La Constitución Política Mexicana está en riesgo real de convertirse en un documento obsoleto y liberal que estorba para la instauración de un proyecto de cuarta transformación que implica una reforma que suprime libertades y garantías.

Porqué la libertad de expresión estorba? Porqué esta garantía ha sido suprimida? Porqué fue la izquierda liberal la que cercenara y acallara las voces libertarias?

Frente a una coyuntura de libertad que se usa en palabras rimbombantes en los hechos, cual una caballada desbocada, los votos han fluido para favorecer al gobierno federal en turno y ayudar a la actual figura y a quien ostenta desde lo oscuro el poder real de las decisiones y a quien se le sigue llamando “presidente”, para que un pueblo desinformado tenga la información conveniente, no la necesaria para pensar.

El pensamiento estorba, el análisis incomoda, los datos de fracaso se ocultan en determinaciones encriptadas para ser abiertas cuando este pueblo lo que menos quiera, por su pobreza general y estar en una generación aplaudidora sin historia ni porvenir, estar interesada en conocer porqué se le sigue invirtiendo a un tren maya que es el hazmerreir, en un aeropuerto inútil, en la falta de medicamentos, en la falta de rumbo y conocimiento de lo que es gobernar, solo por citar algunos macros, no proyectos, sino errores de un poder que quiere ser absoluto.

Quién quiere la libertad de expresión si falta medicamentos? Quién quiere la libertad de expresión si el proyecto de salud está destrozado? Quien quiere la libertad de expresión si el pueblo está enfermo?

La expresión es un proceso de búsqueda de datos, y en ello radica parte de la censura. Esos datos están encriptados. Es un proceso donde quien tiene, aún, esa libertad, recibe información, por eso se espiará para que

no sea posible y finalmente en esa cadena del proceso, la difusión de la información, que se convertirá en un destino al que le cerraran con descalificación a quien lo emita, la credibilidad.

Y cuando se atrevan a levantar la voz vendrá otro golpe, asentar los nombres en los libros de texto para que las nuevas generaciones reciban el mensaje de odio y empiecen a tomar nota de los “enemigos de la patria” para estar listos para el linchamiento cuando tengan la edad de votar y cuando tengan el adoctrinamiento como parte de su ADN para ser, finalmente, parte de la destrucción de esta patria y ser esa otra que se construye y que se llama, sin garantías ni libertades, dictadura. ¿Surrealismo?

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