojeda, con todo y sus instrucciones de que quienes integran la institución a su cargo actúen con apego a la ley, y en favor de los justiciables, los ministerios públicos y peritos no le hacen caso. Lo ignoran y lo tiran de a loco. Así se demuestra con Emilio García, contra quien el personal de la Fiscalía, se ha ensañado en su contra, y sin duda que ocurre lo mismo con los jueces del Poder Judicial a cargo del magistrado Ricardo Salinas Sandoval.

Hay que decirlo. Lo del trabajador del Congreso del estado no es el único caso. Son cientos, son miles los que sufren las consecuencias de la podredumbre en el sistema de procuración y administración de justicia de Guerrero. La gobernadora del estado, Evelyn Salgado Pineda, todos los días pregona con el ejemplo, trabajando por un Guerrero con justicia que, desgraciadamente muchos con su actuar ponen oídos sordos.

Comentarios: ayala.jc30@gmail.com

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